domingo, 30 de noviembre de 2008

ACUERDATE DE MI DESDE LA GLORIA

Si habeis leido mi historia anterior, recordaréis que hago mención de algunos pluriempleos que tuve que desempeñar, para ayudarme a cumplir mis múltiples compromisos.
Uno de ellos vino a ocupar mis tardes, ya que por mi trabajo en el banco disponia de ellas. Llevaba la contabilidad en un Mesón de carretera a unos veinte kilometros de mi casa. No diré el nombre por razones obvias que comprendereis si seguis leyendo este relato.
El edificio era grandisimo y en él se albergaba, además del mesón, una Residencia de Ancianos muy "sui generis" a la que entraba en muy pocas ocasiones, pero las suficientes como para comprobar su mal funcionamiento.
El cuidado de las viejas, ya que eran solo mujeres las que había, pesaba en casi su totalidad sobre una joven que hacía las veces de enfermera y de la que se desvanecian sus pocos encantos por su aspecto desidioso, su falta de higiene y su desmedida afición al mosto.
La limpieza la hacía una mujer de unos treinta y cinco años que venía solo por las mañanas. Guapa, muy limpia y lozana y con unos atributos ostentosos que en alguna ocasión me brindó, que además ayudaba en lo que podia a la "enfermera" en sus quehaceres con las viejas, que por cierto dejaban mucho que desear.
La dueña se ocupaba de la intendencia, coincidiendo siempre el menú de las pobres ancianas con el menú del día anterior del mesón, lo que daba mucho que pensar. Era además la depositaria de los objetos de algún valor de sus pupilas que con el tiempo pasaba a engrosar su patrimonio. Era ridícula su actitud ante las inquietudes de las viejas cuando alguna de ellas se sentia deprimida, amonestándolas como si de niñas pequeñas se tratara y empleando frases hechas de forma reiterativa que no aportaban la mas mínima luz al desencato de aquellas pobres personas que a pesar de la edad gozaban en su mayoria de una lucidez que en nada les favorecia dadas las circunstancias.
Yo normalmente ocupaba lo que era mi despacho, pero como mis necesidades a veces me obligaban a mas de lo que podia, acepté la propuesta que me hicieron de hacer la vigilancia nocturna de todo aquel edificio de diéz de la noche del sábado a las seis de la mañana del domingo, para que el guarda pudiese disfrutar su descanso semanal. No tuve inconveniente en aceptar porque era un suplemento muy apetecible, y tampoco lo pensé cuando me dijeron que ya que el barman acudia los domingos pasadas las once, podia yo abrir el bar al dejar la vigilancia y atender a los cazadores, cosa que hasta entonces habia hecho muy a regañadientes el dueño del mesón que consideró mi afán de lucro una oportunidad de oro para poder prolongar su descanso del domingo. Como para mi esto suponia otro suplemento a mis ingresos no dudé. Ya me veis, entre semana, en el Banco por la mañana, contable por las tardes y los fines de semana además de vigilante por la noche barman al amanecer hasta el medio día del domingo. Dije que se trataba de una Residencia de Ancianos muy "sui generis" porque era público y notorio entre los clientes del mesón, que en un momento de precisión siempre tenian a su alcance alguna de las habitaciones disponibles de la residencia, y era habitual que algunas noches, sobretodo los sábados, tocasen el timbre buscando alojamiento, parejas de "enamorados" para ocupar las camas libres de lo que tenia que ser una santa institución. Era pues muy frecuente el que se mezclasen los sollozos y suspiros de la viejas con los suspiros y gritos de pasión de los enamorados que en el silencio de la noche no podia evitar oir, habiendo algunos que formaban un verdadero escandalo. Todo este preambulo, que espero no os haya aburrido, no pretende otra cosa que situaros un poco en aquel lugar, para que comprendais mejor el como, el cuando y por qué de mi relato.
Una de tantas noches de aquellos sábados entró una pareja, la mujer era muy joven y el un mastodonte que parecia muy bruto. Los alojé cobrando adelantado como era costumbre y volví al salón para ver un rato la Tele. La ponia muy bajita para no molestar a nadie y poder además oir algún ruido extraño que pudiese ser sospechoso y a pesar del televisor llegaban hasta mi unos gritos ahogados, unos sollozos llenos de dolor y desesperación. Apague la tele para poder apreciarlos mejor y comprobé que se trataba de unos gritos de angustia infinita. Pensé que aquel mastodonte estaba haciendole algo a aquella pobre chica, que ella no queria o no podia soportar y mi espiritu quijotesco me apresuró hasta la habitación para intervenir si era necesario, pero cuando llegue a la puerta comprobé que los sollozos procedian de la habitación de una anciana que me habian dicho que se encontraba muy mal y que estaba completamente ulcerada. Me diriji a la salita donde solia hacer su guardia la "enfermera" y traté de despertarla pero estaba durmiendo una mona terrible que la tenia echada sobre el sofá como un fardo sin siquiera abrir los ojos a pesar de que la zarandeaba. La dejé por imposible y aunque no era de mi incunvencia, un impulso caritativo me empujó a acudir a la habitación de la anciana, encendí la lamparita y allí estaba completamente destapada, la piel sobre los huesos, los ojos se le salian de sus orbitas con una mirada de ansiedad y desesperación que me sobrecogió y su boca entreabierta dando salida exclusivamente a sus sollozos mostraba unos labios agrietados y secos que esperaban con ansiedad la llegada de sus lágrimas para poder humedecerse. Llené un vaso de agua del lavabo y lo acerque a su boca que abrevó con ansiedad. La arropé con la sábana y me senté a su lado cogiendola de la mano. Ella me miraba interrogante era evidente que no me conocia, pero con los ojos me pedia algo que yo no podia acertar y como si alguien me dictara le dije: Solo Dios y usted saben lo mucho que está sufriendo pero esta es una oportunidad que Dios le ofrece para que vaya directamente al Cielo, con su dolor y su desesperación está pagando por todos sus pecados. Cierre los ojos y ofrezcale al Señor todo su sufrimiento para el perdón de sus culpas y le aseguro que pronto estará con El eternamente enmedio de la mayor felicidad sin tener que pasar siquiera por el Purgatorio, bastante está sufriendo ya. Ella apretaba mi mano y se me antoja que incluso me sonreia. Cuando la ví mas calmada le dí un beso en la frente y la dejé con la luz de la lamparita. No volvió a quejarse ni esa noche ni a lo largo de todo el día siguiente, consumiendose poco a poco con una muerte dulce y sosegada.
Acuérdate de mí desde la Gloria.

viernes, 28 de noviembre de 2008

UNA ANECDOTA PARA PENSAR

En Las Casas del Señor, aldea situada en pleno campo del término de Monovar (Alicante), tenia muchas hectareas de terreno, algunas en barbecho, otras plantadas de almendros, con algún que otro olivo y sobre todo muchos, muchisimos pinos, algunos de ellos piñoneros, cuyas enormes piñas, al calentarlas escupian con fuerza sus semillas, los piñones, que una vez descascarilleados eran exquisitos. Habia infinidad de atalayas desde donde podia verse el infinito, con una panoramica de tal belleza que, subjetivamente, pienso inigualable. La verdad es que esta gran finca, cuya casa sigue siendo propiedad de mi familia, la fuí comprando con muchisimo esfuerzo bancal a bancal con mis pagas extras y el fruto de infinidad de pluriempleos, algunos de ellos, que no pegaban ni con cola con mi temperamento pero que me eran necesarios para cubrir los compromisos que me creaba por las compras, cuyo pago era en general aplazado. Aprovecho la ocasión para maniestar con orgullo, que siempre fuí puntual en mis pagos.
Este afán nacia del gran amor que sentia por aquellos predios desde niño, cuando mis padres por razón de salud de mi hermana Paquita, nos llevaron a pasar grandes temporadas en la aldea, que por su clima y el agua de sus nacimientos la hacia idonea para que se recuperase, según consejo de D. José Pertejo Seseña, medico de la familia al que todos le teniamos mucha fé y que dejó este mundo hace ya muchos años, q.e.p.d.. Mi hermana padecia una Anemia Perniciosa que la habia llevado al borde de la muerte y como a las pocas semanas de respirar ese aire purisimo y beber esas aguas fuertes que tanto abrian el apetito empezó a mostrar sus mejillas sonrosadas y todos nos sentiamos alli felices y mas revitalizados, mis padres hicieron de aquella aldea un Santuario, en el que pasabamos como minimo un par de meses al año, aprovechando las vacaciones escolares; no así mi padre, que cuando agotaba su mes de permiso, solo podia estar con nosotros los fetivos y fines de semana. ¡Que alegria para todos salir a recibirlo en aquellos taxis hoy piezas de museo! Toda la chiquilleria de la aldea corriendo tras el coche como algo excepcional teniendo en cuenta que en todo el entorno no habia mas que alguna que otra bicicleta. Venia con todo lo que mi madre le habia encargado antes de partir y cantidad enorme de chucherias que nos repartia, alcanzado para que los demás chavales participaran con algún caramelo, peladillas o anisicos.
Serian muchas las historias que podria contar de aquellos tiempos en Las Casas del Señor, muchas de ellas delicadas y sublimes y todas con una fuerza de vida y de amor entrañable que son una delicia recordar, quizás algún día las comparta, al igual que aquellas que dando un salto grandisimo en el tiempo pude vivir tambien allí con quien fué mi esposa y sigue siendolo ante Dios y mis hijos, pero eso será otra historia.
No hace muchos años, yo vagaba muy a menudo por aquellos parajes que conocia al milimetro y algunos fines de semana dormia en plena naturaleza. Solia pernoctar en una cuevecita, de no mas de nueve metros cuadrados que habia en pleno monte y que tenia frente a su puerta una pequeña explanada desde donde se divisaba todo el entorno. La aldea a la izquierda, hundida en aquella cañada inmensa como si de un belén se tratara, sobretodo por la noche, cuando se encendian las luces que parecian minúsculas velitas; a mi espalda la loma en la que se emplazaba la cueva, a la derecha, una pinada inmensa, que ascendia hasta la cumbre del monte "Coto" y se extendia sin interrupción con una profundidad grandisima, de ella partian dos lenguas que casi me envolvian, una ocupando parte de mi frente y otra sobre la loma que habia a mi espalda, orientandonos según la puerta de la cueva. Donde terminaba la lengua de pinos que habia a mi frente y en dirección a la aldea, comenzaban unas quebradas por las que yo habia intentado pasar en pocas ocasiones por su peligrosidad, consiguiendolo, pero con muchas precauciones y alta dosis de riesgo, por lo que ese trayecto lo hacia generalmente dando un rodeo. Pues bien, en aquel entorno, rodeado totalmente por la naturaleza, con la única señal de vida de la aldea, tan lejana y difuminada que mas parecia una lámina colgada en el vacio, al atardecer encendia una fogata, ponia frente a ella una pequeña mesa y junto a esta un pequeño pero comodo sillón que posiblemente recogí algún día de cualquier vertedero, disponia sobre la mesa mis yantares, vino incluido y tras encender mi transistor, elegir la música mas adecuada y situarlo estrategicamente para que se oyese con la mayor nitidez, procedia a asar las longanizas y la carne de la que me habia provisto en la mochila. Trás estos menesteres, generalmente ya habia anochecido y aumentaba la fuerza de la brisa que peinando las agujas de los pinos producia un arcano murmullo en una paz sin igual. Al resplandor de la hoguera no solo miraba las estrellas por placer, tambien lo hacia obligado cada vez que empinaba la botella del vino, y como esta circunstancia se repetia muy a menudo solia terminar la cena con una somnolencia que me invitaba a meterme en la cueva para tumbarme en una colchoneta de esponja que me acogia maternalmente.
En uno de esos atardeceres, cuando acababa de encender la hoguera, ví con estupor que frente a mi, por las quebradas que os describí, un hombre, alto, vestido con una túnica blanca, caminaba apaciblemente, sin el menor signo de inseguridad, como si de la mejor avenida se tratara, sabiendo como yo sabia que por aquellos riscos, solo aptos para cabras, solo podia adivinarse, en muy pocos tramos, el resto de un sendero de antaño, completamente desplomado y por el que yo, solamente habia podido avanzar ayudandome con las manos y escurriendome a cada paso por la pendiente de aquellos pedregales. Casi me extrañó mas la facilidad con que caminaba, que la insolita indumentaria que vestia y lo que terminó de sobrecogerme fué el que la dirección que llevaba le conducia hacia esa inmensa pinada que llegaba casi a Hondón de las Nieves, mas de diez kilometros que a pié, por aquellos parajes impracticables, llenos de cortados y barrancas y de noche, nadie, incluyendome yo, se atreveria a recorrer. Lo segui con la vista sin parpadear para no perderme el mas mínimo detalle, lo ví aproximarse a la lengua de pinos que enlazaba con la inmensa pinada y lo ví perderse en la penumbra cuando ya ante mi vista solo se distinguia una amorfa mancha blanca entre los troncos de los ensombrecidos pinos. En ese punto se paró; algo blanco, inmovil, se distinguia a duras penas en la negrura de aquel bosque y yo, perplejo, me sentia incurso y extraño en un mundo esoterico.
Me metí en la cueva, cerré su puerta y casi mecanicamente comí un poco de pan con queso. La vista fija en nada y una sola imagen en mi retina, aquel hombre de la tunica blanca.
No hice ningún comentario sobre aquel suceso, pero unos meses mas tarde, mi sobrino y ahijado Javi Monzó quiso que hiciesemos una excursión juntos. Como en todo este tiempo no habia vuelto por la cueva y era donde mejor podiamos pasar la noche, encaminamos alli nuestros pasos. LLegamos temprano y tuvimos tiempo de recoprrer algunos alrrededores muy pintorescos y cuando iba a caer la tarde dispusimos todo para prepararnos una buena cena. Mientras esperabamos para que se hicieran unas buenas brasas para asar la carne, dirigiendo mi brazo hacia los riscos de enfrente le comenté a mi sobrino lo que me habia pasado unos meses atrás quedando muy impresionado con mi relato. Yo ya me disponia a separar algunas brasas cuando Javi, acercandose a mi de forma sigilosa me cogió del hombro y con voz tremula, orientandome tan solo con el movimiento de sus ojos, me dijo: "¿Es ese el hombre de la tunica de quien me has hablado?. Levante la vista y efectivamente aquella visión de la que no habia querido hablar hasta ese momento estaba frente a nosotros y mas que andar discurria por aquel sendero inexistente con la agilidad de un gamo. Se repitió calcado todo el proceso de la vez anterior y permanecimos estáticos hasta que a nuestro alrrededor solo se veia lo poco que alumbraba la fogata que ya no eran mas que brasas y mientras cenamos, disfrutamos sobrecogidos, la mas extraña de las visiones, pudiendo contemplar que en un amplio circulo alrrededor del punto donde se ocultó aquel ser, un sin fin de luces blanquisimas se trasladaban de un extremo a otro a una velocidad vertiginosa, dibujando sus estelas figuras para mi desconocidas.

