Era la mas joven de los veintiún hermanos de mi padre y se habia criado y educado con los privilegios que su condición de hija del Sr. Notario le otorgaban; los mejores colégios, las mas distinguidas amistades, los mas apuestos pretendientes, etc. Su aspecto físico iba en consonancia con su posición. Su ostentación no era mas que pura y llanamente su extraordinaria personalidad, que hacia que cualquiera que se le acercase sintiera el respeto que inspira la presencia de una gran dama. Era mas bien alta, morena de pelo y tez blanquisima, con una belleza genuinamente noble, sin maquillaje alguno, elegantisima e impecable en el vestir y en el hablar y con una sonrisa que por lo delicada, mas bien se intuia, sin descomponer jamás la serenidad de su semblante y trasmitiendo una sensación de bienestar que invitaba a estar a su lado.
En su casa siempre se vivió con desahogo económico, pero sin derroche ni opulencia, teniendo en cuenta que en las fechas en que estoy situando el inicio de este relato, en España, todavia habia mucha necesidad y era un privilegio el que en una casa pudiese olerse con frecuencia a café con leche y pan tostado. Yo se que en la de mi tía se olia a eso y es mas tambien a mantequilla por que algunas veces habia untado un trozo de pan y me lo habia dado y su café con leche era de verdad y no de leche en polvo y achicoria o malta como tomabamos los que teniamos ese privilegio en los estratos algo menos favorecidos. Su esposo, mi tio Hipólito, que era primo hermano de mi madre; era mas bajo que ella, de aspecto agradable y con una visible fortaleza física, además de una simpatia que derrochaba a raudales; estaba bien situado con varios negocios que funcionaban más o menos y un importante patrimonio inmobiliario. Mis primos Pedro Antonio, Guillermo y Mari Laura fruto de este matrimonmio feliz, a todas luces, eran en verdad unos hijos ejemplares. Pedro Antonio por su reconocida bondad, Guillermo por su innegable inteligencia que lo hacia destacarse en los estudios y Mari Laura un alma de Dios a quien todos querian por su ingenuidad y dulzura. Completaba el entorno de la ejemplar família Rosa, la señora que hacia las labores de la casa y "Olga", la perra mas bonita que recuerdo haber visto. De tamaño mediano, toda blanquisima y con unos ojos oscuros que hablaban. Lo que mas recuerdo de mi tio son sus regresos del trabajo, alegre, cariñosisimo con todos y con mi tía espectacular como si de un novio se tratara, colmandola de caricias, besos y atenciones. Mi tia tambien lo adoraba y era gratisimo verlos pasear los domingos por El Casino Eldense, protegidos del sol por la sombrilla que mi tia solia usar los días calurosos.
Dejemos pasar unos cuantos años en este ambiente de felicidad y Pedro Antonio ya estará a punto de casarse, Guillermo en el final de su carrera y Mari Laura es novia de un chico de excelente familia que está enamoradisimo de ella. Practicamente ya estaban colmados todos los sueños que rondaban por aquel hogar, pero no estamos en el Paraiso. Mi Tía Laura trás un gran suspiro dejó de existir, y a lo largo de aquel larguisimo y casi interminable suspiro ¿Que importancia pudo tener para ella la próxima boda de Pedro Antonio o el fín de carrera de Guillermo o las ilusiones de Laurita en su flamante relación sentimental?. Y para mi tio y mis primos ¡ Que inmenso dolor, que perdida irreparable, que terrible desgracia!. Muy bien, pero ¿despues qué?. NADA TIENE IMPORTANCIA, NADA, NADA, NADA. Cuando no se habian repuesto todavia de la muerta de mi tia, Mari Laura se marchó con ella. Nadie daba crédito a aquella desgracia sin fundamento. Laurita habia muerto desnucada en un accidente de coche intrascendente. Su novio iba conduciendo y no tuvo el mas mínimo rasguño o contusión ¿Quien se lo diria a su padre? ¿Podria encajar esta nueva desgracia? Si, la encajó y además superó tambien la muerte de Pedro Antonio unos años despues y la de Guillermo casi de inmediato, ambos murieron de infarto. Ya completamente solo, entregó su alma a Dios en el Asilo de Ancianos de Monovar siendo mas joven que el que esto suscribe, "habiendo tenido la previsión unos meses antes, de poner todos los bienes de que disponia, (de los que naturalmente ya no pudo disponer), a nombre de su queridisima nuera, que tuvo la gentileza de acompañarlo hasta la misma puerta del Asilo. Ya veis que tonteria, Las Monjitas digeron que el pobre habia muerto de pena.
