lunes, 16 de marzo de 2009

QUIZAS SEA ZEUS QUIEN NOS ECHE UNA MANO

Los que han compartido mi vida, saben que hubo un periodo, que estuve hospitalizado, en el que por prescripción facultativa, además de otros muchos analgesicos, tenia que ingerir cada tres horas cuatro gotas de morfina para combatir el dolor que me provocaba la rotura de gran parte de las ramificaciones de los nervios radial, cubital y mediano de mi brazo izquierdo. Mi plexo braquial estaba completamente destrozado, pero mi cerebro a pesar de aquella terrible e insana medicación se mantenia completamente lúcido a pesar de haber estado veintisiete días sin dormir, habeis leido bien, veintisiete días en los que mi estado de inconsciencia se contaba por minutos hasta que empezaron a administrarme la morfina. Esta situación se complicaba porque mi estado se derivaba de la operación a corazón abierto que me habian hecho para implantarme dos injertos en mis coronarias, hoy llevo además de esos dos baypás tres sténds metalicos por donde circula mi sangre. A pesar de ello aún me quedaba humor para piropear alguna que otra enfermera y comentar los sueños que en mi estado de somnolencia acudian a mi mente, pudiendo describirlos sobre la marcha, ya que el hecho de que hablase no interrumpia mis visiones que podia ralentizar o incluso parar a mi antojo, pudiendo además con solo desearlo pasar de un tema a otro sin ninguna dificultad y con tal grado de perfección optica y meticulosidad en cada detalle que mas que algo derivado de la medicación de una dolencia me parecia una bendición del cielo. No es raro en mi que de esas visiones mi predileción recayese en los desfiles de preciosas mujeres, cuyas caras jamás se repetian y sus atributos dentro de la exquisitez tambien estaban completamente diferenciados, pudiendo parar la imagen incluso hacerla retroceder como si de una magica moviola se tratara y en la que podia intercalar las escenas que me vinieran en gana. Como mi situacón era sumamente delicada, cuando llegaba a mi pensamiento la idea de que aún en semiinconsciencia podria estar pecando, cortaba la emisión para que Dios no me castigase, a pesar que a decir verdad la parte consciente de mi cerebro solo intervenia en la comtemplación puramente artistica de tanta belleza, ya que como imaginareis no estaba en condiciones de realizar ningún exceso y aunque lo hubiese deseado mis partes digamos menos nobles brillaban por su ausencia. Era entonces cuando iniciaba mi recorrido por hermosos paisajes de la campiña, prados inmensos cuajados de amapolas en donde los caballos, despavoridos por mi insolita presencia huian al galope tendido mientras yo los perseguia volando a algo mas de un metro de sus cabezas. Cuando me cansaba del llano me elevaba hasta las mas altas cumbres, de paz engañosa, en las que podia observar las resquebrajaduras de sus hielos forjados bajo la prensa de cientos de pesadas capas de nieve, para luego lanzarme a la orilla del mar, sobre los acantilados, en cuyas rompientes serpenteaban las estelas de espuma escarchada al compás de un estruendo monótono y ensordecedor, mientras volando entre el graznido apagado de las gaviotas, por el ruido de las olas, exploraba cuevas ignotas situadas donde las rompientes habian intuido debilidad, socavandolas durante quizás miles de años.

Fuera de la vigilia, cuando mi cuerpo estaba completamente dormido me asaltaban sueños asombrosos que mi subconsciente trataba de atar a mi memoria porque en ellos podia ver la realidad de la vida y los sencillos mecanismos que podrian hacer que la convivencia fuera un dechado de armonia.

Guardo ya confuso un sueño que llegué a contar a alguno de mis hijos, creo que fué a Ana; cuando lo hice aún estaba fresco en mi memoria pero ahora no son mas que retazos que no se si nos llevaran a alguna conclusión pero voy a intentarlo.

