viernes, 4 de febrero de 2011

RELATOS QUE PUDIERON SER CIERTOS Nº 12


Juanito, no es un asunto que debiera encargarte, ni quiero que te preocupes, pero ya me ves, por esa tonta caída no puedo mover las piernas. Debo haberme provocado algún esguince o alguna luxación y no puedo dar un paso. Si no estuviésemos tan lejos de la Aldea o el paraje en el que estamos fuese mas transitado, me aventuraría a esperar a que alguien diese con nosotros, pero en este rincón tan lejano y en la fecha en que estamos, no creo que alguien pase por aquí, salvo algún cazador cuando se abra la veda, pero aún falta mucho para eso y no tengo a nadie mas que a ti a quien recurrir.
No hijo, no me preocupo, ya se que puedo contar contigo.

Si por mutuo temor no hacemos nada, cualquiera de mis heridas se puede infectar y sería mucho peor. Haz lo que voy a decirte sin miedo, con la seguridad de que si cumples todos los consejos que voy a darte nada malo nos pasará. Sabes que jamás te pondría en riesgo y esto, aunque te lo parezca, es precisamente lo único que nos puede salvar. Lo peor que podemos hacer es quedarnos parados ante la amenaza que nos acecha. ¿Estás de acuerdo conmigo? Ya veo que sí.

Toma el sombrero y el garrote y anda siempre hacia la derecha. Recuérdame echado como estoy ahora y déjame a tu espalda por la parte de mi brazo derecho.
Llegarás a una senda que deberás seguir en dirección al norte. ¿Recuerdas dónde estaba el sol cuando almorzamos? Bien, eso era el sur. Llega a la senda yendo siempre a la derecha y cuando llegues recuerda dónde estaba el sol cuando almorzamos y le das la espalda siguiendo la senda. Si andas por la senda de espaldas al sur, que es donde estaba el sol cuando almorzamos, irás rumbo al norte. Te veo perplejo. ¿Si? ¡OLVÍDATE DE TODO LO QUE TE HE DICHO Y EMPECEMOS DE NUEVO!

CAMINA HACIA LA DERECHA HASTA LLEGAR A LA SENDA. CUANDO LLEGUES A ELLA GIRAS A LA IZQUIERDA Y LA SIGUES. VERÁS QUE A TU ESPALDA QUEDA EL LUGAR DONDE LUCÍA EL SOL CUANDO ALMORZAMOS. ¿ME ENTIENDES? No dejes nunca la senda hasta llegar a una rambla que deberás atravesar tomando como referencia dos pinos grandísimos. Deberás pasar entre los dos troncos de esos dos pinos que no podrás confundir porque son muchísimo más grandes que los demás.
PARA ATRAVESARLOS TENDRÁS QUE SUBIR UNA PENDIENTE MUY PRUNUNCIADA QUE TE SERÁ MAS DIFÍCIL DE SALVAR PORQUE EL SUELO ESTÁ CUBIERTO DE UN MANTO ESPESÍSIMO DE AGUJAS DE PINO SECAS QUE TE PINCHARAN Y TE HARÁN RESBALAR A CADA PASO, DEBIENDO TENER LA PRECAUCIÓN DE NO ARAÑARTE CON CUALQUIER RAMA SECA QUE TAMBIÉN LAS HAY MUY CAMUFLADAS POR EL ESPESO Y SEQUISIMO FOLLAJE DONDE SE HUNDIRÁN TUS PIERNAS HASTA POR ENCIMA DE TUS RODILLAS.

Salvada la pendiente, verás una senda. Tendrás que seguirla en dirección a la derecha, bordeando la rambla que dejarás a tu derecha. ¿Me sigues? ¿Tienes alguna duda? ¿No? Bien, pero mejor si te doy un repaso rápido: Me dejas aquí quietecito y muy cómodo; vas hacia la derecha hasta llegar a la senda. La sigues girando a la izquierda hasta llegar a una rambla. Tienes que ver dos pinos grandísimos entre cuyos dos troncos tienes que pasar salvando la pendiente y la molesta hojarasca que se hundirá a tus piés como una trampa y al llegar arriba, de inmediato, verás una senda que seguirás, girando a la derecha, quedando la rambla también a tu derecha. POR FAVOR SI NO ME COMPRENDES DÍMELO AHORA. NO PODRÍA SOPORTAR QUE TE PERDIESES. ¿DE VERDAD VES CLARO TODO LO QUE TE DIGO? ¡MAGNÍFICO!

NO TE IMPORTE QUE ESA SENDA SE PROLONGUE HACIENDO MUCHOS ZÍG ZAGS COMO LOS MEANDROS DE UN RÍO. ¿Sabes qué es un meandro? Vale. ¿Ves cómo es bueno prestar atención a los programas de naturaleza? De broma, con los amigos, cuando lo estudiábamos, yo decía "meandros y cagándros".
NUNCA DEJES LA SENDA AUNQUE PIENSES QUE PUEDES ADELANTAR TERRENO ABANDONÁNDOLA. LLEGADO EL MOMENTO VERÁS QUE FRENTE A TI SE LEVANTA UN CAÑAR TAN POCO TUPIDO QUE PODRÁS ANDAR A SU TRAVÉS CON RELATIVA COMODIDAD, PERO NO TE CONFÍES PORQUE A NO MÁS DE CINCUENTA METROS HAY UN CORTADO SOBRE LA MISMA RAMBLA, QUE SI POR DESCUIDO CAYÉRAS AL IR DISTRAIDO, PODRÍAS HACERTE MUCHO DAÑO, POR LO QUE DEBERÁS ANDAR CON MUCHO TIENTO Y AL LLEGAR AL BORDE BUSCAR EL LUGAR IDÓNEO PARA BAJAR.

