sábado, 15 de agosto de 2009

MATAYOTES MATAYOTETOS KAI PANTA MATAYOTES

Siempre hay algo que contar de las personas que acuden a nuestro recuerdo, una hazaña., una aventura, simplemente una anecdota.... Cualquier cosa es válida para recrear en nuestro pensamiento a quienes han marcado, con su presencia, nuestras vidas, dejandonos ese cálido bienestar que tanto nos alienta cuando las evocamos. ¿Que mayor logro que estar para bien en boca de los demás?. Creo que esa es una aspiración que todos ambicionamos, pero quizás, para los que somos padres, puede llegar a ser sublime, oir de boca de sus hijos el relato de esos recuerdos nuestros que cuando afloran, vienen acompañados con una dulce sonrisa. No es necesario que sea de admiración. Cuando hay amor, la conmiseración puede llevar tambien una grandisima carga de cariño y de reconocimiento y cuando los hechos que se narran trascienden a nuestros nietos contados con el mismo espíritu que los inspiró y si es posible, un pelín exagerados en sus méritos, no cabe la menor duda de que no se sentirá feliz solamente el narrador. Hay personas que son fáciles de recordar por su amplisimo anecdotario y sus entierros suelen ser muy concurridos. Son los que solemos calificar como personas entrañables y así lo son efectivamente aunque su merito, que no es poco, se limite a habernos alegrado, de vez en cuando, algún momento de nuestra existencia. Suelen ser personas muy queridas y celebradas, por eso es muy gratificante oir en un momento determinado como alguien. a quien ni conociamos, cuenta alguna chirigota de la que somos el personaje central y los demás la rien y la aplauden, mientras nosotros nos sentimos orgullosos de que ese alguien al que no debiamos ni nos debia ninguna devoción guardara en su pensamiento un trocito de nuestra vida y que su relato haya servido para alegrar, por un momento, la vida de los demás. En conclusión: VANIDAD DE VANIDADES Y TODO VANIDAD.

domingo, 2 de agosto de 2009

¿ODA O EPITAFIO?

España, ¡ay España!, que gravas como nación tu identidad en la historia, con el escudo que te honró tras la caída de la última semilla de aquel fruto dulcisimo y que te haces fuerte por las sabias decisiones de aquellos depreciados Reyes Católicos a quienes tanto debemos a pesar de haber sido tan injustamente vilipendiados, como posteriormente sucediera, desgraciadamente, con algunos mas, que impusieron, por nuestro bien, medidas impopulares por encima de sus propios intereses, salvándonos del caos que su inobservancia hubiera provocado tarde o temprano, pero que también fueron el caldo de cultivo, auspiciado por intrigantes y traidores que se valieron de la ignorante incomprensión del pueblo, para sacar a España de los raíles que indefectiblemente la hubieran llevado a cumplir su verdadero destino en el devenir de su historia.
No dejó por ello, de mostrar su casta, y su grandeza, sometiendo incluso, a quienes la odiaron como tal , dentro de si misma, porque siempre hay quienes, quizás, no fueron forjados en el crisol de nuestra raza, quedando en ellos impregnada la bazofia del sin fin de indeseables que a través de los siglos pisaron nuestra tierra, recibiendo por su permanencia en ella, el inmerecido título de que les llamasen españoles, cosa que nunca creo que lo hayan sido. La insidia, la calumnia y sobretodo la verdades a medias de las que siempre han sido maestros los cínicos portadores del estandarte de nuestro fracaso, fueron y son los mas eficaces instrumentos de la destrucción. Después vienen los arrepentimientos de los que, inocentemente, se dejan llevar de tanta perversión, pero como somos cortos de memoria, pronto olvidamos nuestros errores y reincidimos, siendo arrastrados de nuevo por la misma canalla, siempre con las mismas tácticas, con la consecuencia de que campeen de nuevo por nuestros fueros los asesinos, los malversadores, los que no tienen mas credo que su propio interés y en suma, los que se juegan a la taba el destino y la unidad de España, en busca del apoyo de unos indeseables, para hacer mas patente su desidia y mas difícil la posibilidad de nuestra recuperación. Pronto, espero, vendrá de nuevo el arrepentimiento y el crujir de dientes, pero ojo; las abiertamente perversas insinuaciones y veladas acusaciones que tratan de restar méritos a quienes han demostrado infinitamente una mayor competencia, un mas claro concepto de la ética y sin duda un mayor patriotismo, se irán multiplicando conforme se acerquen las elecciones y Dios sabe que nueva elucubración nos presentaran, como acostumbran, las vísperas del evento. Me pongo a temblar solamente de pensarlo, pero creo firmemente que si hemos salido de tantas vicisitudes no vamos a ser menos ahora. Lo malo, lo que me indigna y lo que ya va siendo hora de que todo el mundo sepa es que España tiene mas enemigos dentro que fuera de sus fronteras y que su actuación ha sido la verdadera causa de todos nuestros males, por lo que ya es hora de que los vayamos desenmascarando.