sábado, 1 de enero de 2011

MEMORIAS DE UN SEDUCTOR ADOLESCENTE


Realmente, en mi juventud, tuve una etapa en la que nunca me esforcé por nada que no pudiese alcanzarse de forma inmediata. Consideraba que los estudios eran una pérdida de tiempo absurda PORQUE EL FIN DEL MUNDO ESTABA A PUNTO DE LLEGAR y ¿de qué me iba a servir esforzarme para aprobar más o menos asignaturas si nuestro final era seguro?.

Cualquier proyecto a medio o largo plazo se ensombrecía ante esta perspectiva de cuyo macabro fin no tenia la menor duda, empujado probablemente por una apatía que no tenía nada que ver con la realidad que me rodeaba, pero que aún así me atormentaba y disminuía hasta el punto de que, creyéndome condenado a no alcanzar mi mayoría de edad, me sentía obligado a emplearme a fondo con el genero femenino si es que quería disfrutar del sexo antes de que se avecinase la tragedia que tenia prevista, ya que por aquellos tiempos este tipo de logros solo se conseguían tras un noviazgo de varios años.

Era ésta una tarea ingente, teniendo en cuenta que por aquella época cualquier tema relacionado con el sexo era tabú y el que una chica permitiera que un chico le tocara la mano ya podía ser motivo de lujuriosos y pecaminosos comentarios.

Tras no se cuantos escarceos fallidos, aunque sin llegar a la temible bofetada, me percaté de que cualquier intento directo para conseguir el más insignificante roce fracasaba de inmediato, rompiéndose la magia del momento si la había, teniendo que esperar mucho tiempo para que volviese a repetirse, pero si el contacto se producía de forma muy disimulada, casi accidental, no había ni rechazo inmediato, ni situación alguna de violencia, al presumirse mutuamente la posibilidad de que ninguno se hubiese percatado de la situación. Era pues imprescindible provocar el acercamiento con muchísimo disimulo y mantenerse quietecito una vez llegado al contacto, como si nada hubiera pasado y si la dama respondía de igual modo mi misión era
,con todo disimulo y sin evidenciar mi propósito, muy, muy despacito, hacer el acercamiento poco a poco mas patente, sin llegar a asustar a la cauta fémina.

Después venía una parte muy difícil que consistía en hacerla creer que, aunque pudiera pensar que yo ya era consciente de que la estaba rozando, ELLA CREYERA QUE YO NO SABIA QUE ELLA LO SABÍA. ¿Me seguís?

Este momento era muy importante porque SI ELLA SOSPECHABA QUE YO SABÍA QUE ELLA SABÍA QUE LA ESTABA TOCANDO, JAMÁS PODRÍA PERMITIRLO PORQUE CON ELLO PERDÍA TODOS SUS VALORES, MIENTRAS QUE SI ELLA CREÍA QUE YO NO SABÍA QUE ELLA ERA CONSCIENTE DE LO QUE ESTABA OCURRIENDO, SU REPUTACION ESTABA A SALVO YA QUE ELLA NO PODÍA SER RESPONSABLE DE AQUELLO DE LO QUE NO ERA CONSCIENTE.

Parece que sea un absurdo juego de palabras pero es una realidad tal que por este procedimiento conseguí logros que ni en sueños hubiese pensado materializar.

Tras superar esta etapa tan difícil ya podía actuar con cierta impunidad con esa chica en otras ocasiones, aunque siempre, siempre que lo hiciera debía ser con la misma discrección para que LA DAMA SIEMPRE PENSASE QUE YO CREÍA, QUE ELLA NO SE DABA CUENTA DE LO QUE YO HACIA.

Esto podía suponer el que para hacer, con mi mano, el recorrido de un palmo por debajo de su falda pudiera tardar hasta quince minutos, lo que nos ponía a los dos excitadísimos de tal forma que los siguientes avances los podía perpetrar con un poquito mas de rapidez y cierto grado de colaboración por parte de la dama que me los facilitaba entreabriendo disimuladamente sus piernas.