UNA VEZ ATRAVESADA DE NUEVO LA RAMBLA YA NO VOLVERÁ A MOLESTARTE PORQUE QUEDARÁ DEFINITIVAMENTE A TU IZQUIERDA Y TÚ YA ANDARÁS SOBRE BANCALES CULTIVADOS QUE POR FUERZA, TARDE O TEMPRANO, HAN DE LINDAR CON ALGÚN CAMINO QUE TE LLEVE A LA ALDEA QUE YA ESTARÁ A TU VISTA Y A PARTIR DE ENTOCES TÚ BIEN SABES LO QUE DEBES DE HACER. ¿VERDAD?

ESTA RAMBLA TENÍA SU ANECDOTARIO, DEL QUE ALGÚN DIA ALGO CONTARÉ Y A PARTIR DEL LUGAR POR DONDE ÚLTIMAMENTE DEBIA CRUZARLA JUANITO, SE HACÍA MÁS Y MÁS ACCIDENTADA Y PROFUNDA, RECORRIENDO INFINIDAD DE VERICUETOS ANTES DE QUE CON TODA MAJESTUOSIDAD DESEMBOCARA A LA ENTRADA DE LA ALDEA POR SU PONIENTE, ATRAVESÁNDOLA HASTA PERDERSE ABSORBÍDA POR BANCALES Y CAMINOS POR EL NORESTE, YA CERCA DE EL MAÑAR, SORPRENDIENDO A TODOS DE TARDE EN TARDE CON ALGUNA QUE OTRA VENIDA DE CIERTA ENTIDAD.

Procura Juanito, le decía su padre, recordar bien todo el terreno que pisas para saber por dónde debes volver, ya que de otro modo nadie podría encontrarme. Y si el tiempo no te alcanzase para hacer el recorrido de vuelta con luz, ESPERAD HASTA MAÑANA.
DUERME EN LA CASA DEL TÍO MELCHOR A QUIEN LE CONTARAS NUESTRO PROBLEMA Y LE DIRÁS QUE NO SE PRECIPITE.
QUE VENGA CON VARIOS HOMBRES PARA QUE SE TURNEN LLEVANDO LA PARIHUELA SOBRE LA QUE TENDRÁN QUE TRASLADARME.

Una noche pasa rápido y sería fatal el que os envolviesen las sombras por estos parajes que son peligrosos hasta para los que los conocemos. Mírame si no.
SÉ QUE TODO LO VAS A HACER MUY BIEN, PERO VAMOS A DAR UN REPASO PARA VER SI VERDADERAMENTE HAS COMPRENDIDO TODO LO QUE TE HE EXPLICADO.

VAMOS, ¿ A QUÉ ESPERAS? AHORA VAS A SER TÚ EL QUE ME LO EXPLIQUES COMO SI FUERA YO EL QUE TUVIERA QUE IRME Y HAS DE ASEGURARTE DE QUE LO HE ENTENDIDO PARA YO QUEDAR CONVENCIDO DE QUE LO ENTENDISTE.

No era la primera vez que me sorprendía la capacidad de Juanito, que era un niño que cuando te decia que había comprendido algo, posiblemente ya supiera más que tú mismo sobre el tema a tratar. Por eso me sonó a música celestial cuando dijo " Y cuando te acerques al borde de la rambla DONDE ESTÁN LAS CAÑAS SUJÉTATE A ELLAS PARA NO CAERTE MIENTRAS MIRAS POR DÓNDE DEBES BAJAR.

Recordaba a Pulgarcito con sus pantalones cortos, su sombrero de paja y aquel garrote desproporcionado, que le infundía seguridad, PORQUE ERA EL GARROTE DE SU PADRE. Parecía todo un hombre a pesar de ser un crío, emprendiendo una aventura en la que NO ERA UNA BROMA LO QUE HABÍA EN JUEGO, siendo seguro que de no haber sido por su valentía, tanto su integridad como la de su padre hubieran quedado muy comprometidas.

Ya quiso siempre aquel hombre ir acompañado de su hijo, que por lo pequeño que era, antes podía parecerle no ser más que una carga y DESDE ESE DIA Y PARA SIEMPRE, FUE UN MOTIVO DE ALEGRÍA QUE ADEMÁS LE INFUNDÍA TERNURA, RESPETO Y SEGURIDAD.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eres un gran escritor, nunca me cansaré de escribirtelo. La imagen del hijito con sus pantalones cortos y su garrote desproporcionado me ha hecho imaginar a mi hijo Saúl infundiéndome gran ternura. Me alegro de que no dejes de escribir. FRAN.