En su casa siempre se vivió con desahogo económico, pero sin derroche ni opulencia, teniendo en cuenta que en las fechas en que estoy situando el inicio de este relato, en España, todavia habia mucha necesidad y era un privilegio el que en una casa pudiese olerse con frecuencia a café con leche y pan tostado. Yo se que en la de mi tía se olia a eso y es mas tambien a mantequilla por que algunas veces habia untado un trozo de pan y me lo habia dado y su café con leche era de verdad y no de leche en polvo y achicoria o malta como tomabamos los que teniamos ese privilegio en los estratos algo menos favorecidos. Su esposo, mi tio Hipólito, que era primo hermano de mi madre; era mas bajo que ella, de aspecto agradable y con una visible fortaleza física, además de una simpatia que derrochaba a raudales; estaba bien situado con varios negocios que funcionaban más o menos y un importante patrimonio inmobiliario. Mis primos Pedro Antonio, Guillermo y Mari Laura fruto de este matrimonmio feliz, a todas luces, eran en verdad unos hijos ejemplares. Pedro Antonio por su reconocida bondad, Guillermo por su innegable inteligencia que lo hacia destacarse en los estudios y Mari Laura un alma de Dios a quien todos querian por su ingenuidad y dulzura. Completaba el entorno de la ejemplar família Rosa, la señora que hacia las labores de la casa y "Olga", la perra mas bonita que recuerdo haber visto. De tamaño mediano, toda blanquisima y con unos ojos oscuros que hablaban. Lo que mas recuerdo de mi tio son sus regresos del trabajo, alegre, cariñosisimo con todos y con mi tía espectacular como si de un novio se tratara, colmandola de caricias, besos y atenciones. Mi tia tambien lo adoraba y era gratisimo verlos pasear los domingos por El Casino Eldense, protegidos del sol por la sombrilla que mi tia solia usar los días calurosos.
Dejemos pasar unos cuantos años en este ambiente de felicidad y Pedro Antonio ya estará a punto de casarse, Guillermo en el final de su carrera y Mari Laura es novia de un chico de excelente familia que está enamoradisimo de ella. Practicamente ya estaban colmados todos los sueños que rondaban por aquel hogar, pero no estamos en el Paraiso. Mi Tía Laura trás un gran suspiro dejó de existir, y a lo largo de aquel larguisimo y casi interminable suspiro ¿Que importancia pudo tener para ella la próxima boda de Pedro Antonio o el fín de carrera de Guillermo o las ilusiones de Laurita en su flamante relación sentimental?. Y para mi tio y mis primos ¡ Que inmenso dolor, que perdida irreparable, que terrible desgracia!. Muy bien, pero ¿despues qué?. NADA TIENE IMPORTANCIA, NADA, NADA, NADA. Cuando no se habian repuesto todavia de la muerta de mi tia, Mari Laura se marchó con ella. Nadie daba crédito a aquella desgracia sin fundamento. Laurita habia muerto desnucada en un accidente de coche intrascendente. Su novio iba conduciendo y no tuvo el mas mínimo rasguño o contusión ¿Quien se lo diria a su padre? ¿Podria encajar esta nueva desgracia? Si, la encajó y además superó tambien la muerte de Pedro Antonio unos años despues y la de Guillermo casi de inmediato, ambos murieron de infarto. Ya completamente solo, entregó su alma a Dios en el Asilo de Ancianos de Monovar siendo mas joven que el que esto suscribe, "habiendo tenido la previsión unos meses antes, de poner todos los bienes de que disponia, (de los que naturalmente ya no pudo disponer), a nombre de su queridisima nuera, que tuvo la gentileza de acompañarlo hasta la misma puerta del Asilo. Ya veis que tonteria, Las Monjitas digeron que el pobre habia muerto de pena.