viernes, 20 de marzo de 2015

UN ERROR QUE A LA LARGA TRAERÁ MUY MALAS CONSECUENCIAS

No me cabe la menor duda de que a lo largo de la historia habrá habido un ingente número de personas que si hubieran contado con los medios, que por su posición económica y social contaron otros, hubieran aportado al mundo muchas mas glorias que las mediocres o nulas que consiguieron un gran número de los que gozaron de un mejor estatus.


Esta opinión, que ha ido calando incluso en las mentes de los mas necios, provocó de un tiempo a esta parte, unos cambios que permitieron a quienes antes solo habrian podido soñar el poder acceder a estudios superiores, hoy puedan competir con los mas privilegiados económicamente, habiéndose llegado en algunas naciones desarrolladas a tal masificación de universitarios que por razones de estadística, aunque consigan sus, maestrías, sus licenciaturas o sus doctorados, tendrán que pasar a esa interminable lista de parados que tanto nos aflige, no siendo este el único problema que se viene gestando si tenemos en cuenta que toda esa juventud que antes dirigía su esfuerzo al aprendizaje de aquellos oficios que nos son imprescindibles para la buena marcha de cualquier comunidad desertó de tal empeño ante la nueva perspectiva que el, progreso les brindaba.

Antes de seguir con esta reflexión, quiero aclarar que veo muy loable esta actitud de apoyo a los jóvenes de cualquier estatus para que tengan las mismas oportunidades que todos los demás, incluso pienso que se deberían multiplicar los esfuerzos. Lo que critico es la forma en que se está desarrollando el proceso, ya que si no se modifica, llegará un momento en que una gran parte de los que ostenten sus rimbombantes títulos, se verán obligados a trabajar en los diferentes oficios, sin mas título que el de aprendices de los que posiblemente ya sean ancianos profesionales.

Para que esta noble iniciativa tuviera el éxito apetecible, seria necesario hacer una verdadera criba antes de acceder a la universidad, tanto en cuanto a los becados como en cuanto a los estudiantes de paga.

Ya a lo largo del bachillerato se aprecia con meridiana claridad quienes son los que destacan y sobretodo los que ni valen, ni aprecian la oportunidad que se les brinda que es mucho peor, pudiendo establecerse una selección que podría modificarse conforme fuera desarrollándose cada curso, SIN QUE PUDIERA NEGARSE A NINGÚN ALUMNO LA REVISIÓN DE SUS EXÁMENES SI CONSIDERARA QUE LA PUNTUACIÓN QUE SE LE HABIA ASIGNADO ERA INFERIOR A LA QUE A SU CRITERIO SE MERECIA, CASTIGANDO SEVERAMENTE, SI PROCEDIESE, A CUALQUIER PROFESOR QUE DE FORMA ABIERTA O SOLAPADA EVIDENCIASE CUALQUIER FAVORITISMO. 

Los que a lo largo de todo el Bachillerato alcanzasen las mejores evaluaciones podrian elegir la carrera que prefiriesen, dentro de unos cupos previamente establecidos, que además de evitar la proliferación de determinadas especialidades, sería un incentivo para los alumnos al tratar de sobresalir, para con ello lograr tener asegurada su plaza a la hora de elegir la carrera que quisieran estudiar.

Los que no aprovechasen la oportunidad que se les brinda o no estuvieran lo suficientemente dotados para obtener un título universitario, podrían acceder a escuelas especializadas donde aprenderían el oficio que fuese en consonancia con sus cualidades, cuya remuneración SIEMPRE DEBERÍA CUBRIR SUS NECESIDADES ESENCIALES DENTRO DE SU ESTATUS SOCIAL, MAS UN PLUS QUE SERIA DIRECTAMENTE PROPORCIONAL AL GRADO DE PELIGROSIDAD; ESFUERZO FÍSICO, INCLUSO REPULSIÓN, ETC.

La selección natural se mantiene incluso en los trabajos menos cualificados. De ahí el que siempre exista el que tiene que hacer lo que otros no harían. Me refiero a esos trabajos penosos de los que cualquiera rehuiría si estuviera mejor cualificado y no me refiero exclusivamente a los que exigen un mayor esfuerzo físico, sino a los que nos producen repulsión, PERO SON NECESARIOS Y POR LO TANTO SE TIENEN QUE CUBRIR POR QUIENES SE VEN OBLIGADOS A DESEMPEÑARLOS AUNQUE PARA ELLO TENGAN QUE QUE EMPLEAR UN MAYOR ESFUERZO, O INCLUSO, A PESAR DE TODOS LOS ESCRUPULOS QUE TENGAN QUE VENCER.

