martes, 4 de enero de 2011

LAS COSAS NO CONTADAS DE LA ELDA DE MI ADOLESCENCIA


No va a faltar quien hable de las personalidades de mi pueblo, yo mismo algún día lo haré si puedo, pero el tiempo apremia y no quiero que se me acabe sin hablar de quienes nunca tendrán biógrafo o historiador que reserve un párrafo para ellas, que al fin y al cabo hicieron su labor, si no loable si al menos justificada y que aunque algunos quieran ignorarla forma parte de nuestro ayer.
Me estoy refiriendo a las putillas y a las putas de mi pueblo que creo que merecen que les haga un huequecito para el recuerdo.

Otra cosa será que queramos criticar su labor con más o menos razón, SIN SABER DE SUS VIDAS, NI DE SUS PROBLEMAS, NI DE SUS QUIMERAS o que con cínica hipocresía las denigremos, las repudiemos y las ofendamos. PERO IGNORARLAS NO porque eso seria ignorar parte de nuestro pasado; un pasado rico y aleccionador del que podremos remarcar lo malo COMO EL EJEMPLO QUE NO DEBEMOS IMITAR, PUDIENDO TAMBIÉN EN ALGUNOS CASOS DESCUBRIR NUESTRO ERROR AL DEJARNOS LLEVAR TAN CIEGAMENTE POR LOS CONVENCIONALISMOS,

Quiero aclarar, ya que que son pocas las oportunidades que voy a tener para ello, que dada mi edad por aquellos tiempos más un niño que un adolescente, nunca tuve ningún contacto con ninguna de las chicas a las que me refiero.

Había un grupito del que todo el mundo había oído hablar por la indiscreta fanfarronería de sus asiduos, conocido por las de "TOCAMERROQUE".
Era éste un grupito de amigas que por separado aceptaban las caricias y los contactos hasta llegar al mutuo desahogo, pero que yo sepa nunca llegaron a copular.
Eran algo selectivas pero podía salvarse ese inconveniente si se las obsequiaba con una buena merienda o con algún regalito que les entrase por los ojos. Eran niñas mal de casa bien, de la clase media, que ni ellas mismas creo que supieran por qué estaban metidas en aquella vorágine de la que del mismo modo que entraron se fueron saliendo hasta que quedó disuelto el grupo, pero a pesar de reformarse, ya ninguno de los que las conocimos las pudimos ver como mujeres formales.
Lo que hace patente la diferencia de criterio entre las distintas generaciones ya que muchos años después y hasta hoy lo que a todos nos importa es "LO QUE CADA CUAL PUEDA HACER DESPUES DE HABERSE CONOCIDO"

Otro grupo más radical y menos selectivo eran "LAS CORRECALLES", terrible banda que en algunos casos cometió actos semi-delictivos al desplumar con malas artes a más de un parroquiano poco precavido.
Procedían de familias más bien humildes y sobretodo desavenidas, en las que la autoridad paterna, bien entendida, brillaba por su ausencia. Disfrutaban exteriorizando sus malos instintos sobretodo en lo que al sexo se refiere.
No acabaron muy bien la mayor parte de estas ninfas de las que algunas murieron por la sifilis, enfermedad venérea muy extendida por aquella época, mientras que las demás, en general, se repartieron por los prostíbulos de Valencia y otras capitales.

Celebérrimas fueron tambien "LAS PELÁS", tres hermanas que estuvieron en su apogeo en los años cincuenta. Por unas pesetas, quizás un duro cada una, hacían un completo de antología, prestando sus servicios "a quienes se los requirieran", por individual, dúo a elegir o trío completo. Durante algunos años fueron muy solicitadas porque eran chicas muy serias y honradas, además de exquisítamente limpias. Ellas fueron quizás las que estrenaron a la mayor parte de los jóvenes eldenses.

LA SIFILIS acabó con la vida de la mayor de ellas y desde entonces, la pequeña ya nunca volvió a tener sexo con nadie más que con el hombre que se unió a ella sentimentalmente unos años después, con el que formó una familia respetable y con los años respetada, mientras que la otra hermana trabajaba sirviendo en casas de familia limpiando y fregando escaleras , además de aprovechar en solitario sus horas libres para seguir su designio, descapullando a tantos jóvenes eldenses que si fuese posible hacer un recuento, estoy seguro que batiría cualquier récord con diferencia abismal.

Las verdaderas putas de Elda por antonomasia "LAS JOSEFINAS", deben su nombre al de la primera dueña del prostíbulo, construído junto a lo que fue Campo de Deportes "El Parque", en la esquina que colinda con lo que después fue la Feria Internacional de Calzado y actualmente Museo del Calzado cuya existencia debemos al esfuerzo y al tesón de nuestro insigne eldense de pro D. José Maria Amat Amer del que me enorgullece contarme entre sus amigos.
También lindaba con la actual calle de La Cruz y no creo que distase más de doscientos metros de lo que entonces llamabamos EL LIDO, que eran unos baños públicos de los que es posible que haga cualquier día algún comentario. El resto era todo huerta.
La dueña del prostíbulo, como iba diciendo, una tal Josefina, lo administró durante toda su vida y por analogía de la profesión de la dueña con la de todas las que allí vivían, vinieron todas a tomar su nombre y la casa se llamó LAS JOSEFINAS.