jueves, 27 de noviembre de 2008

UNA ANECDOTA GRACIOSA


Como ya he comentado en alguna entrada anterior, siempre me ha atraido la naturaleza. En mis exploraciones, generalmente en solitario, cuanto mas lejano, abrupto y escondido era el lugar mas interés me despertaba, habiendo pensado en mas de una ocasión y creo que con razón que aquellos rincones no debian de haber sido pisados por ningún humano en mas de cien años. Me he metido en cuevas, recovecos, hendiduras, incluso en grietas en las que solo podia entrar tumbado en cubico supino, empapando mi espalda en los pequeños charcos que se formaban en su interior por las filtraciones, que habian formado en el techo de la grieta, a no mas de veinte centimetros de mi cara, minúsculas estalagtitas que le daban una singular belleza. Arrastrado como un reptil, teniendo que sujetar a veces la linterna con la boca y rompiendo con la cabeza las telas de araña impregnadas de polvo, que estarian allí desde no se cuando, no abandonaba mi empeño hasta llegar al final de aquellos tunelés que en muchas ocasiones aún se prolongaban por agujeros de diametro no mayor que el de una madriguera de conejos y que logicamente eran impenetrables. En una ocasión salí en exploración con dos amigos: Manuel Gutierrez que actualmente está en Madrid con un cargo importantisimo en la Compañia de Seguros "El Ocaso" y Jorge Bellot Mellado, entrañable amigo desde la infancia que hace dos años perdí victima de un cancer de pulmón q.e.p.d. Mi amigo Jorge quiso ir a la cabeza, le seguia yo y como vagon de cola "El Guti". El punto a explorar era La Cueva del Encanto en la Sierra del Caballo, situada en una de las estribaciones de la Cordillera Iberica y el comentario general es que nadie habia llegado hasta el final. Efectivamente era penosisimo pasar por algunas de sus estrecheces, tras las cuales habia que averiguar cual seria el conducto acertado. En determinado momento pensamos que ya habia concluido nuestra aventura al llegar a un receptaculo en el que pudimos incorporarnos, ya que llevabamos mas de quince minutos avanzando arrastrados o en cuclillas, y vimos que no habia ningún otro conducto para seguir. Decidimos descansar ya que estabamos completamente agotados, respirando un aire viciado, incluso escaso, pero cuando ibamos a emprender el regreso al mover la linterna "El Guti" vió que el tunel se prolongaba por el techo del receptaculo con una ligera pendiente hacia arriba. A pesar de nuestro agotamiento no quisimos abandonar la empresa pensando que iba a ser un galardón poder afirmar que eramos los unicos que habiamos llegado al final y sacando fuerzas de flaqueza proseguimos tras muchas dificultades para poder acceder a aquel tunel. No cabia mas posibilidad de avance que el arrastrar nuestros cuerpos por aquella pendiente en la que cabiamos casi justo y nuestro agotamiento se iba acentuando sin duda por la falta de oxigeno. Jorgito iba delante de mi y mi cabeza casi rozaba sus talones, la linterna a veces fallaba dejandonos en la mas absoluta oscuridad, El Guti" que empezó a sentir temor pensando que algo se arrastraba detrás de el, se sentia mas seguro agarrandose en mis piernas, lo que me producia un gran desasosiego y nuestra respiración a falta de aire se hizo cada vez mas acelerada y ruidosa. En esta situación, no sé si por la emoción o porque a Jorgito le sentaron mal los dos huevos duros que se habia comido en el desayuno, se le descompuso el cuerpo y se soltó una yesca de esas que hacen epoca, yo creo que en vez de salir se rompió en mis narices en el momento en que aspiraba con mas ansiedad el poquisimo oxigeno del que disponia, mientras que el Guti que era mucho mas menudo que nosostros soltó mis piernas y como una exalación inició el retroceso, como corcel que sale de la jaula en un handicap trascendental a pesar de ir arrastrandose y de culo y sin importarle en absoluto lo que el creia que se iba arastrando detrás de el, mientras gritaba desesperado "Ay madre, que me axfisio." Yo pensé que si me alteraba y trataba de imitar al Guti no iba a soportar el soponcio y decidí quedarme quieto y tragarme estoicamente el regalo de mi amigo haciendo volar mi imaginación pensando en la forma en que despues lo mataria y Jorgito al que posiblemente le llegaba muy poco de sus efluvios porque tenia encajonado su trasero en aquel embudo se desternillaba de risa pidiendo perdón entre ja jas Per-ja ja dón jajaja, empujando en sus espasmos alguna que otra bufa más. Aunque no lo creais y a pesar de todo llegamos al final de la cueva, solamente que al regreso dejamos a Jorgito en el último lugar. Ojalá pudiese llegar hasta el este recuerdo PARA QUE SE VOLVIERA A REIR aunque fuera a mi costa.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

AUNQUE PAREZCA MENTIRA


Nací el 24 de Junio de 1.942 día de San Juan Bautista y ese mismo día coincidió la celebreción del Corpus Cristi, circunstacia que los de aquella epoca manifestaban que no habia ocurrido anteriormente y que doy fé que a lo largo de mi vida no se ha vuelto a repetir. Está generalizado por toda España y especialmente por mi región que el día de San Juan, especialmente su noche es propicia a fenomenos esotericos y a practicas cabalisticas, existiendo relatos antiguos en los que se menciona que en esa fecha se celebraban grandes aquelarres. En la actualidad, en broma algunos, con mucho respeto otros y todos con cierta carga de emoción, aún hay quien hace en esa noche sus peticiones siguiendo el ceremonial que la tradición nos ha ido trasmitiendo. No vayan a creer que se trata de ningún ritual de brujeria ni mucho menos, las peticiones no ván mas allá de que fulanita pida que se le declare fulanito; saber el numero de hijos que tendrás en tu matrimonio o cosas similares, sin descartar el que algunos puedan excederse haciendo peticiones poco ortodoxas y siguiendo para cada cosa un determinado ritual.

El hecho de que yo naciera en ese día y con la circunstancia ya apuntada me hacia acreedor a ciertos atributos según la opinión de algunos, que auguraban a mis padres que yo habia nacido con "gracia".

Realmente, a lo largo de mi vida y comprobado por mi mismo a partir de mi adolescencia, eran muchas las cosas que intuia y de forma irremisiblemente acaecian, sin que la trascendencia de las mismas tuviese importancia como para que me pudiese considerar un superdotado; puras casualidades. Ya adulto en mas de una ocasión, viendo las noticias por la tele, al salir un determinado personaje, preveia su muerte inmediata y nunca pasó mas de un mes para que se cumpliera mi pronostico. Como el comentario a veces lo hacia en presencia de otras personas llegué a tener cierta credibilidad, pero siempre podia suponerse que la persona a la que me referia llevaba tal carga de riesgo que lo poco probable es que no tuviera tal final. No solo intuia cuestiones funebres sino tambien las trayectorias y consecuencias que muchos personajes iban a acarrear en un determinado país, ademas de cosas intrascendentes como pronosticar el embarazo de una soltera sin antecedentes que lo pudieran prever; saber si era niño o niña lo que una embarazada llevaba en su vientre y cosas similares sin haberme equivocado jamás. Cosa parecida me pasaba cuando se abria un negocio. Me daba miedo de mi mismo intuir su fracaso porque de forma indefectible se cumplia mi augurio. A cuantos he aconsejado, encontrando su rechazo, que despues han venido a decirme que debian de haberme hecho caso.