Si vamos descendiendo desde las Altas Jerarquías hasta el nivel mas bajo dentro de una organización nos daremos cuenta que en cualquier momento el mas humilde peón puede sernos mas útil que quien ocupa el mas suntuoso despacho y esto nos demuestra que: si es cierto que el estatus de esa personalidad requiere con razón, ADEMÁS DE UN SUELDO BASE JUSTO estar rodeado de un lujo y su persona una distinguida presencia, además de, si lo precisa, un coche oficial o un avión que lo traslade, unas dietas que cubran sus gastos oficiales y un respeto que lamentablemente nunca hacemos ostensible a quien se encarga de limpiar unas letrinas vestido con un mono o mameluco como por aquí se dice, eso no justifica el que haya también una diferencia tan abismal en el sueldo base que uno y otro pueda llevar a su casa al finalizar el mes, teniendo en cuenta que ese peón, que actialmente solo recibe de nosotros la mas evidente discriminación, puede ser un padre emanantismo de una familia numerosa a la que mantiene a duras penas llegando a veces a pasar hambre a pesar de realizar el trabajo que ninguno de nosotros seriamos capaces de soportar y eso es una injusticia que no se puede permitir.

TODOS LOS OFICIOS QUE SON NECESARIOS DEBERIAN ESTAR BIEN RETRIBUIDOS Y NO GUARDAR DISTANCIAS TAN ABISMALES CON LOS SUELDOS DE AQUELLOS QUE SIENDO TAMBIÉN NECESARIOS OCUPAN LOS PUESTOS SUPERIORES EN EL ESCALAFON  PERO SERIAN INCAPACES DE HACER LO QUE HACEN LOS MAS HUMILDES PEONES.

Si somos capaces de brindar una oportunidad a los jóvenes, para que algún día no se vean en los mas ínfimos puestos de la escala social, no debemos permitir que los que allí se encuentran, muchas veces por razones que no nos molestamos en tratar de comprender, sigan siendo victimas ADEMÁS DE NUESTRA FALTA DE CONSIDERACIÓN Y RESPETO, DE LA CARENCIA DE LOS MAS ELEMENTALES MEDIOS DE SUBSUSTENCIA. 

martes, 10 de marzo de 2015

SI OS SIRVE PARA ALGO, LO DOY POR BIEN ESCRITO


Después de escuchar sus deprecaciones, Dios, desterró al hombre del Paraiso...

En Su inmensa misericordia, no quiso dejarlo totalmente desamparado y lo invistió de los Dones de la Sabiduria, el Entendimiento, el Consejo, la Fortaleza, La Ciencia, la Piedad y el Temor a Dios. Con el buen uso de estos dones y un poco de su esfuerzo, el hombre podría acceder a las virtudes necesarias para poder combatir los vicios que su pecado había propiciado, de forma que la Soberbia podría combatirla con la virtud de la Humildad; la Avaricia con la Largueza; la Lujuria con la Castidad; la Ira con la Paciencia, la Gula con la Templanza, la Envidia con la Caridad y la Pereza con la Diligencia.
Estas virtudes no las concedió Dios al hombre como dones, ya que si así hubiese sido no podrían llamarse virtudes y carecerían del mérito que les confiere el esfuerzo que el hombre tiene que realizar para adquirirlas, pero si nos dió la predisposición y la capacidad para acceder a ellas haciendo un buen uso de los dones antes citados, que si están infundidos en nosotros.


Estos dones y estas virtudes facultaron al hombre para obrar bien a lo largo de su existencia y la de sus descendientes, pero como por la esencia de todo lo creado, lo que existe tiene siempre su opuesto y el hombre podía incurrir en el error, reforzó la ayuda mediante otras virtudes que vendrían a reforzar a las anteriores, así como a los dones de los que ya estabamos investidos.


De ellas, la que más precisábamos era la Prudencia, que tenía la facultad de distinguir entre el bien y el mal. Imagínense lo fácil que a partir de entonces le habría sido al hombre obrar, si hubiese hecho un buen uso de esa virtud. Todos sabemos en nuestro fuero interno cuando estamos obrando bien y cuando lo estamos haciendo mal. La Justicia, tal cual su nombre nos inspira, impecable e implacable, la puso Dios en nuestras manos con la cualidad de infalibilidad, porque era una sencilla respuesta a la verdad pudiendo aplicarse sin temor a error, y ahí está como virtud aunque no hayamos sabido hacer un buen uso de ella al degenerarla con leyes, impuestas por los hombres, que se apartan de su esencia.
Muy importante debió considerar Dios la Fortaleza cuando nos la obsequió como Don y como Virtud para que nos diera el empuje para seguir nuestro empeño en defensa de cualquier buena causa hasta su consecución. Tambien nos dio una cuarta virtud fundamental, la Templanza que guarda el equilibrio entre el desenfreno y la insensibilidad. LA TEMPLANZA NO CONSISTE EN SUPRIMIR, SINO EN ARMONIZAR.


Sabía Dios que el hombre tendría a lo largo de su vida momentos en los que dudaria de Él y de otras verdades que le rodeaban y para ayudarle ante estos coqueteos con el pecado le infundió la Fé, que es una capacidad que Dios sembró en nuestras almas como una semilla que debíamos desarrollar a lo largo de nuestra existencia, para creer lo que no está al alcance de nuestro entendimiento, por el solo hecho de haber sido revelado por alguien que es autoridad en el asunto y merecedor de nuestra confianza.