Esta casa era muy hermosa. Yo la ví muchos años después de haberse clausurado porque en ella vivió una familia cuya hija fué amiga mia. Estaba dotada de unas magnificas instalaciones y las visitas médicas eran muy frecuentes, de forma profesional naturalmente, además de las inspecciones oficiales que eran muy rigurosas en cuanto a lo que a higiene y a profilaxis se refiere, obligando a las chicas a tener a la vista de sus parroquianos los certificados médicos de los exámenes a los que semanalmente se tenían que someter.
Tenía una magnífica reputación a nivel provincial lo que obligaba a la dueña a mantener una renovada cantidad de chicas de primerísima calidad, que hicieron las delicias de todos los solteros y viudos de aquellas tiempos, así como de aquellos que por su fealdad o por sus defectos físicos no habrían podido practicar el sexo más que en sueños. Sin descartar tampoco algún que otro honesto cabeza de familia que para salirse de la rutina echase también una canita al aire de largo en largo.

Era buena administradora esa tal Josefina, que tenía muy bien aleccionadas a sus pupilas para que fuera del prostíbulo se comportasen con todo el recato y respeto de cualquier jovencita de bien. Esto no evitaba que los hombres se las comiesen con los ojos, por lo que generalmente, para no sentirse intimidadas, salían siempre tres o cuatro juntas cuando iban de compras o al cine, cosa que solían hacer los días de la semana en los que el trabajo estaba muy flojo.

Marcó época la llegada de una preciosidad que se conocia como La Francesita. A su llegada cautivó muchisimos corazones y más de uno hubiese dado un brazo por hacerla su esposa.
El retirar a una mujer de un prostíbulo era una práctica no habitual pero tampoco inusual en aquellos tiempos. Las relaciones hombre-mujer en los ambientes de la clase media y alta requerían de un lento y muy sofisticado proceso y había jóvenes que no estaban dispuestos a sufrir ese suplicio o no eran aceptados en esos estratos por cualquier causa provinente de sus antecedentes o los de su familia y no era improbable que pudiese surgir el amor de dos jóvenes en esos ambientes sórdidos, en los que a veces, la mujer había caido por el engaño de cualquier canalla que había logrado, además de defraudar una inocente credulidad, deshonrrar a una familia.

Siempre fueron ejemplares esos matrimonios que ante los doctos ojos de los que contaban con una reputación intachable solamente podían abocar al fracaso. Yo conozco algunos de esos matrimonios , a los que Dios bendijo con muchos hijos y que con el tiempo se ganaron el respeto de todos sin siquiera proponérselo,

Todas las cosas en esta vida tienen su lado bueno y su lado malo. No hay que juzgar a la ligera si se pretende que el juicio sea justo. Bajo el teñido, los coloretes y el rimel de cualquier putilla puede haber una buenísima persona que está viviendo una verdadera tragedia que ella solo de esta forma sabe combatir. No a todos nos sonríe el éxito y me estremece pensar lo fácil que es llegar al escalón mas bajo.
En este toma y daca de la vida en el que recibimos y damos o a la inversa, LA MAYORÍA DE LAS VECES, NO HAY NINGUNO QUE GANE, aunque yo piense que con mas frecuencia de lo que debiera, siempre hay un perdedor.

HASTA NUESTRO ÚLTIMO SUSPIRO, SIEMPRE HABRÁ TIEMPO DE RECTIFICAR, PERO LA VERDAD SIEMPRE SERÁ ÚNICA E INMUTABLE SEAN CUALES SEAN NUESTROS CRITERIOS..
LO GRAVE ES QUE AÚN EQUIVOCADOS, SERAN NUESTROS JUICIOS Y NO LA VERDAD LA QUE ORIENTE NUESTRO FUTURO.
Por eso deberíamos practicar como muestra de bondad o de comprensión, Y SOBRE TODO DE SABIDURÍA, el ponernos en el lugar de aquel a quien juzgamos, olvidando el absurdo convencimiento que tenemos de que nosotros jamás podremos llegar a esa situación. Así, quizás, alguna vez, VEAMOS NUESTRO ERROR Y AL FIN NOS DEMOS CUENTA, de que lo que en verdad ocurre, es que nosotros nunca hubiéramos perdido nuestros bienes más preciados, no por haberlos guardado mejor, SINO PORQUE NUNCA SERÍAMOS CAPACES DE RENUNCIAR A ELLOS POR DEFENDER UNA MEJOR CAUSA.
Más respeto pues con quienes sí lo hicieron por algún motivo que solo a ellos les incumbe, pero que sin duda sería lo bastante sublime como para tomar tal decisión sin necesitar para ello otro razonamiento que no fuera dejarse llevar por los impulsos de su corazón.

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