Cuando mi padre fué operado de cancer de duodeno y acudí a la clinica donde habia sido intervenido, mi madre y mi hermano ya habian sido informados de que tenia las horas contadas; estaba desahuciado. Su aspecto era terrible trás la operación. Todo lleno de cables y de tubos y sin animo siquiera para abrir los ojos. Mi hermano me dió la mala noticia con lagrimas en los ojos. Me acerqué hasta la cama, lo observé atentamente y volviendome a mi hermano le dije: "Guillermo, están equivocados, el papa no se muere." En ese momento entraba la enfermera y mi hermano le expresó mi opinión y ella, con una mirada de conmiseración me dijo " Lo siento muchisimo, pero debe hacerse el animo". Se equivocan volví a decir y me miraron con ternura. Mi padre murio mas de veinte años después a consecuencia de un infarto.

Seria tedioso y lúgubre contar la cantidad de muertes insospechadas que pronostique a mi esposa, que acaecieron de forma casi inmediata. Una tarde ví en un bar a un amigo con el que no me hablaba, pero no pude evitar acercarme para aconsejarle que se cuidase. "Joaquin, no me gusta nada la cara que te veo, debieras ir al médico". Un par de días después habia muerto. Hay casos que me infunden tal respeto que, no sé por qué, no quiero mencionar, y que nunca agradeceré a Dios de forma suficiente el que mi visión fuese tan acertada y positiva a pesar de que el pronostico de los médicos fuese completamente negativo.
Un día acompañé a mi esposa a la consulta de un médico omeopata y aprovechando la visita le consulté sobre ciertas molestias que sentia. El medico que de nada me conocia me observó con un aparato el iris y le dijo a mi esposa: "Lo que su marido tiene no es cosa de médicos. Si Vds. me prometen discreción yo les podria llevar a un amigo que sabe mucho mas que yo sobre estas cuestiones. No les vá a cobrar nada y por mi parte lo unico que les pido es que me permitan estar presente en la entrevista". Esa entrevista se tuvo que posponer tantas veces que al final tuvimos que descartarla, pero siempre me he preguntado ¿Que veria en el fondo de mis ojos?


sábado, 22 de noviembre de 2008

UN PASO ADELANTE Y OTRO HACIA ATRAS


No es necesario que lo asegure, porque los que han conocido a mi familia bien lo saben, mi casa siempre ha sido un santuario con las puertas abiertas, de par en par, para todos los que han llegado. Punto de encuentro y esparcimiento donde quien ha venido ha tenido asegurada una estancia grata y divertida que les ha incentivado a repetir sus visitas sin que jamás se hayan sentido defraudados. La nunca bien ponderada madre de mis hijos ha sido madre y consejera tambien, de todos sus amigos y amigas, que no dudo en absoluto, siempre la recordaran con un afecto por encima de lo que supone una buena relación social, porque han comprobado en la sinceridad y el cariño de nuestro trato, que lejos de sentirlos huespedes, eran considerados integrantes de esta gran familia, beneficiaria y receptora de la felicidad que nos aportaban con su compañia. Unos más asiduos, otros distanciando mas nuestros encuentros por las circunstancias que impone la vida y algunos otros que probablemente no volvamos a ver por las grandisimas distancias que nos separan, se que guardaran siempre entre sus mas privilegiados recuerdos, la sombra de nuestra marquesina, la mesa camilla del salón, la gran mesa de nuestra cocina y el sofá frente al fuego en el invierno, con las anarquicas tertulias entre aquella algarabia de gritos y risas, que hacian resaltar los poquisimos interválos de silencio. Nosotros, los ahora mayores y los que entonces ya eran mayores y que poco a poco nos fueron dejando, gozabamos de la fuerza y el empuje de la nueva generación, disfrutando contemplandoos, quizás mas que vosotros mismos actuando.
Yo he tenido la suerte y la desgracia de vivir cuatro etapas en lo que al concepto de moral se refiere: La estrictisima, la menos severa, la de apertura y la del desmadre. Me he reprimido en la primera, me he sorprendido en la segunda, se fueron derrumbando todos mis ídolos en la tercera y como no, en mi chochez, me desmadré en la cuarta, pudiendo llegar por mis experiencias a conclusiones que los que no han vivido esas cuatro epocas nunca podrán comprobar. Creo sinceramente que en muy pocas cosas se ha ganado y en otras muchas se ha perdido. Como ya es dificil hablar de moral porque es un término casi anacrónico, cuando ocurre algo que en otros tiempos hubieramos tachado de inmoral, decimos que es poco etico y en esa frase se diluye todo el morbo que sugeria el término "inmoral". El hombre, en general, ha dado rienda suelta a sus pasiones. Se vive la vida como lo que es, algo que se acaba y que hay que aprovechar. Lo que no nos hemos parado a pensar es lo que verdaderamente es provechoso y en nuestro afán de búsqueda de nuevas experiencias, no gozamos ni apuramos en su plenitud lo que ya tenemos, porque siempre queda relegado por lo que deseamos, y así en una espiral que nunca acaba. Yo ya en el romanticismo de mi juventud y quizás intuyendo lo que se nos avecinaba escribí una poesia en la que sus últimos cuatro versos decian:



Que la pasión no busque jamás el beso,

Que nos baste tan solo con el aliento.

Si el suspiro se prende ya no es suspiro,

Si el deseo se logra ya no es deseo.



Creo que seriamos muchos los mayores que rechazasemos volver a los veinte años para reiniciar de nuevo nuestra vida, salvo que fuera con la experiencia de todos nuestros años y es posible que ni aún así. El hombre vive el momento y si su momento es de carencia, imagina. ¡Este es el verdadero extasis! Lo imaginado está por encima del plano de la realidad y podemos hacerlo tan sublime que sin duda seriamos capaces de renunciar a todo con tal de alcanzar ese irreal climax de felicidad. Hasta tal altura podemos llegar con nuestra imaginación, que a veces pensamos que despues de vivido nuestro sueño ya nada de la vida nos importataria; pero no es así y entonces, defraudados, pretendemos dar marcha atrás para recuperar lo que perdimos. Es un paso adelante y otro hacia atrás en nuestra quimerica búsqueda de la felicidad.

Hubo un tiempo, que añoro, en que estuve convencido de que la estampa de mi verdadera felicidad era verme viejo, cogido de la mano de mi esposa, tranquilo, en paz conmigo mismo y con los demás, al calor de la lumbre, compartiendo un sin fín de bellos recuerdos. Aquellos sentimientos se condensan en una poesia que escribí y que dice:

Que hermoso debe de ser

morir bajo de un olivo,

bajo una parra o un chopo,

bajo una higuera o un pino.

En la casa solariega,

sin las prisas ni los ruidos,

morir tranquilo y con fé,

morir en Dios y contigo.



Despues, las circunstancias, las incomprensiones, el afan de busqueda, el inconformismo, ese paso adelante que nos empuja irremisiblemente me condujo a escribir otra poesia cuyos primeros versos dicen así:



Quiero decir las cosas que nunca nadie ha dicho;

ver enormes estrellas en corpusculos infimos;

encender mis pasiones en senos infinitos

y estar varado eterno entre preciosos muslos.

Quiero captar las muecas de todos los placeres

y aglutinar con ellas, sintetico y fatídico

el orgásmo gigante que está en todas las mentes

y que inconscientemente buscamos desde niños.

Quiero tener acceso a todos los resortes

que impulsan nuestra vida al bien o al mal y cuando

en el Cielo no encuentre la presencia que ansio

me lanzaré al Averno en busca de lo que amo.



En mi paso atrás me quedaria con mi primer criterio, pero aunque somos responsables de nuestros actos, no somos dueños de nuestro destino y hay cosas que se rompen y no se pueden volver a componer. La estampa a la que me remitia en mis momentos de angustia, las imagenes que me daban fuerza para seguir luchando por obtener el premio final que os describí, se han diluido. No cerraran mis ojos las manos que siempre pensé que lo harian ni volará mi último suspiro por la casa solariega en que deberia haber gozado de todos mis recuerdos. Sirva mi experiencia para que os afinqueis en todo lo bueno que teneis y si dais un paso hacia adelante lo hagais con muchisimo tiento. A mi de todas formas siempre me quedará el poder decir: "Yo tuve la dicha de tener.....