Me encontraba en el Olimpo, yo era un mero espectador, posiblemente invisible, pero habia alguien que me explicaba los entresijos de su magna organización; habia diversas jerarquias entre los dioses, desde Zeus y Hermes, esposos y soberanos de todos los dioses, hasta los mas humildes Sátiros, pasando por Hefesto, Artemisa, Apolo, Atenea, Afrodita, Hades, Poseidón, Ares, Hermes y Dionisio entre los dioses de mas alta jerarquia hasta llegar a los dioses menores entre los que se encontraban Las Ninfas, Las Nereidas, Las Náyades, Las Hamadriadas, Las Hesperides y Las Musas entre otros.

Por no hacer interminable este relato me limitaré a decir que cada uno de estos dioses tenia una o varias misiones especificas y que jamás intervenian en las atribuciones de los demás, recayendo sobre cada cual las responsabilidades que pudieran derivarse de su negligencia o desidia. Ni Zeus podia intervenir directamente en una actuación que correspondiese a otro y aunque las jerarquias estaban establecidas y las responsabilidades podian ser mas o menos importantes, cualquiera de ellas era digna de la máxima consideración ya que cualquier fallo que pudiera haber, la repercusión podia afectar a todos de forma lastimosa, pongamos como ejemplo en nuestra organización humana el que los encargados de la limpieza no recogieran la basura. Eso podria provocar unas consecuencias funestas en la vida social, en la higiene, en la sanidad; surgiendo plagas, epidemias y por lo tanto mortandad hasta límites desmedidos, lo que hacia que los dioses, mas sabios que nosotros, tratasen con mucho respeto y consideración a los dioses menores porque aunque el ejemplo que pongo para los humanos a ellos no les afectaba si que les afectaban otras posibles negligencias que no viene al caso relatar y que por mi condición de humano desconozco. El secreto de esa buena organización radicaba en que esos dioses mas humildes eran tratados con la máxima consideración y respeto Y COMO LA IMPORTANCIA DE SU TRABAJO NO SE MEDIA POR LO PREPARADOS QUE PUDIERAN ESTAR EN OTRAS MATERIAS QUE NO LES INCUMBIAN SINO POR LAS CONSECUENCIAS QUE SU ACTUACION APORTABAN AL BIEN COMUN, gozaban de todos los honores y a nadie envidiaban procurando que su trabajo fuera perfecto y así ocurria en cada una de las escalas y en todas las jerarquias, por ello Zeus ni siquiera tenia que sancionar pequeños errores o negligencias, aunque esta era una de sus atribuciones, PERO COMO TAMBIEN ELLOS podian pedir justicia si algún dios mayor o el propio Zeus no cumplia con sus obligaciones Y ERAN DIOSES los que debian juzgar para determinar a quien le asistia la razón, haciendo causa común con quien la tuviera, fuese cual fuese su jerarquia, ni el mismo Zeus se atrevia a quebrantar las normas establecidas, no cupiendo la posibilidad de que nadie se ateviese a injuriar ni a mentir alegremente porque de inmediato iba a ser descubierta su villania, siendo imposible por lo tanto que nadie diera lugar a ello.

