jueves, 9 de diciembre de 2010

SERENIDAD

¡Qué hermoso debe de ser

morir bajo de un olivo;

bajo una parra o un chopo;

bajo una higuera o un pino!

En la casa solariega,

sin las prisas ni los ruidos

morir tranquilo y con fe,

morir en Dios y contigo.

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