jueves, 20 de noviembre de 2008

RETOS Y LOGROS


Yo tenia una finca grandisima en Petrel, lindaba por el Norte y el Este con Castalla y por el Oeste con Sax. Era montuosa y agreste y en ella habia todavía especies animales dificiles de ver en otros entornos. Esta, es la finca donde acaecieron los hechos que cuenta mi hijo Juan Ramón en una de las entradas de su blog, concretamente la titulada: "Excursión a la Cueva del Olmo" y esta Cueva del Olmo es precisamente tambien donde concluiria una aventura digna de pasar a la posteridad, que voy a relataros, al igual que quizás lo haga con otras muchas que tambien merecen ser recordadas
En una de mis excursiones en solitario, observé que en el fondo de la Cueva, en el vertice inferior de la izquierda, entrando en la misma, podia apreciarse cierta humedad. A mi nunca me ha gustado especular, siempre he afrontado los hechos lo mas directo que he podido, lo que naturalmente, en esta ocasión, me obligaba a cabar para ver lo que de alli salia. Lo humedad fué acentuandose, hasta que lo que era tierra húmeda se transformó en barro y este en caldo, al mismo tiempo que rompia y sacaba gran cantidad de raices. Era obvio que de allí surgia el agua y que para limpiar aquello debidamente necesitaba herramienta adecuada y algunas cosas más, por lo que a pesar de mi entusiasmo ante aquel hallazgo decidí posponerlo para otra ocasión en la que contase con todo lo necesario para llevar a buen fín mi empresa.
Me era dificil conciliar el sueño; revivia mentalmente todo lo ocurrido, imaginando como podria eliminar, de forma definitiva, aquellas raices que entorpecian el paso del agua, tambien imaginaba la forma y profundidad de la pileta que se requeria para mis fines, considerando que era imprescindible darle una salida en el nivel adecuado para que el agua no permaneciese estancada y corriese hasta el exterior. Era pues imprescindible acarrear hasta allí un pico, una paleta de albañil, un saco de cemento, un nivel y unos veinticinco metros de manguera de diametro no inferior a una pulgada. La arena y la grava podia obtenerla de la rambla que atravesaba aquel paraje y los ladrillos podian ser sustituidos con piedras que logicamente por allí no faltaban. Para tener exito en mi cometido era imprescindible profundizar hasta que se apreciase a simple vista como el agua brotaba y retenerla mediante una pileta cuya altura no debia exceder mas de diez centimetros por encima del nivel que alcanzara el agua en su espansión, dejando justo cinco centimetros por debajo de ese nivel un orificio donde se instalaria un extremo de la manguera. Tomando este punto como referencia inicial, se debia abrir una pequeña zanja con un declive mínimo de un 5%, a lo largo de la cual se extenderia y cubriria la manguera cuyo extremo saldria al exterior de la cueva desaguando en otra pileta lo suficientemente amplia para que pudiera beber cualquier ser viviente.
Fuí comprando todos los materiales y útiles necesarios y cuando ya todo estaba dispuesto, me dirigí a la finca dispuesto a culminar mi proyecto, teniendo que añadir a mi impedimenta una cantimplora con agua y unos bocatas. Llegué al pie de la finca a las ocho de la mañana. A partir de allí todo el camino tenia que ser a pie. Yo sabia que me iba a ser muy penoso transportar un bagaje tan pesado e incomodo, pero antes de salir habia preparado con unas cuerdas, el saco de cemento, como si de una mochila se tratase. El pico formaba parte de este bulto, sujeto al saco de cemento, al estilo militar. La manguera enrollada al máximo la sujetaria en forma de bandolera, pasando mi cabeza y uno de mis brazos por el hueco. Esta impedimenta me resultó penosisima porque como elegí una manguera muy rigida para evitar que se chafase, su excesivo diametro hacia que me arrastrase de forma ostensible, molestandome muchisimo al andar, teniendo que hacerlo practicamente de lado para evitar tropezarme con ella. La paleta y el nivel iban sujetos a mi correa, al igual que la cantimplora y la bolsa con los bocadillos. Sentado en la trasera del Renault-6 en que me habia desplazado, fuí colocandome el equipo y sujetandolo lo mejor que pude y cuando ya estaba listo me dí impulso y no pude levantarme, aquello pesaba mas que El Monasterio del Escorial. Me concentré todo lo que pude, redoble el esfuerzo y a duras penas pude ponerme en pie, bajé la puerta trasera del coche y me dispuse a caminar. A no mas de treinta metros habia un pino grandisimo y pensé que no seria capaz de llegar hasta el y cuando lo conseguí apoyé la bolsa de cemento en su tronco y fuí escurriendome hasta apoyar mis posaderas en el suelo, convencido de que mi proyecto era impracticable y que no habia en el mundo persona capaz de tal proeza. Estas manifestaciones solamente pueden comprenderlas los que han ido a la Cueva El Olmo. Sin ninguna impedimenta, libre de pies y manos ya es una hazaña por la distancia y por lo impracticable del camino. Imaginense en mi situación, con una bolsa de cemento que como mínimo pesaba 30 kilos, un pico, un rollo de manguera de 25 metros, que me arrastraba por el suelo y que se enganchaba en todos los matorrales que encontraba a su paso,con el nivel, la paleta, la cantimplora y los bocadillos todo ello colgado de mi correa como piñatas en serie que se bamboleaban a cada paso que daba, golpeandome a veces las partes nobles y las menos nobles y teniendo que subirme los pantalones cada diez pasos porque por el peso de tanto colgajo se me bajaban y me pisaba los camales bajo un sol que ya empezaba a quemar como un demonio. Para cualquiera ese punto hubiera sido el final del trayecto, pero mi caracter se agiganta ante la dificultad y me planteé el siguiente razonamiento: "Si fuera facil cualquiera lo habria hecho. Es imposible que hagas el recorrido de un tirón, pero si te vas imponiendo unas metas quizás lo consigas. Imagina que este pino es la primera meta que tenias que alcanzar, calcula ahora que distancia eres capaz de recorrer y alli paras de nuevo y descansas. Así me lo propuse y así lo hice, teniendo que hacer un par de nuevos orificios en mi correa y volver a enrollar varias veces la manguera que al ir enganchandose por todas partes se aflojaba y cada vez me arrastraba más y más. Lo que mejor recuerdo de este reto que me habia impuesto, no son precisamente las penalidades sufridas a lo largo del trayecto, ni los pinchazos con los espinos, ni mis rasguños con los matorrales, ni el par de caidas en las que casi me dejo las rodillas, ni siquiera ese calor insoportable que estaba poniendo a prueba mi resistencia, de lo que verdaderamente me acuerdo, o mejor, lo que recuerdo con mas cariño y me hace sonreir tantas veces como viene a mi memoria, es mi alegria a lo largo del trayecto, sobretodo cuando mas penosa era mi situación, yo me reia a carcajadas imaginando que pensarian de mi si me estuviesen observando, mas que andando, arrastrandome por aquellos parajes inhospitos, en algunas ocasiones en posiciones tragi-comicas no exentas de peligro, con aquella impedimenta a rastras que anulaba toda mi agilidad y aquél terrible peso a mis espaldas que me exigia tumbarme a cada paso. Creerian sin duda que era un demente o un brujo realizando un ritual extraño. ¿Quien podria imaginarse, ni remotamente, que todo aquel esfuerzo fisico y economico no tenia mas fín que construir una pileta donde pudieran calmar su sed los animales de la zona y algún que otro aventurero que como yo fuese capaz de internarse por aquellos vericuetos?.
No sé si el fruto de mi trabajo subsistirá aún hoy, o si algún gracioso de turno habrá destruido mi esfuerzo, pero yo siempre llevaré en mi corazón la satisfacción de haber contribuido en aquel entorno, con una humilde hazaña, digna al menos de ser relatada al calor de la lumbre de algún frio invierno, con la nostalgia, impresa en mi recuerdo, de las vivencias de aquellos tiempos que nunca volverán.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Y AHORA UNA HISTORIA DE LA MILI - FINAL