Y este es el cuento, y como es cuento surgido además de una mente afectada por la morfina y pudiera inducir a la perplejidad, sugiero que sustituyamos a todos estos dioses por humanos y nos demos verdadera cuenta de lo facil que es actuar como dioses aplicando las leyes CON JUSTICIA y eliminando las trabas que impiden que por su jerarquia sea sometido a juicio y sancionado cualquier mandatario si se lo merece, PARA COARTAR SU IMPUNIDAD,pero estando bien seguros que nuestra queja es justa, consideramdo además cualquier trabajo tan digno como los demás y por lo tanto como cualquier otro en cuanto a su remuneración y estima, aunque por razones obvias existan y subsistan las jerarquia sociales, siendo esta dignidad el incentivo y la respuesta a un mayor esfuerzo en el estudio y la preparación, pero desterrando esas diferencias abismales en los salarios que provocan tanto malestar y tanta injusticia social y como para la consecución de estos fines bastaria con que cada cual cumpliera especificamente lo que tuviera asignado sin interferir en la labor y responsabilidad de los demás de forma inviolable, no creo que necesitemos ser dioses para encontrar el camino que nos lleve a un buen gobierno, una buena convivencia y una mayor justicia social.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces la llave de la justicia social parece muy sencilla y al alcance de la mano, pero eso es vivir en una utopía. Nadie niega que las ideas comunistas busquen esa igualdad social armonizada con una buena y "justa" justicia, valga la redundancia, pero eso sólo funcionaría si las personas fueramos realmente todas iguales y primase la "comunidad" por encima de los intereses personales, pero por desgracia no somos iguales, nunca lo hemos sido y salvo que cambie nuestra genética; nunca lo seremos. Cualquier ideología que se base en ese tipo de paradigmas es muy noble en intenciones pero completamente utópica en efectividad. FRAN.

pichiri dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo y quizás la forma de expresarme de lugar al equivoco.
En mi supuesto solo doy entrada al funcionariado y como mucho a los puestos de trabajo retribuidos. La iniciativa privada no debe coartarse nunca y la inteligencia natural aplicada a la productividad, a la ciencia o al el arte no debe tener limites.
Me refiero a esas personas, vuelvo a insistirte, especialmente funcionarios que tienen un tabajo burocratico, generalmente cómodo, con un sueldo infinitamente mas elevado que el de un cartero o un peón de obras públicas, pongo por ejemplo, por el solo hecho de exigirse para ese puesto un determinado título. Quiero expresar que el incentivo de tener un trabajo más comodo, mas elegante y sobretodo menos penoso ya es un incentivo para aplicarse en el estudio, pero no justifica que el que carece de esta preparación pase penalidades economicas a pesar de que su trabajo aporte beneficios superiores a la colectividad y lleve implicito un mayor riesgo personal. Si un particular mediante su esfuero y sacrificio crea un imperio es algo que está al margen de lo que digo y ahí esta el mundo para que el que quiera se embarque en esa aventura.
De todas formas y aunque esta formula debiera aplicarse, estoy contigo en que es utopico pensar que algún día los jueces apliquen las leyes con justicia y sin favoritismos, que se pueda tirar de las orejas a los que mandan y que exista una verdadera justicia social, pero ya sabes, lo que he relatado es solamente un cuento que además surgió de una mente afectada por un sin fín de farmacos, ya que de otra forma ni siquiera hubiera soñado lograr algo que con una total cordura sé que es imposible, estando como estamos gobernados por un rebaño de borregos que solo piensan en sus intereses de Partido y los suyos propios.

JuanRa Diablo dijo...

Pues tu sueño invita a la reflexión y parece una revelación de la verdad desnuda.
Estoy con Fran en que es sencillísimo de aplicar en teoría pero un desastre en la práctica, pero fíjate que creo que no lo sería tanto si nos esforzáramos en cuidar muchísimo la infancia. Si se criaran niños bien atendidos generación tras generación, niños queridos, educados, cuidando de no frustrarlos, sociales, en definitiva felices, el camino ya estaría allanado para una sociedad mejor.
Pero este mundo está lleno de adultos con traumas, con envidias, con falta de autoestima, con odios que vienen todos, estoy seguro, de una niñez desatendida. Y el arbolito que crece torcido ya no se puede enderezar cuando el tronco es grueso.

anahija dijo...

Papà,fue a mì a quien contaste ese cuento,y por un lado adoro haber sido yo la privilegiada porque disfrutè enormemente mientras me lo contabas pero por otro odio haber sido yo,porque mi memoria de pez no ayuda para recuperar aquella historia que me resultò fascinante (poco se aproxima este pequeño resumen que has hecho) en la que lo ùnico que recuerdo es que al final hacìas partìcipe al propio lector de la historia pero no recuerdo de què ingenioso modo