Era muy importante tener en cuenta y jamás olvidar que aunque la consecución del fin último estuviera lograda y ya fuera absurdo mantener una hipócrita actitud, el mantenimiento y la retirada de la mano debía llevarse a efecto con el mismo pausado movimiento con que se hiciera en el recorrido de entrada, para que nuestra dama siempre conservase su pulcra imagen al confirmarle con esta actitud que jamás pasó por mi pensamiento el que ella fuese consciente del menoscabo al que había sido sometida.

Esto que parece absurdo a mi me dio un magnífico resultado, porque NADA CREEMOS NI NOS CONVENCE MEJOR, QUE AQUELLO QUE QUEREMOS CREER AUNQUE EN EL FONDO NO NOS CONVENZA.

Quizás os preguntéis por qué a estas alturas vengo a confesar algunos pecaditos de mi adolescencia ya hace mas de medio siglo y es porque humildemente confieso que:

ME TEMO QUE ES AHORA CUANDO ME DOY CUENTA DE LO INOCENTES QUE FUIMOS ANTE LAS AVISPADAS DAMAS QUE NOS SIGUIERON EL JUEGO EN AQUELLAS PANTOMIMAS IMPRESCINDIBLES, A SABIENDAS DE QUE NOSOTROS SABÍAMOS QUE ELLAS SABÍAN LO QUE NOSOTROS INTENTÁBAMOS HACERLAS CREER QUE NO SABÍAMOS, CON NUESTRA INSUPERABLE ACTUACIÓN, TENIENDO EL CINISMO Y LA HIPOCRESÍA DE APROVECHARSE DE ELLO, PARA DESPUÉS MOSTRARSE ANTE NOSOTROS RADIANTES E INMACULADAS, DESPUÉS DE HABER PERMITIDO EN "SU INCONSCIENCIA" LAS EXPLORACIONES Y LOS A VECES PROFUNDOS EXÁMENES QUE PERPETRAMOS EN LAS PARTES MAS INTIMAS DE SU PRECIOSA ANATOMÍA.

Estas consideraciones son obsoletas en estos tiempos que vivimos, EN LOS QUE CIERTOS VALORES NO SE COTIZAN AL ALZA, pero ya veis, yo me quedé anclado en el pasado y me duele descubrir a estas alturas el alcance de aquellos pequeños pecados que podrían salpicar a tantísimas Juliétas de las de entonces, A LAS QUE ALGUNOS VENERARON EN ALTARES QUE NO MERECÍAN.

Al menos hoy, ya estamos preparados y todo lo asumimos, NO DANDO LAS PAREJAS IMPORTANCIA ALGUNA A LO QUE OCURRIERA ANTES DE SU NOVIAZGO, NI TAMPOCO A LO QUE SE HAYA PODIDO HACER DESPUÉS DE LA RUPTURA SI ES QUE LA RELACIÓN SE REANUDA. 

Pero como me consta QUE AÚN EN ESTA ÉPOCA hay quienes no se siente muy bien en estas circunstancias, OFREZCO MIS EXPERIENCIAS PARA QUE VEAN QUE ANTES Y DESPUÉS, HOMBRES Y MUJERES, SIEMPRE TUVIERON ALGUNA HISTORIA DE LAS QUE NO NOS ENTERAMOS O NO NOS QUISIMOS ENTERAR; LO QUE TRADUCIDO LISA Y LLANAMENTE EQUIVALE A DECIR QUE LOS HOMBRES Y LAS MUJERES SIEMPRE FUIMOS IGUALES Y LO ÚNICO QUE HA CAMBIADO SON LAS ÉPOCAS. 

POR LO QUE PARA BIEN DE TODOS, PORQUE A TODOS INTERESA, ESO YA NADA IMPORTA.

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