Mi salida del hospital me ponia en una encruicijada que no sabia como resolver. Puede que parezca irrisorio, pero para mi era vital conseguir un destino en el que tuviera solventados mis problemas de intendencia. Mis experiencias anteriores me habian puesto en guardia del peligro que me suponia no encontrar un recurso que me permitiera echar de vez en cuando algo al estómago, y volver a las oficinas me condenaba a ser el fantasma de los bocatas durante los trece meses de mili que me quedaban, con el consiguiente riesgo de ser linchado si en alguna escaramuza me sorprendian. Me incorporé a la Plana Mayor de Mando, que era la compañia a la que pertenecia como todos los destinados a oficinas y cargos similares, pero no reclamé mi puesto en la Jefatura de Instrucción. Esto era atípico, pero era la unica forma de nadar y guardar la ropa. Si me hubiese reincorporado a las oficinas ya no hubiese podido dejar ese destino, pero si no me descubrian siempre podia reclamarlo, empleando el tiempo que pudiese aguantar en esa situación en buscar alguna vacante mas idónea para mis propositos que mi incomestible maquina de escribir, sin perder, con ella, mi último recurso de los bocatas. Tanto los destinos en Cocina como en Cantina estaban acaparados y no se me ocurria que otro lugar podria encontrar donde tener a mano un tasajo que echarme al buche. Mi abastecimiento de cigarrillos casi lo habia cubierto con cirto jueguecillo que puse de moda y que habia venido practicando con mucho exito en el Hospital. Se trataba de adivinar el nombre de un personaje, conocido mundialmente, haciendo diez preguntas a las que solo se me contestaba Si o No. En cierto modo es bastante dificil, pero yo conseguia diariamente bastantes cigarrillos. Pero la comida...
Mis días estaban contados porque solo disponia del dinero que me habia mandado mi padre durante mi estancia en el Hospital, que no habia gastado, mas noventa pesetas que como Cabo me pagaban al mes y que me abonaron cuando me reincorporé a la Compañia.
"Dios aprieta pero no ahoga" y esto lo he podido comprobar a lo largo de toda mi vida. Siempre me ha echado una mano cuando creia que iba a hundirme y en esta ocasión, como en todas, vino a salvarme. Cruzaba, muy abatido, el gran patio del Cuartel y alguien me saludó. Sinceramente yo no sabia de quien se trataba, pero el, me dijo: "No te acuerdas de mi? Soy el Contable de la Renault. Yo habia ido varias veces con mi cuñado, (si, el que me llevó hasta las mismas puertas del Cuartel cuando ingresé de recluta), a ver a D. José Luis Curt, que era concesionario de la Renault en Alicante, buen amigo, paisano de mi cuñado. El motivo, comprarle un R-12 y este chico, Juanito, nos habia atendido en el tema de la documentación. Mi cuñado por donde pasaba dejaba huella y sin duda por su jovialidad y los buenos ratos que pasamos juntos, tambien se acordó de mi. Me alegré mucho de saludarlo; me pregunto por Tony, (mi cuñado), y tras las logicas complacencias me preguntó si tenia algún destino, a lo que le contesté que no. ¡Hombre!, me dijo, yo me licencio dentro de mes y medio y ya pensaba buscar alguien para que me sustituyera; estoy llevando la contabilidad de la granja y precisamente he venido a presentarle las cuentas mensuales al Teniente Coronel Mayor. Si quieres le pido que te reclame para que estés impuesto de tus obligaciones una vez yo me licencie. No te hubiese podido decir nada si no hubieses tenido galones, ya que si aceptas irás como Cabo Comandante de Puesto y nadie vá a molestarte. Aquello es un paraiso. No sabia si abrazarlo o besarlo y solo se me ocurrió preguntarle: ¿Pero tu crees que me darán el cargo? Claro que si ¿Supongo que sabrás llevar una contabilidad? y si no yo te enseño, no te preocupes. Esperate por aquí que cuando salga es posible que pueda decirte algo. Yo sabia que en la granja habian vacas y por lo tanto leche y gallinas y por lo tanto huevos. Además sabia que habian cerdos y que periodicamente se mataban algunos para la tropa por lo que tambien habia carne y que si me aceptaban yo iba a ser alli el Jefe y a nadie tendria que mendigar y reventando de felicidad no queria exteriorizarla por temor a que todo se derumbase como una torre de naipes. El tiempo se hizo interminable pero cuando salió del despacho y me vió, esbozó una simpatica sonrisa, levantó el brazo derecho y ví que en su mano llevaba un Oficio que no era otro que la orden para mi traslado al Campamento de Rabasa donde yo habia hecho todo mi """Periodo de Instrucción""" y donde se ubicaba La Granja. Como ya dije, mi Compañia era La Plana Mayor a la que pertenecian todos los destinos administrativos y similares y mi encuadramiento siguió en esa Compañia a pesar de mi traslado a Rabasa, quedando mi situación como Agregado al IV Grupo de Combate, con destino en la Granja y libre de servicios. ESTO ES MUY IMPORTANTE QUE LO RECORDEIS POR CIERTOS ACONTECIMIENTOS QUE MAS ADELANTE RELATARE.
Yo estaba en Rabasa pero como si no estuviese. Ni pasaba listas ni se contaba conmigo en absoluto. Juanito me puso al corriente de mis obligaciones, me presentó al Teniente encargado, que solo aparecia tres o cuatro veces a lo largo del año, al Veterinario, un civil, que nos trataba con mucho respeto y poco a poco a los dieciseis soldados que iban a quedar a mi cargo. Desde el primer día me dió dos consejos muy importantes 1º No permitir ninguna familiaridad por parte de los soldados, dejandoles que pensasen que tenia la recomendación de un altisimo cargo y 2º procurar no ser muy visto por el campamento y sobretodo, no comentar las excelencias de mi destino para evitar las envidias y sus consecuencias; dos sabios consejos. Juanito se licenció y me dejo un gran vacio, no habiendolo vuelto a ver jamás.
Los encargados de la cocina venian todos los días a recoger la leche para el desayuno de la Tropa, eso les suponia mucho trabajo, porque tenian que trasportarla, a mano, en grandes cazuelas pesadisimas, a lo largo de un gran trayecto. Para congraciarme con ellos y obtener sus favores, cada día hacia enganchar el carro a uno de los mulos de la granja y tras medirles la leche, con generoridad, volvian a la cocina a caballo y sin ningún esfuerzo. Lo mismo hacia a la hora de pesar y transportar la carne, y como periodicamente el veterinario procedia al castrado de los cerdos y se obtenian hermosisimas bandejas de creadillas que yo les regalaba, siempre fuí muy bien recibido en la cocina donde siempre encontré, incluso a veces hicieron exclusivamente para mi, un plato suculento. Aparte de esto, cuando los soldados recogian la caldereta de chocolate y los croissant o las ensaimadas de nuestro desayuno, siempre habia una ración doble para el Cabo. Los meses fueron pasando sin que me acuciase ninguna privación, siendo muy cordial mi trato con los soldados, a los que favorecí en todo lo que pude, y faltandome dos meses para licenciarme quise tener el mismo rasgo de generosidad que Juanito habia tenido conmigo, eligiendo como sustituto a un chico de Elda que ni conocia, pero era paisano y para mi fué suficiente. Cuando se lo presenté al Teniente Encargado hicieron muy buenas migas y yo los dejé hablando mientras seguia con mis ocupaciones. Al poco tiempo, en unas planicies que habian cercanas a la Granja iniciaron el rodaje de una pelicula," El Tigre de no sé qué " y corrió la voz de que necesitaban extras. No tardaron mis soldados en pedirme permiso para acudir al rodaje. No era facil que me descubrieran, pero era muy grande el riesgo si algo pasaba, al ser el unico responsable de la granja, y no accedí. Me tocaron la fibra sensible cuando me dijeron que ellos siempre habian cumplido conmigo, que estaban muy lejos de sus casas y que era la unica oportunidad de poder ver como se filmaba una pelicula y como colofón, no se les ocurrió otra cosa que decirme que no me pedian el favor pensando solo en ellos y que me darian una parte de lo que les gratificasen como Extras ya que ellos iban a divertirse y yo me quedaba trabajando y al fin y al cabo era el responsable ante la remota posibilidad que algo ocurriera. Esta última consideración me llegó al corazón y no pude resistirme, por lo que diariamente ocho soldados trabajaban y los otros ocho se iban al cine. Nuestro mutuo convenio, que se cumplia día a día religiosamente, se fué al traste cuando delatado por mi paisano pupilo, acudió el Teniente encargado y mientras transitaba a lo largo de la larguisima avenida de higueras que lo separaba de la granja distribuí a mis ocho soldados por los alrrededores para que, al llegar, viese movimiento de tropa en plena actividad. Trás cuadrarme con una perfección que nunca habia logrado, le dí el parte de sin novedad, observando que no me prestaba la mas mínima atención mientras miraba con insistencia a su alrrededor. De pronto me preguntó: ¿Donde esta Cristobal? Está en el Botiquin mi Teniente, es que se ha hecho un corte. ¿Y Julian?. Se quedó regando el fin de semana, que le tocaba rebaje y le he dado dos dias para compensarlo. ¿Y Pablo? - Han mandado recado del cuerpo de guardia de que habia llegado un familiar y lo he mandado ir. ¿Y..., al llegar al cuarto ¿Y? ya me habia dado cuenta por su gesto de que venia informado, por lo que cambié el chip y le dije:" Mire mi teniente, si quiere podemos pasar por los establos y verá que están limpios como una patena y las vacas ordeñadas, Las pocilgas, se puede comer en ellas de lo limpias, la hierva ya la ve usted, cortada y extendida al sol, los sembrados regados. No creo que encuentre nada que no esté en orden. Los chicos han trabajado bien y he permitido que alguno de ellos fuese a ver como filmaban una pelicula que están haciendo muy cerquita de aquí. Si cuando al tiempo que decia mi ultima palabra "aqui" no la hubiese esquivado ahora estaria cojo. Fué tal la fuerza con que me echo la patada a la espinilla que al no encontrar su destino y perderse en el aire, se calló de costado, mientras que con una cólera que me hizo estremecer y comprender que todo dialogo era vano, me decia "TE VOY A MATAR, TE VOY A MATAR" Yo dudé un momento, pero cuando ví que echaba mano a la pistolera salí corriendo y no paré hasta que llegué al Puesto de Guardia, mientras el Teniente Ferrero, que así se llamaba, vociferaba a todo pulmón, " PARATE CANALLA, TE VOY A MATARRR". Estaba de Oficial de Guardia el Comandante Sanchez, encargado de la Jefatura de Instrucción donde yo habia prestado mis servicios en el primer destino y al reconocerme y verme tan angustiado me pidió una explicación a lo que yo contestaba "ya le diré mi Comandante, ya le diré, pero ahora protejame, el Teniente Ferrero me quiere matar, ¿no lo oye?. Viendo que las cosas iban en serio me metió en el calabozo y cerró. En unos segundos apareció el Teniente, que era grande y gordo, completamente congestionado y cojeando por la caida y por el esfuerzo, con los faldones de la camisa fuera, la gorra en la mano y empapado de sudor, pidiendo mi cabeza. Siempre habia sentido simpatia por el Comandante Sanchez, y ese día fué mi Angel de la Guardia. Sosegó al Teniente haciendole ver que su actitud solo podia traerle problemas y le convenció de que el castigo debia imponerlo otro oficial para evitarse malos entendidos ofreciendose el mismo para llevar a cabo ese menester, asegurandole que me iba a aplicar un castigo ejemplar. No muy satisfecho, pero, como militar, consciente de que no podia ni debia discutir el criterio de un superior, aceptó tras asegurarse por segunda vez que el castigo iba a ser ejemplar.
Despues de marcharse el Teniente, el Comandante me abrió el calabozo y con una seriedad que nunca habia visto en el, me preguntó que habia pasado exactamente y que no intentase mentirle en lo mas mínimo porque de lo contrario tendria doble castigo. Le expliqué al pié de la letra cuanto habia pasado y cuando llegué a lo de la patada que esquivé y la caida del Teniente, no pudo aguantar su seriedad y explotó a reir a carcajadas. Me dijo que jamás estuviese a menos de dos kilometros del Teniente y que comprendiera que tenia que imponerme un castigo, aunque no iba a ser demasiado severo. Yo sé que el Comandante Sanchez me apreciaba pero como su presencia en Rabasa era solo por cuestión del Servicio, delegó el control de mi castigo al Sargento Macarro que era algo jodido y este sin duda, lo corrigió y lo aumento, pues a partir de entonces cuando no me ponian guardia me ponian ronda, cuando no vigilancia, al otro cuartel y si por casualidad un día no tenia servicio, me mandaba cabar los cimientos de las casas que se iban a construir para los suboficiales y arrojar los escombros a un vertedero que estaba casi a medio kilometro, con una carretilla que tenia el eje torcido y la rueda floja, que hacia que me acordase a todas horas de la familia del Teniente, del Comandante y sobretodo del Sargento que con tanta devoción, saña y entusiasmo me controlaba.
Me quedaban dos semanas para licenciarme, era viernes y el sábado empezaban los fiestas de Moros y Cristianos en Elda, yo estaba de cabo Cuartel ese día, jodido y cabreado, pensando que mientras yo estuviera de guardia o de trabajos forzados el fin de semana, el capullo de mi protegido delator iba a estar bailando y divirtiendose como cabo de escuadra, que era, de la Comparsa de Contrabandistas. Fué entonces cuando se me ocurrio una brillante idea que iba a terminar con todas mis desdichas y que además podia servirme de dulce venganza para mi pupilo. Calculé mi plan al milimetro y... El Oficial del IV Grupo de Combate era un militar muy escrupuloso. La tablilla de servicios quedaba expuesta en el tablón los viernes por la tarde, ordenando los servicios hasta el viernes de la semana siguiente. Al mediodia, me acerqué al Oficial y le dije: " Estoy muy preocupado mi Teniente, mi Compañia es la Plana Mayor de Mando en Benalua y fuí enviado a Rabasa como agregado, con destino en la Granja. Vd. lo puede comprobar en las planillas y en el Oficio con mis órdenes que aún conservo. Mi estancia aquí responde a mi destino en la Granja y yo he dejado como sustituto a otro cabo porque en unos días me licencio, este está de forma interina porque fuí yo el que lo reclamé para cuando me licenciara y de momento sigue perteneciendo a esta Compañia, y lo que me preocupa es que creo que cuando dejé la granja, en vez de instalarme en este IV Grupo de Combate debia haberme reincorporado a mi Compañia. Es algo que me ha venido a la cabeza esta misma mañana y desde entonces me encuentro nervioso. La chispa que yo esperaba surgió de inmediato. NATURALMENTE, SI TE MANDARON PARA ESTAR EN LA GRANJA Y YA NO ESTAS EN ELLA DEBIAS HABER COMUNICADO TU SITUACION Y PEDIDO TU TRASLADO. Eso es lo que yo he pensado, por eso se lo digo, para pedirle el oficio de traslado. Cuando ya tenia el oficio en mi bolsillo agregué. Mi teniente, no sé si me irán a asignar algún servicio para estos días. Seria conveniente que me diese una nota para el Cabo Furriel para que me dé de baja en sus listas. Dicho y hecho. Me fué muy facil, para que no se calentase mucho la cabeza, convencer al Furriel de que debido a mi orden de traslado, el Cabo idoneo para que cubriese mis servicios fuese el de la Granja, que de momento no estaba rebajado de servicio oficialmente, y todo lo demás discurrió sobre ruedas. Cumplí con mi servicio de Cabo de Cuartel lo que quedaba del viernes y el sábado por la mañana, despues del desayuno salí de Rabasa por la puerta grande. Como el plan tenia que ser perfecto para evitar represalias faltandome unos días para mi licencia, me presenté en Benalua consciente de que la planilla de servicios ya estaba expuesta y que naturalmente yo no aparecia en ella. Me presenté al Oficial de mi Compañia en La Plana Mayor que tomó nota de mi orden de traslado y me anotó en las listas y una vez cumplidos los requisitos reglamentarios le dije: "Mi Alferez, como acabo de incorporarme, tengo ropa sucia y no tengo ningún servicio esta semana, ¿podria darme un rebaje ordinario de sábado a lunes para arreglar mis cosas?. No vió ningún inconveniente y me marché a ver los Moros y Cristianos de mi pueblo con mi rebaje en el bolsillo. Cuando mi paisanete pudo comunicarse con el Teniente Ferrero y le contó que habia tenido que tragarse todos los servicios, que gracias a el me habian endosado, queria abrirme un Consejo de Guerra, pero como yo habia hecho todo lo que correctamente se podia esperar de mi, de acuerdo con las ordenanzas y siguiendo todos los conductos reglamentarios y no se podia hacer mención de mi castigo porque no habia sido impuesto de forma oficial, nadie tuvo legalmente nada que reclamarme y el chivato de mi paisano bailó los pasodobles festeros con el mosquetón.
El día de la Licencia salian del Cuartel: La Plana Mayor, Morteros y el II Grupo de Combate, es decir 345 entre soldados y cabos, Todos estabamos listos para la salida pero la liquidación de haberes la anunciaron para despues de la comida. ¿Quien iba a esperarse por una miseria?. Yo comprendí la jugada del Sargento Pagador y sabia la impaciencia de los soldados por lo que me subí a mi antigua oficina y encabecé varios folios de la siguiente forma: "Los abajo firmantes autorizamos al Cabo Juan Ramón Cabrera Amat, pera que en nuestro nombre cobre los haberes que nos corresponden en el presente mes. Con estos folios me fuí a la puerta de salida y conforme se iban marchando les pedia el autografo diciendo ¿Que preferís que se lo chupe el Sargento o que haga yo una fiesta en vuestro recuerdo? y eran muy pocos los que no me firmaban, poniendo logicamente bajo, el Fdo: y su nombre completo y Compañia. A lo largo de toda la mañana conseguí infinidad de firmas y esperé en la puerta de Pagaduria. Cuando el Sargento vió que quedabamos cuatro gatos abrió y el ver su cara cuando extendí ante sus ojos los folios con casi doscientas firmas fué la mejor imagen que pude quedarme como recuerdo de aquellos veinte meses. Esta fué mi última putada.

