jueves, 31 de enero de 2013

VOLVIENDO LA CABEZA DE SOSLAYO

Conforme pasa el tiempo, los caminos que siempre estuvieron abiertos se van cerrando. Por algunos de ellos caminamos antaño hasta que nos resultaron intransitables. Por otros, pisamos sin dejar huella. ¿Qué camino seguir en la encrucijada?... Y tuvimos que renunciar a los demás pensando regresar al punto de partida para hollarlos todos y cubrir todas sus etapas hasta llegar a su meta. ¿Habrá quien lo haya conseguido?
También hubo otros caminos que nunca nos atrevimos a pisar, cegados por su resplandor. Quién sabe por qué, nos aventuramos por los más aciagos, a pesar de la flagrante sospecha de que nos conducirían al fracaso.

Son tantas las cosas que hay que tener en cuenta para elegir bien los caminos en la vida, y tantisimas las que pueden seducirnos y engañarnos para alejarnos de ellos...

Nuestro gran filosofo Ortega y Gasset decía: " Yo soy yo y mis circunstancias".  Yo me atrevería a añadir que, aunque  no hay ninguna circunstancia que esté implícita en nuestro yo y que cualquiera de ellas siempre será puramente aleatoria, nuestras decisiones, indefectiblemente, están siempre envueltas por un halo de fatalidad.¿Estarán preparados quienes juzguen nuestros actos para comprender, NO EL MOTIVO DE NUESTROS ERRORES, sino el por qué hemos incurrido en ellos?

Ay, si se pudieran desandar ciertos caminos...