¡Cuantas veces nos damos cuenta de la cantidad de palabras que hemos empleado para decir lo que con una sola expresión, con un solo gesto, hubiera bastado! y cuantas, nos admira la elocuencia que puede tener un silencio. Pero cuando el mensaje es escrito y ni el semblante, ni el gesto, ni el tono están presentes, las palabras tienen que valerse por si mismas para expresar la fuerza, la delicadeza, el desamparo, la alegría, la angustia, la esperanza...
No seamos tan necios como para admitir como poesía, una serie de renglones mas o menos simétricos en los que con palabras estereotipadas nos mandan un mensaje absurdo, sin siquiera haberse tomado la molestia de darle un ritmo.
Ni admitamos tampoco que esos bodrios se amparen en la prosa, que lamentablemente está infectada con la tinta de tanta mediocridad, que cuando acudimos a ella, en busca de nuevos autores, tenemos que leer páginas y paginas, para con suerte, como premio a nuestra constancia, encontrar un párrafo que nos invite a la reflexión o eleve nuestro espíritu.
Si nos fijamos, parece que la genialidad aparece y desaparece en el tiempo, precisando de unos intervalos de maduración, tras los cuales, hace de nuevo acto de presencia, pero si profundizamos en nuestra observación nos daremos cuenta que esas etapas sórdidas en las que creemos estar huérfanos de genios, comienza cuando los artistas inician o retoman caminos que se apartan de los cánones que consagraron a los que son considerados por todos, sin excepción, verdaderos genios.
Estos nuevos caminos suelen ser abiertos por los que tras lograr un relativo grado de consagración, intentan otros caminos no explorados, para a través de ellos alcanzar una gloria que suele surgir al no tardar en aparecer seguidores de las nuevas tendencias, que aunque lleguen a ser reconocidos por algunos sectores del mundo del arte jamás sobre sus sienes lucirán la corona de laurel que siempre adornará a los incuestionables maestros.
Este fenómeno se aprecia especialmente en la pintura cuya genialidad generalmente se apoya en su atrevimiento, (MIRÓ, PICASO, etc.), para los que se utiliza al hablar de ellos la frase de: Antes de o después de; distinguiendo con ellas, las etapas de su producción que mas cerca o mas lejos han estado del verdadero arte. Sin incluir claro está en este grupo a los que no tuvieron nunca ni un antes, ni un después, pero aportaron una innovación. (BOTERO).
La subjetividad puede inclinarse hacia uno u otro lado, ya que la libertad no tiene cortapisas, pero tarde o temprano la verdadera esencia del arte se impone aunque para ello tangamos que esperar a veces muchos años.
Y es que, cada manifestación artística tiene su misión y pretender que el cometido de una, se materialice a través de otra, no es mas que una aberración, surgida generalmente del incoherente resultado de una originalidad, que de forma absurda e ilógica, imitan los esnóbs y aplauden los críticos de pacotilla, para que toda la comparsa que vive del arte, llene sus bolsillos a costa de los ignorantes papanatas.
La belleza y el mensaje del arte nunca debe precisar de nuestra interpretación ni de otras guías para emocionarnos y admirarnos.
El interpretar el arte no es mas que una paparrucha sugerida por los mercachifles a los que anteriormente he hecho alusión.
No puede ser arte aquello que no se comprende y que precisa de la guía de un experto para que llegue a despertar un interés oculto, teniendo en cuenta además que el criterio del que nos pueda estar instruyendo puede que ni siquiera se acerque a la realidad de ese mensaje que no se ha sabido expresar con claridad y que bien pudiera ser que nunca existió.
"""Dejemos de fantasear queriendo ver un micro universo de galaxias encerradas en un punto."""
¡Que pocas licencias se permitieron los grandes artistas que pasaron a la posteridad como verdaderos genios! y con que grandes obras nos regalaron, siendo siempre sus aportaciones verdaderos tesoros transmitidos de generación en generación y no blasfemias abortadas del querer y no poder que caricaturizan el arte a través de lo que nunca debió calificarse como tal.
La pintura MUESTRA lo que ante nuestros ojos se expone, CUYA PERFECCIÓN Y REALISMO SERÁN LA IMPRONTA QUE PROVOCARÁ NUESTRA ADMIRACIÓN, QUE IRÁ IN CRESCENDO CONFORME VAYAMOS DESCUBRIENDO LOS DETALLES QUE TRAS UNA LARGA OBSERVACIÓN VAYAN SURGIENDO, SIN QUE DEBAMOS CAER EN LA TENTACIÓN DE PERMITIRNOS INTUIR SUGERENCIAS, COMO APUNTÉ EN LO QUE A LA PALABRA SE REFIERE, SALVO QUE TENGAN TAN ALTO GRADO DE ELOCUENCIA, QUE SU INTERPRETACIÓN NO PERMITA LA MAS INSIGNIFICANTE POSIBILIDAD DE ESPECULACIÓN, NI SIQUIERA POR PARTE DE LOS ERUDITOS.
La música, contrariamente a lo dicho anteriormente, nos INDUCE a salir de nuestro entorno abriendo la puerta de nuestros mas sublimes sentimientos. Dudo el que salvo los que hayan leido el programa de mano o sepan cual fue el motivo de la inspiración, POCOS SERÁN LOS QUE COINCIDAN EN LOS MISMOS PRADOS QUE VOLÓ LA IMAGINACIÓN DEL AUTOR AL INSPIRARSE EN ESA MÚSICA, que puede sugerirnos tantos y tan encontrados conceptos que creo sinceramente que todos deberíamos abstenernos de cualquier información a la hora de escuchar un concierto, para poder dar rienda suelta a nuestra imaginación eludiendo cualquier imposición que coarte la libertad de nuestro espíritu.
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