Vivimos nuestras vidas movidos por unos impulsos tan arraigados que si no creyese firmemente en nuestra libertad, pensaría que estamos programados por el hado.
De vez en cuando surge algún fenómeno que hace cambiar un criterio generalizado sobre alguna cuestión, lo que me hace dudar si este suceso debe reafirmar mi fe en la libertad, o si definitivamente debo tomarme más en serio que estamos a expensas del destino.
Porque ¿quién saldría a la calle por su propia iniciativa hace x años con unos pantalones rotos? NADIE.
Pues bien, no solo hay necios que lo hicieron, que lo hacen y que lo harán sino que hubo quienes incluso rompieron sus pantalones nuevos para estar en la onda. ¿Habráse visto mayor incongruencia?
Yo siempre pensé que nuestra ideología podía variar por cualquier circunstancia en algún matíz, lo que no concibo es que podamos aceptar como ejemplo a seguir precisamente lo que siempre habíamos rechazado, estando a la vez como estabamos, convencidísimos de que nuestra actitud era la correcta sin dudas ni reservas.
No puedo creer que ciertos cambios de criterio se realicen convencidos de estar actuando correctamente. Y si es así ¿qué es lo que nos seduce al actuar en contra de nuestros principios?
No puedo creer que lo que antes nos hubiera avergonzado ahora nos traiga sin cuidado o según el caso incluso nos pueda enorgullecer.
¿Os habéis dado cuenta de que generalmente estos cambios arrastran especialmente a los jóvenes? Y digo arrastran porque son ellos los que están manipulados, lo que en cierto grado los exonera, pero por otro los deja al nivel que se merecen, como simples peones de otras voluntades que no tienen inconveniente en otorgarles la vanidad de la autoría a cambio de su lucro y de su incógnito, aunque la ausencia del autor sea una presencia viva.
A mi me da la sensación de que nuestro estancamiento no es ni más ni menos que el resultado de este fenómeno.
No puedo creer que ciertos cambios de criterio se realicen convencidos de estar actuando correctamente. Y si es así ¿qué es lo que nos seduce al actuar en contra de nuestros principios?
No puedo creer que lo que antes nos hubiera avergonzado ahora nos traiga sin cuidado o según el caso incluso nos pueda enorgullecer.
¿Os habéis dado cuenta de que generalmente estos cambios arrastran especialmente a los jóvenes? Y digo arrastran porque son ellos los que están manipulados, lo que en cierto grado los exonera, pero por otro los deja al nivel que se merecen, como simples peones de otras voluntades que no tienen inconveniente en otorgarles la vanidad de la autoría a cambio de su lucro y de su incógnito, aunque la ausencia del autor sea una presencia viva.
A mi me da la sensación de que nuestro estancamiento no es ni más ni menos que el resultado de este fenómeno.
Los jovenes no han asimilado y menos aún aceptado las experiencias de sus mayores y se empeñan en conocer por sí mismos lo que debían rechazar por el consejo recibido. De ahí el que el mundo de un paso adelante y otro hacia atrás, porque lo que se destruye en la juventud se recupera en la madurez más rica en cordura y si me apuráis en la vejez, que es la que no oculta ningún as en la manga, por lo menos en cuanto a mí se refiere.
Lo de los pantalones, lo he elegido por ser lo menos cruento y más absurdo que podia elegir. Sin embargo, ahí siguen empecinados en mostrar su ignorancia en otros ejemplos, creyendo que van a salvar al mundo con sus ruidosas manifestaciones, que en su necedad creen que han sido organizadas por ellos. Pero como en todo lo malo siempre hay algo bueno, también los hay que piensan que es más positivo arreglar un descosido que provocarlo y con su labor, generalmente callada, hacen que a la larga se les oiga de lejos.