Como fé humana puede hacerse extensiva a otros hombres y a las instituciones, pero la Fé Divina, es una facultad que tiene el hombre de reconoceer a Dios, no de forma teorica y abstracta, sino como una luz que nos permite reconocerlo y entenderlo.
Tambien nos infundió la Esperanza, que nos permitiría vivir confiados al poder vencer con ella el desaliento, poniendo en nuestros corazones el deseo del Cielo y la presencia de Dios.
No tendrían ningún sentido la Fé y la Esperanza si no desembocaran en la Caridad que nos hace partícipes del propio ser de Dios que es Amor. La Caridad es paciente, no se irrita, engendra dulzura y bondad, es desinteresada, todo lo escusa y se complace en la Verdad.
¿Qué guerrero podría ir mejor pertrechado que el hombre para afrontar todos los peligros de la vida?
Pero no bastan las armas y los escudos de los que disponemos si no tenemos la voluntad de hacer el esfuerzo para utilizarlos.


La apatía está mas lejos de la duda y el resentimiento que de nuestra propia pereza y cualquier cosa es motivo para apartarnos de nuestra obligación. Si el creer nos obliga, pronto perderemos la Fé si no tenemos la fortaleza de ampararnos en la virtud, porque si no lo hacemos ni las mayores evidencias nos valdrán para cambiar de actitud.


LOS QUE NO CREEN, O MEJOR, LOS QUE NO QUIEREN CREER, DICEN QUE NADA ES MILAGRO CUANDO SE LE PUEDE HALLAR UNA CAUSA NATURAL QUE LO PUEDA JUSTIFICAR, SIN DARSE CUENTA DE QUE LA ESENCIA DEL MILAGRO ESTÁ EN QUE ESE ALGO NATURAL SE PRESENTE CUANDO SE PRECISA.
El hombre es proclive a dejarse llevar por sus impulsos. A elevar al héroe o a desmantelar hasta su último vestigio. La Virtud y todos aquellos valores que eran fundamentales para la convivencia y cuyos pilares habian venido fraguándose a lo largo de los siglos, se desintegraron en solo una generación, para no quedar de ellos más que un recuerdo en los que tuvimos la oportunidad de vivir las últimas etapas de aquellos años.
¡Qué fácil es dejarse arrastrar por lo que nos inspira curiosidad, si para acceder a ello no se precisa ningún esfuerzo, y si además satisface nuestro instinto aún resulta mucho mas atractivo! PERO ¡QUÉ DURO ES FRENAR Y MODERAR NUESTRAS PASIONES, CUANDO NO EXISTE YA EL RESPETO HACIA LOS DEMAS NI HACIA NOSOTROS MISMOS!, "CUANDO LA VIRTUD SE CONFUNDE CON LA REPRESION" Y EL GOZO ESPIRITUAL ES SOLO UNA FRASE QUE OYERON EN BOCA DE SUS ABUELOS.


Hoy lo que antes era Tabú es lo cotidiano y en general se piensa que los antiguos eran unos reprimidos, NO QUERIENDO OTORGARLES EL GALARDON DE VIRTUOSOS, pero creo que como yo, todos los que vivieron aquella época no la cambiarían por la de ahora. Por lo menos en ese aspecto.

Hasta en las actitudes mas altruistas prima más el anhelo de aventura que la nobleza de la causa. A NADIE MUEVE HACER CARIDAD EN EL BARRIO QUE HAY A DIEZ CUADRAS DE NUESTRA RESIDENCIA, pero el anhelo de aventura EN OTRAS LATITUDES, si incentiva nuestro entuisiasmo y propicia nuestro afán en pro de alguna buena causa. Bendita sea y llegue por el camino que llegue, que venga sin restarle ningún mérito.

La familia se desintegra porque sus miembros, aunque materialmente sigan conviviendo bajo un mismo techo, dejaron de formar parte de la célula familiar antes de su propia emancipación.
Los padres pasan a ser unos iguales para los hijos, no dejándose arrastrar, ninguno por ninguno, en pro de ninguna causa común; considerando como a un enemigo a quien les increpa, aún a sabiendas de que lo hace con toda la razón.

Los estereotipos politicos y religiosos que están tan arraigados, responden a la forma de ser de un determinado grupo social, y se trasmiten y se heredan no por razones de un análisis que indefectiblemente justifique tal criterio. Algo semejante al que defiende el vino de su tierra como el mejor, sin haber probado ningún otro caldo.
Si consultamos a los que se mantienen en ellos, nos daremos cuenta de que carecen de fundamentos que los respalden, y de ellos, la mayoria ni siquiera han intentado pensar adecuadamente si su postura es la más acertada, apoyados mas en el odio que en la razón. Pero vaya usted a llevarles la contraria...

Conociendo la misericordia de Dios, no debemos desmayar. Cuando nos creamos hundidos, recordemos que San Pedro, en una sola noche negó a Cristo hasta tres veces y hoy está a la diestra de Dios Padre. Pero tampoco debemos ser tan confiados y no estaria de más que de vez en cuando manifestasemos al menos nuestra buena fé y nuestro verdadero deseo de ponernos al lado de la verdad.