FIN DE LA HISTORIA.-

sábado, 8 de noviembre de 2008

Y AHORA UNA HISTORIA DE LA MILI - PRIMERA PARTE


Me incorporé como voluntario para hacer el Servicio Militar en el Cuartel de Benalua de Alicante hace la friolera de cuarenta y ocho años. Me trasladó desde Elda hasta la puerta del mismo Cuartel mi cuñado Antonio Olaya Gallego (q.e.p.d.), todavía nóvio de mi hermana Paquita y con el salero que le caracterizaba me dijo: "Animo Juan, que ya estás prácticamente Licenciado" y así era, visto desde mi perspectiva actual, en la que me doy cuenta de que mi vida ha pasado como un soplo, pero aquellos veinte meses, por entonces, me parecieron una eternidad. Seria interminable contar todas mis anecdotas llenas de hazañas y picardias, por lo que pasaré por alto muchas de ellas y me limitaré solo a las que con mas agrado recuerdo, a pesar que en algún caso podian haberme traido muy malas consecuencias. Si me leyera algún coetaneo pensaria que miento al afirmar que tan solo hice unos días de instrucción en dicho periodo y que además tampoco asistí a gimnasia, cosa que creo que no tiene antecedentes y no fúé porque escamotease esas obligacines sino porque fuí rebajado por mis superiores para esos menesteres. Tanto el Teniente como el Capitán de mi compañia eran unos enamorados de su oficio y la táctica militar era, digamos, una asignatura a la que prestaban mucha atención dedicandole las dos horas anteriores a la comida. Nos sentabamos en semicirculo los ciento quince soldados que formaban la compañia frente a nuestro Teniente que con gran meticulosidad explicaba en la pizarra, con gráficos y dibujos las diversas técnicas de combate. Siempre le faltaba tiempo y si queriamos hacer anotaciones para poder contestar las preguntas que al día siguiente irremisiblemente nos iban a hacer no podiamos atender sus explicaciones y en caso contrario era muy dificil que pudieramos retener el sin fin de cosas que, en su afán, trataba de hacernos comprender. No habia mayor decepción para él que cuando, antes de iniciar la clase del día, el Capitan nos hacia alguna pregunta del tema del día anterior, no supieramos contestarla a pesar de su patente esfuerzo.
Un día me dirigí a él y con el mayor respeto le dije: " Mi Teniente, estoy viendo todos los esfuerzos que está haciendo por darnos una buena formación militar y observo que no dispone de tiempo suficiente, y por nuestra parte, si copiamos sus gráficos no podemos prestarle toda la atención y si no lo hacemos, es dificil que podamos retener todas sus explicaciones. Si usted quisiera yo podria pasar a multicopista los temas, los gráficos, incluso podia incluir algún que otro dibujo explicativo que usted considerase oportuno y de esta forma cada soldado iniciaria la clase teniendo en sus manos, por escrito, lo fundamental del tema; podria seguir sus explicaciones sin tener que distraerse con anotaciones y en las horas de descanso podria repasar tanto el tema del día como los anteriores. El Teniente me escuchaba con mucha atención y cuando terminé exclamó: MAGNIFICO CABRERA ¿Cuando puedes empezar?. En principio tendria que ir a casa a recoger la multicopista. Si Vd. me diese un par de días podria hacer acopio de tinta, clises y folios de papel. Como comprenderá tendrá que comunicar a los soldados su obligación de colaborar en los gastos, que si a Vd. le parece bien podriamos calcular en una peseta por tema y desde luego tendria que prestarle una dedicación que me impediria acudir a Instrucción y a Gimnasia. Esta última condición no le gustó en absoluto y estuvo a punto de abortar mi plan, pero la idea le habia gustado de tal manera que removió cielo y tierra hasta que consiguió que le autorizasen para concederme tal rebaje. El Clisé me costaba 16 ptas., la tinta no mas de 5 Ptas. los folios a 10 ctmos. 11,50 Ptas. es decir un total de 32,50 Ptas. Lo que me suponia unos ingresos diarios de 81,50 Ptas. una verdadera fortuna en aquellos tiempos y además rebajado de servicios.
La víspera de la Jura de Bandera habia una gran algaravia en nuestro Barracón. Yo me encontraba a los pies de mi litera ordenando mi macuto y de espaldas a mi un Cabo Primero que habia demostrado su mala leche a lo largo de todo el periodo de instrucción, pero como estabamos en vísperas de la Jura y se respiraba mucha cordialidad y alegria, alguien le empujó al Primero la gorra que cayó al suelo y este, sin aceptar la broma, pero sin tampoco tratar de averiguar quien se la habia hecho, giró sobre si como una peonza con el brazo extendido, yendo a dar con la punta de sus dedos como si de ul látigo se tratase, en todo mi ojo izquierdo. ¡Que dolor tan irresistible. Creí que me habia reventado el ojo y como al protegerlo con mi mano notaba que un fluido brotaba de el a mansalva aún me convencí mas de mi desgracia. Corrí hacia los lavabos con la esperanza de aliviar mi dolor refrescandome con agua y dirigí mi rostro al espejo separando mi mano del ojo con la lentitud del jugador que está pintando la última carta para ver si ha conseguido un pocker, solo que en este caso mi lentitud no era mas que el temor de descubrir mi ojo reventado. Gracias a Dios solamente lo tenia rojo y traumatizado y el liquido que del brotaba no eran mas que lagrimas a raudales pero veia. Aliviado del dolor salí a la nave en cuyo fondo estaba el Primero haciendo aspamientos con sus brazos mientras mis compañeros le increpaban por lo que me habia hecho sin culpa alguna. Al verlo con tanta chuleria y menosprecio no pude retener mi ira y corriendo hacia el como el que quiere batir un record, extendí mi puño con toda mi fuerza sobre su rostro dejandole completamente K.O. boca arriba sobre el suelo mientras que de su boca y nariz completamente rotas manaba la sangre como si de un cerdo degollado se tratara. Mis piernas empezaron a temblar y sobre mi pesó la sombra del mayor castigo. "Pegarle a un superior, en el Ejercito". Me dirigí al puesto de guardia y me sometí a la decisón del Oficial de Servicio quien con mucha cordura me retuvo hasta que al día siguiente llegaran los Oficiales de mi compañia, que curiosamente tras escuchar mi versión, confirmada por el resto de los soldados, no me impusieron ninguna sanción y por el contrario, al que en principio fué mi verdugo y despues mi reo, le prohibieron que saliese del barracón, a donde incluso le llevaban la comida, para evitar que lo viesen y comentasen el por qué de tan fatal aspecto. Nunca se dirigió a mi en ningún término y si nos cruzabamos, agachaba la cabeza y pasaba como si no me hubiese visto. Los compañeros en cambio, me hicieron muy popular tanto en mi compañia como en el resto del Campamento bautizandome como Folledo, nombre de un campeon mundial de boxeo español de aquellos tiempos y era habitual que al entrar en la cantina o al pasar junto algún grupo de otras compañias alguien le dijese a los demás, ahí vá Folledo.
Terminado el periodo de instrucción se me acabó el chollo de la multicopista y
habia que ver la forma de conseguir un buen destino. Solicité entrar en oficinas y tras la prueba, no sé en que estaria pensando el que me la hizo, porque salí seleccionado siendo este un destino de minorias de élite y de enchufados.
Mientras tuve los ingresos de la multicopista no tuve problemas de abastecimiento y no sufri ninguna privación en lo que alimentación se refiere, cuestión que hubiese sido un grave problema para mi al serme fisicamente imposible alimentarme con el rancho. Era tal mi rechazo que nunca conseguí tragar una cucharada por mas vueltas que le diese en la boca. Por eso cuando mi liquidez se agotó entré en un proceso de inanicción que me dejó en los huesos, tal es así que empezaron a llamarme el Fakir y cuando tenia algún servicio nocturno tenia que acudir al Botiquin donde un amigo de Petrel llamado Mañez me ponia unas terribles inyecciones de Becepal, un combinado de vitaminas y aceite de higado de bacalao que me hacian resucitar. La ayuda economica de mi padre cubria a duras penas díez dias de mi manutención pero el resto era un verdadero infierno, teniendo que agradecer a otro amigo de Petrel llamado Payá, que estaba encargado de la cantina los bocatas que me empujaba por bajo manga y que tantas veces me quitaron el habre, pero aún así no era suficiente y tuve que ingeniar otros recursos. Como ya dije habia sido destinado a oficinas, concretamente a las de la Jefatura de Instrucción, que era un departamento que con otros tantos ocupaba toda la planta primera del ala norte del Cuartel de Benalua. Allí podia haber un contingente de mas de sesenta soldados en total, de los cuales, como ya dije que eran enchufados, la mayor parte residian en Alicante y tenian pase pernocta, lo que les permitia dormir en sus domicilios y como es natural, sus madres les preparaban para el almuerzo unos bocatas que no los saltaba un galgo. Empecé mis pesquisas alimentarias con mis compañeros de despacho y cada dia le faltaba a uno de ellos el bocata, que desaparecia misteriosamente. Cuando el asunto empezó a tomar visos de desconfianza entre unos y otros amplié mi zona de actuación en las otras dependencias, alternando victimas y secciones de forma que no llegase a crearse una sicosis colectiva, pero como mi actuación era diaria, MI ESTOMAGO ASÍ ME LO EXIGIA, llegó un momento en que lo primero que cada cual hacia, cuando llegaba, era buscar el sitio mas insospechado para esconder su bocata. A veces era penosisimo para mi descubrir los escondites pero el hambre me inspiraba una intuición que sacaba de quicio a las victimas de turno porque era inimaginable que nadie pudiera localizar su escondite. Entre otros recuerdo haberlos descubierto bajo la mesa sujetos con celo, incluso dentro un rollo de mapas. Habia uno que no lo escondia. Su mesa estaba frente a una ventanilla que se apoyaba sobre un mostrador en el que habia una cristalera con cuatro o cinco ventanillas a lo largo de su longitud. El atendia una de esas ventanillas y colocaba su almuerzo en el mostrador, delante de sus narices por lo que siempre me habia sido imposible elegirlo como victima, pero un día que habia fracasado en mi busqueda y habiendo una sicosis tal que cualquier acción sospechosa podia descubirme, viendo que la hora del almuerzo se acercaba y si no actuaba con rapidez me iba a quedar en ayunas tuve que recurrir a aquel bocata que estaba a la vista pero al que no me podia acercar por lo que uniendo con papel de celo todas las reglas que encontré en el departamento de cartografia, abrí sigilosamente la puerta y como si de un pala de panadero se tratara deslicé las reglas apoyandolas sobre el mostrador y al llegar al bocata empujé con cierta energia consiguiendo que la regla se situase bajo el mismo, procediendo de inmediato a deslizar suavemente mi improvisada pala a bordo de la cual iba el alivio de mis penas.
Fué muy sonada esa desaparición porque la victima aseguraba a sus compañeros que era imposible que ninguna persona pudiese haberla cogido, manifestando que estaba frente a el y allí nadie se habia acercado.
Habian sido tan misteriosas tantas y tantas desapariciones que empezó a circular la posibilidad de que se tratase de un fenomeno paranormal, teoria que yo fomenté en lo que pude y quizás fuese la comidilla durante mucho tiempo, cosa que no puedo asegurar porque gracias a una esquirla de metal que accidentalmente se me incrustó en el lateral de mi dedo pulgar izquierdo pasé al hospital donde estuve mas de un mes, con una comida mucho mas apetecible y abundante de lo que pudiera imaginar, que me permitió reponerme totalmente de mis privaciones anteriores, a las que sobreviví gracias a aquellos benditos bocatas.
FIN DE LA PRIMERA PARTE