Lo de los pantalones, lo he elegido por ser lo menos cruento y más absurdo que podia elegir. Sin embargo, ahí siguen empecinados en mostrar su ignorancia en otros ejemplos, creyendo que van a salvar al mundo con sus ruidosas manifestaciones, que en su necedad creen que han sido organizadas por ellos. Pero como en todo lo malo siempre hay algo bueno, también los hay que piensan que es más positivo arreglar un descosido que provocarlo y con su labor, generalmente callada, hacen que a la larga se les oiga de lejos.
UN BRAVO PARA ELLOS.
Puede que no hayan quedado muy convencidos algunos de los aludidos por lo que digo. Esto me obliga a buscar otro ejemplo para acabar de convencerlos.
Siempre ha sido bonito y elegante hablar correctamente este idioma que no nos merecemos si nos percatamos de que no solo no hacemos lo posible para que sea aprendido en los demás países
sino que ponemos trabas para que se hable en el nuestro.
El que sea uno de los idiomas más hablados del mundo, que nos tenía que enorgullecer, nos tiene sin cuidado, pero además, algunos papanatas y mentecatos de la clase chic, que Dios sabe el tiempo y el dinero que emplearon sus padres para que pudieran tener una envidiable educación, envidiosos de unos cuantos palurdos, que en su ignorancia, expresaban sus ideas con menos palabras de las que sabía TARZÁN DE LOS MICOS, no pudieron evitar en su afán por todo lo novedoso, desterrar sus exquisitos conocimientos del idioma para imitar como suyo un galimatías. de no más de cincuenta palabras, que son las que ahora se utilizan para dialogar, amar, odiar o convencer, devolviéndonos a la época Neandertal.
Puede que no hayan quedado muy convencidos algunos de los aludidos por lo que digo. Esto me obliga a buscar otro ejemplo para acabar de convencerlos.
Siempre ha sido bonito y elegante hablar correctamente este idioma que no nos merecemos si nos percatamos de que no solo no hacemos lo posible para que sea aprendido en los demás países
sino que ponemos trabas para que se hable en el nuestro.
El que sea uno de los idiomas más hablados del mundo, que nos tenía que enorgullecer, nos tiene sin cuidado, pero además, algunos papanatas y mentecatos de la clase chic, que Dios sabe el tiempo y el dinero que emplearon sus padres para que pudieran tener una envidiable educación, envidiosos de unos cuantos palurdos, que en su ignorancia, expresaban sus ideas con menos palabras de las que sabía TARZÁN DE LOS MICOS, no pudieron evitar en su afán por todo lo novedoso, desterrar sus exquisitos conocimientos del idioma para imitar como suyo un galimatías. de no más de cincuenta palabras, que son las que ahora se utilizan para dialogar, amar, odiar o convencer, devolviéndonos a la época Neandertal.
Y como colofón para su mérito, podemos agregar que si se utiliza este engendro por escrito, es aún mas distinguido si se escatima alguna que otra letra a las pocas palabras de que dispone, para evitar un despilfarro según parece.
Ya veréis que ahora no digo que alguien os arrastrara, lo hicisteis vosotros sólitos. Nadie os va a robar la vanidad de tanto mérito, ha beis superado incluso, a a los palurdos que os inspiraron. Vuestro es el premio y todos los honores ya que en cualquier manifestación dialéctica, sea cual sea su nivel está patente vuestra presencia.
¿QUÉ MÁS PODÉIS DESEAR DESPUÉS DE TAN EXQUISITA APORTACIÓN?
Ya veréis que ahora no digo que alguien os arrastrara, lo hicisteis vosotros sólitos. Nadie os va a robar la vanidad de tanto mérito, ha beis superado incluso, a a los palurdos que os inspiraron. Vuestro es el premio y todos los honores ya que en cualquier manifestación dialéctica, sea cual sea su nivel está patente vuestra presencia.
¿QUÉ MÁS PODÉIS DESEAR DESPUÉS DE TAN EXQUISITA APORTACIÓN?
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