jueves, 6 de noviembre de 2008

EL PORQUE DE LOS POR QUÉ


A lo largo de nuestra vida, en infinidad de ocasiones, nos interrogamos ¿ por qué?. Las respuestas mas dificiles corresponden a nuestros por qué intimos. Siempre nos queda la duda de si las respuestas que nos damos llevan un encubierto deseo de justificación. Cuando se trata de enjuiciar el ¿por qué? de los demás nos resulta mas facil, solo tenemos que dar el diagnostico que en ese momento nos venga mas a mano haciendonos dueños y señores de su presente y de su pasado, no dudando de los motivos y circunstancias que lo han avocado al hecho que suscita ese por qué. Siempre habrá quien diga: " es que el es muy sensible, el es muy osado, no piensa las cosas que hace ó es tan meticuloso que no se atreve jamas a dar el primer paso, según el hecho y desde luego según el individuo y generalmente puede haber mucho de razón en estas afirmaciones, sobretodo si el que hace el diagnostico es un amigo íntimo que conoce en cierto modo las interioridades del ser encuestado. Digo que pueda conocer "en cierto modo" porque es imposible que se pueda conocer al 100 por 100 las interioridades de una persona. ¿Acaso nos conocemos nosotros mismos?. Lo que no cabe la menor duda es que siempre existe una razón y trás su descubrimiento no faltaran las expeculaciones sobre la optimidad de la actitud adoptada como consecuencia de la misma o si solo merece el mayor de nuestros desprecios. De una u otra forma habremos dado respuesta a un por qué que es seguro que no coincidirá con el criterio de otros que se identificaran con el hecho de forma diferente. Y todo este analisis, hablando sobre la actitud de una peresona. ¿QUE NO SERA CUANDO QUEREMOS JUZGAR LA ACTITUD DE DIOS?. Los agnosticos no niegan pero tampoco afirman su existencia, es algo que no se ha demostrado cientificamente. Los Ateos lo niegan de forma rotunda, pero no pierden ninguna oportunidad para aprovechar cualquier circunstacia que aparentemente ponga en entredicho nuestra Doctrina para Combatirlo y Denigrarlo. Es como una lucha para afianzarse mas y mas, diriamos que, con cierta ilusión, en algo que deberia abatirlos de tristeza, o al menos a mi así me ocurriria si no tuviese la fé que tengo en su existencia.
Los descubrimientos de Charles Darwin sobre la evolución y la supuesta evidencia cientifica de que el hombre desciende del mono , además de lesionar nuestro orgullo hizo tambalear nuestras creencias, reafirmó a los ateos en sus convicciones y dejó en entredicho nuestra Historia Sagrada sin que la Iglesia afrontase estos hechos con mas armas que la desestimación de lo que en apariencia parecia concluyente y pidiendo además a sus creyentes su reafirmación en la Fé. Todos caimos en la trampa de contemplar los sucesos y sacar nuestras conclusiones echando mano de nuestro mejor diagnostico, haciendonos dueños y señores del presente, del pasado y de los motivos y circunstancias que bajo la inspiración de Dios movieron a los hombres a escribir Las Santas Escrituras. Los términos en que están escritas, en un confrontamiento, aparentemente, no coinciden con las deducciones cientificas. Pero en todo este maremagnum no se ha tenido en cuenta la sencillez con que Dios actua. El no puede como Creador romper las reglas que El Mismo ha impuesto en la naturaleza para su equilibrio; podria romperlas pero es consecuente con Su creacción, es decir consigo mismo y además sabe, como nuestro mejor amigo, pero sin riesgo a equivocarse como nosotros, a quien iban dirigidas las Escrituras Sagradas. No podemos pedir a Dios la cuadratura del circulo, porque vá en contra de la verdad y de las leyes que El mismo ha impuesto, ni podemos exigirle, teniendo en cuenta el nivel de conocimientos de aquella epoca, que se dirigiera a los hombres explicandoles el proceso evolutivo que iba a desarrollar hasta la creación del hombre. ¿Existe para Dios el tiempo? ¿No dicen las Escrituras tan criticadas Y POR FIN HIZO AL HOMBRE, ¿NO ADMITIMOS Y RESPETAMOS LAS METAFORAS DE NUESTROS ESCRITORES? ¿HABRA METAFORA QUE ABARQUE MAS POSIBILIDADES QUE DECIR QUE NOS CREÓ DEL BARRO?. Es obvio que no explicase nuestro proceso evolutivo. Nadie le habria entendido y aunque sabia que las Santas Escrituras llegarian hasta nosotros ¿NO PODRIA AL MENOS ESPERAR QUE CON NUESTRA CULTURA Y CONOCIMIENTOS COMPRENDERIAMOS EL POR QUÉ SE DIRIGIÓ A LOS HOMBRES DE SU EPOCA EN ESOS TERMINOS? ¿Es mucho esperar?¿Es tan dificil de entender? Lo que ocurre es que "el enemigo está al acecho", frase que me recuerda a un gran hombre, y que cuanta verdad encierra. Nuestros juicios siempre se encaminan en favor a nuestras convicciones, pero si otros pueden dejarse llevar por las apariencias en un afán que no sé a que fín les conduce, tambien yo puedo sacar mis conclusiones que además están apoyadas en verdades evidentes. Si Dios hizo uso de la evolución para crear al hombre no hizo mas que seguir las leyes naturales que el mismo habia impuesto y si nos lo contó de forma tan secilla al decir que nos hizo de barro no fué mas que porque consideró que el hombre de aquella epoca no estaba preparado para comprender todos los intringulis que lleva consigo un proceso evolutivo. Así de simple. Baste, como botón de muestra, para saber lo cerrados de mollera que podemos a veces ser los hombres, el hecho de que algo tan sencillo como lo que estoy afirmando, hablando de Dios que todo lo puede, en el siglo XXI de nuestra Era, con un elevadisimo nivel de conocimientos, habrá muchisimas personas de un alto nivel cultual que no querran, ni siquiera como posible, aceptar lo que escribo.

domingo, 2 de noviembre de 2008

LA SEÑORA BHENSON



Cuando mi cuñado Antonio Olaya, (q.e.p.d.), recibió la comunicación de su próximo traslado a Sevilla, quedaba vacante su puesto en la Empresa Sufeco S.A. en Benidorm y sin vacilar, tras mi consentimiento, propuso a sus superiores que yo ocupase el cargo. No hubo ningún inconveniente por parte de D. Alfredo Corral al que tuve el gusto de conocer casi de inmediato, manteniendo con él una interesante conversación, tras la cual quedamos ambos sumamente complacidos.
D. Alfredo Corral era un hombre de unos cuarenta años, bien perecido, afable, sencillo y culto que me causó una gran impresión porque en su trato se veia que queria rodearse de amigos más que de empleados y como mi cuñado era para él un gran amigo y además una persona de toda su confianza, trasladó hacia mi ese afecto y de inmediato me sentí volcado a servirle con toda mi dedicación y empeño. El sueldo no era muy grande pero nos permitiria a Ana y a mi, junto a nuestros hijos Juan y Tomás vivir con decoro si ajustabamos nuestro presupuesto, y como además teniamos la vivienda gratis, habia perspectivas de mejoras y mi jefe, al que solo veria de largo en largo me simpatizaba, eran ingredientes suficientes para sentirme feliz en aquel empleo que además se intuia tranquilo y duradero.
El traslado de mi cuñado se fué posponiendo y vivimos durante casi dos años juntos; él con mi hermana Paquita y sus hijos en el tercer piso y nosotros en el cuarto de una de los bloques de viviendas de la Colonia Corral, siendo esa etapa una de las mas bonitas que recuerdo, con una convivencia familiar envidiable y un sin fin de anecdotas y chirigotas de Tony que jamás he olvidado. A nivel familiar comiamos muy a menudo en una u otra vivienda y entre sus tres hijos, Juan, Tony y Maria Jose; los mios Juan y Tomas y algun que otro chiquillo de la escalera que se apuntaba; con sus gritos y sus risas, sin contar las cancioncillas y estribillos de Tony padre y mis exteriorizaciones de alegria mientras me frotaba las manos y gritaba a todo pulmon mis Matilditas aquello era un poema. Despues saliamos a pasear y si nos sentabamos en cualquier terraza ocupabamos dos mesas impacientando al camarero mas tranquilo con las indecisiones de todos aquellos mocosos a la hora de pedir cualquier cosa. Paqui y Ana hicieron muy buenas migas y salian por su cuenta a comprar o a entretenerse entre el revuelo de todos los infantes, mientras nosotros estabamos en la oficina y como eramos nuestros propios jefes y la verdad es que teniamos muy poco trabajo, cada dos por tres estabamos en el vecino bar de "La caguemos" acompañados de Joaquin el Jardinero, Pedro el Conserje de Apartamentos Valencia I y Aniceto, Conserje de Apartamentos Valencia II, bien tomando un cafe con leche o como ya era un ritual todos los sabados tomando una cerveza y unas gambitas saladas que a todos nosotros nos parecian deliciosas, todo ello mientras jugabamos la consumicion a los chinos entre risas y chirigotas. El nombre de Bar "La Caguemos " surgió a raíz de una visita que hicimos a dicho bar en la que trás pedir las gambitas nos comunicaron que se les habian acabado, a lo que con mucha tristeza dijo Joaquin El Jardinero:LA CAGUEMOS y así se quedó con el nombrecito. Yo salia todos los domingos a pescar en una barca propiedad de un fontanero vecino nuestro de la Colonia, se llamaba Felix y la barca Locomotora. Saliamos casi de noche y al medio dia tras repartir el pescado llegabamos cada uno a la casa con una buena bandeja de Pageles, Besugos, Doncellas, Verderones y otras especies, todas ellas muy sabrosas y nos dabamos unos banquetes fabulosos. Trás marcharse Tony todo fué diferente. En la casa, aquella algarabia que a veces nos resultaba molesta desapareció y en la oficina, aunque seguiamos yendo a La Caguemos, nuestras visitas eran menos frecuentes y desde luego mas aburridas. Tony era mucho Tony.
Poco antes de marcharse nos visitó una inglesa interesada en comprar un apartamento; fué Tony quien la atendió. Preparó los contratos, relleno los efectos y trás firmarlos la Sra. Bhenson manifestó:"¨Si llegase a pagar la cantidad que adeudo antes de finalizar el plazo que me conceden supongo que me devolveran los intereses que correspondan" a lo que mi cuñado respondió: Naturalmente. Cualquier adelanto que Vd. haga está libre de intereses, de igual modo que si Vd. se demorase tambien se le cargarian.
Este fué el trato y así quedó convenido.
El apartamento que se vendió era de un socio de D. Alfredo Corral cuyas propiedades en Benidorm administraba mi cuñado y esta transacción no tuvo nada que ver con D. Alfredo Corral. Omito el nombre de la parte interesada por razones de ética.
Pasaron los años y cuando le quedaban a la Sra. Bhenson dos letras pendientes de pago por un montante de unas catorce mil pesetas, se presentó en mi depacho y me solicitó que dichos efectos fueran cancelados habida cuenta de que ella habia adelantado el pago en tiempo suficiente para que los intereses a descontar anulasen el importe pendiente. Una vez sacadas las debidas cuentas comprobé que efectivamente los intereses a descontar superaban el importe cuyo descuento solicitaba y le dí la razón, sugiriendole que pasase al día siguiente con el fin de obtener el visto bueno del propietario, del que en ningún momento pensé se negara. Con mucha sorpresa por mi parte me pregunto si ese convenio aparecia en el contrato y al decirle que no me sugirió que si no estaba escrito cobrase los efectos. Mi indignación llegó a su cenit cuando despues de haberle hecho considerar que esa actitud ponia en entredicho la palabra de mi cuñado que así la empeñó y suponia una complicidadpor mi parte en algo que consideraba lamentable me contestó alzando el tono de su voz que yo me limitase hacer lo que el ordenaba.¡ Vd. se equivoca conmigo!, le dije; no solamente no le voy a cobrar los efectos sino que exijo que con su propia mano devuelva a esta señora lo que es suyo, NO PIENSO LIQUIDARLE LOS COBROS DE SUS ALQUILERES HASTA QUE NO LO HAGA y le colgué.
Inmediatamente me puse al habla con un alto cargo de Sufeco, S.A., mi amigo José Marco (q.e.p.d.) al que conté lo ocurrido quedando impresionado por mi hazaña pero haciendome ver que me habia jugado el puesto y me pidió que llamase de nuevo al Sr.??? pidiendole disculpas antes de que el moviese sus tentaculos para estrangularme. Le dí las gracias y colgué.
Me dirigí entonces a la Notaria de D. José Monfort en la calle Gambo donde haciamos todas las escrituras de la empresa y con el que tenia una buena amistad. Terminada mi explicación le solicité que me extendiese un Acta de Manifestaciones en la que apareciesen todos los extremos que le habia explicado y el motivo de mi actitud, para evitar que ese señor pudiese inventar otra historia que me comprometiese, pero D. José Monfort me pidió que le eludiese de esa responsabilidad ya que no queria una enemistad que pudiese hacerle perder una importante cantidad de escrituras al año y aunque su actuación fuese indirecta y meramente profesional, podia dar lugar a ello y me suplicó que no le obligase a hacer lo que no me podia negarme en aras de nuestra amistad, sugiriendome que me dirigiese al Juzgado. Como no sabia en que podia desembocar aquel asunto quise asegurarme de que contaba con el apoyo incondicional de la Sra. Bhenson y me presenté en su casa para explicarle como estaba la situación y que necesitaba su ayuda por si tenia que comparecer como testigo de los hechos y cuando la buena señora me oyó decir que posiblemente tendria que pasar por el Juzgado, temblando como si hubiera visto una aparición y sin tener en cuenta el terrible conflicto en el que estaba metido por querer defender su dinero me dijo: Sr. Cabrera, por favor, no me meta en lios. Si pierdo el dinero no importa, pero no me meta en lios.
Lo mas cortesmente que pude le dije que no se preocupara en absoluto y me marché. Tenia ganas de llorar porque la unica victima de mi quijotesca hazaña era yo. Sentí desprecio por la Sra. Bhenson y por el Sr. ???? casi en la misma proporción y solo deseaba no tener que arrepentirme de todo lo que habia hecho, por lo que haciendo de tripas corazón cogí el telefono y sin responder al saludo inicial me limité a decir: " la liquidación de sus alquileres está preparada y puede venir cuando quiera por su dinero, la Sra. Bhenson le pagará sus letras, y, por favor, buscase otro administrador para sus asuntos, tengo mucho trabajo y ya no voy a poder atender sus cosas. De acuerdo, contestó y esas fueron las ultimas palabras que escuché de sus labios ya que la liquidación me la hizo quien tenia que sustituirme en esos menesteres y a los pocos meses me enteré de que nuestro caballero incognito habia muerto (q.e.p.d.)

sábado, 1 de noviembre de 2008

UN ASUNTO QUE ME INQUIETA


Sea cual sea la perspectiva desde la que quiera enfocar este asunto que me inquieta , llego a la misma conclusión y tal como vereis, aunque en la exposición de la misma me vea obligado a hacer algunas afirmaciones un tanto especulativas, solo lo haré cuando los convencionalismos hasta ahora aceptados por unos y otros carezcan de los fundamentos que los acrediten con mayor rigor que mi propia aseveración.
Desde tiempo inmemorial el hombre ha buscado en su entorno y dentro de si mismo un por qué a su existencia. Nadie puede creer que nuestra unica misión es ocupar un espacio y procurar conservarlo para que lo herede nuestra descendencia. Algo deberemos aportar, algo tendremos que hacer para que la CAUSA de nuestro YO tenga el EFECTO que por nuestra inteligencia se pudiera esperar. Hasta los agnosticos tienen que estar de acuerdo conmigo en que no hay nada sobre la faz de la tierra que no tenga una utilidad, conocida o no, que contribuye al perfecto equilibrio ecologico. Las religiones se empeñan en afirmar de una forma u otra que el hombre es una criatura creada por Dios para su adoración y los ateos no aceptan otro origen que el evolutivo en una naturaleza eternamente cambiante, pero ni unos ni otros enlazan el eslabon del hombre en la cadena causa efecto de la naturaleza.
Si el hombre no pudiera razonar no habria motivo para esta tesis, y en este momento que tengo sed, estaria olfateando para orientarme hasta el rio o el arroyo mas cercano. Ni nuestro creador, desde un punto de vista religioso, podria esperar otra cosa de nosotros que no fuera la sensación de hambre, sed, dolor, o de celo en las fechas mas propicias según los climas.
Es innegable que nuestra inteligencia es inherente a alguna acción concreta que especificamente debemos realizar sobre la faz de la tierra, incluso quizás en el Universo. Ninguna facultad implicita en el ser por su creador, o evolucionada por la misma naturaleza colabora en su propia destrucción y desde tiempo inmemorial el hombre lo está haciendo, LUEGO ALGO FALLA.
Hemos permitido la extinción de cientos de especies animales y vegetales, hemos diezmado los bosques y las selvas, hemos cortado el curso de los rios y además los hemos contaminado. Tambien hemos contaminado el mar y hasta el propio aire que respiramos, ya hace tiempo que empezamos a deteriorar la capa de ozono y lejos de evitarlo seguimos en nuestro empeño de autodestrucción, sin contar con la sobre explotación de la pesca que disminuye de forma alarmate, así como la extracción de minerales y la carrera hacia la extinción de nuestras fuentes de energia. ¿Con que fín permite la Naturaleza el proceso evolutivo de un ser que la degrada?, o ¿Que espera Dios de nosotros para permitirnos tantos desmanes?.
Nacemos, crecemos, nos reproducimos y trasmitimos a nuestros hijos nuestros sabios consejos para que vuelvan a repetir un ciclo en el que nuestro razonamiento no nos conduce mas que a procurarnos un mejor nivel social y economico como si las generaciones que vengan tras la muerte de nuestros nietos no nos importasen. La paz interior que buscamos es intrascendente porque solo contempla nuestro entorno inmediato. Estamos institucionalizados. Los grandes cerebros facilitan formulas para mejorar nuestras aspiraciones, habiendo conseguido que disfrutemos de una mayor longevidad y erradicado enfermedades que fueron el azote de la humanidad. En los laboratorios se obtienen semillas sinteticas de las que se obtienen tuberculos y frutos gigantescos que facilitaran a las O.N.G. su labor para erradicar el hambre que diezma las dos terceras partes del mundo y que a pesar de "los esfuerzos" sigue siendo una lacra lastimosa. Tambien los gobiernos "colaboran" con un porcentaje de sus presupuestos tratando además por todos los medios evitar las guerras, que siguen siendo una pesadilla; pero veo tanta lentitud en el proceso y tanta ineficacia en los resultados que, Dios me perdone, a veces pienso que a nadie le interesa realmente solucionar estos asuntos problemas y los mantienen porque son la válvula de escape que relentiza la superpoblación, a pesar de que de todas formas será inevitable.
Pero, estos problemas están al margen de lo que me movió a escribir este articulo, y aunque se hubieran superado, aún seria mas patente nuestra actuación equivoca ante las nuevas circunstancias y las estadisticas mostrarian una población rayando en su límite, un indice de mortalidad mucho mas bajo y sin duda un nuevo riesgo que acentuaria nuestra actuación egoista por razones de supervivencia: El primer paso para el racionamiento. ¿Como dispararia esta situación nuestro egoismo innato?
Y todo esto solo para nacer, crecer, reproducirnos y morir con mas o menos refinamiento, oyendo y contando historias entre nosotros, elevando el espiritu ante la contemplación de un cuadro o escuchando música o leyendo un relato que nos pueda hacer esbozar una sonrisa o que empuje una lagrima. ¿Hacia donde nos impulsan nuestras emociones? ¿Al heroismo? ¿Al altruismo?,- ¿De que le sirve eso a la naturaleza o al mismo Dios si en nuestra perspectiva de previsión solo contemplamos como máximo tres generaciones? ¿Acaso unos hechos aislados, insuficientes y en absoluto aprovechables para la naturaleza y para Dios compensan todas las calamidades que hemos cometido sobre nuestro entorno?. Pero ¿Que podemos esperar si nosotros mismos nos matamos en la legalidad de las guerras o ilegalmente por nuestras ambiciones, nuestros deseos concupiscentes o simplemente por mero capricho?
NO CREO QUE DIOS NOS HAYA CREADO SOLAMENTE PARA SU ADORACION, SERIA MUY VANO. TAMPOCO CREO QUE LA NATURALEZA NOS HAYA EVOLUCIONADO DANDONOS INTELIGENCIA PARA QUE LA DESAROOLLEMOS EN SU CONTRA.
ALGO GRANDIOSO QUE SOLO NOSOTROS PODEMOS HACER NOS ESTA ESPERANDO.
Yo, a nivel personal, busco con ansia lo que se espera de mí. No he encontrado todavia la respuesta pero debe haberla. He tenido varios achaques de los que llenan los Cementerios y me he librado. No quiero pensar que Dios según mi criterio o mi fortaleza física según convenga, me han mantenido vivo solamente para comer, gozar y reir de vez en cuando por cualquier chiste. Y en general, pienso que es ineludible que enfoquemos todo nuestro esfuerzo para que nuestra vida esté en sincronia con el medio, al que debemos aportar en su beneficio, como mínimo, tanto como el nos aporta a nosotros. Espero que no sea demasiado tarde.