lunes, 9 de febrero de 2009

POR EL AMOR DE UNA MUJER

Entre las páginas 78 y 79 del libro de francés del cuarto curso de Bachillerato guardaba como un tesoro EL PELO LARGO Y RUBIO DE ELENITA. Ella estaba en segundo curso pero a veces coincidiamos en la misma aula. Solia ser en la de D. Luis Marín, Licenciado en Ciencias Exactas que nos impartia las asignaturas de Matemáticas y Fisica y Quimica.
Para mi desgracia esas dos asignaturas no eran precisamente mis preferidas y casualmente tenia que ser en esa aula donde coincidiamos en hora de estudio para los de segundo y como clase de una de esas dos materias para los de cuarto. Mientras cualquier compañero salia a la pizarra para desarrollar la lección yo aprovechaba para embelesarme mirando aquella criatura de doce años que era un primor. Ella, conocedora de mi indisimulable atracción me obsequiaba de vez en cuando con la mas linda de sus sonrisas y yo suspiraba como un moribundo cada vez que lo hacia. El día fatal llegó cuando fuí requerido por D. Luis para que desarrollase el tema correspondiente al día. Yo siempre trataba de preparar bien las clases pero nunca llegué a comprender que menos por menos pudiese ser mas y cosas así, por lo que mi logica me engañaba y los resultados siempre eran desastrosos. Tras mi patente fracaso, colorado como un tizón antes durante y despues del mismo, me senté y no me atreví a volver a mirar a aquella hermosisima criatura en varios días. Un día, calculando por estadistica que me iban a llamar a la pizarra, con el apoyo de un compañero para el que las matematicas era un juego, preparé el tema como si en ello fuera mi vida, pero no porque lo comprendiera sino porque, aunque no lo crean, memoricé todo su desarrollo de tal forma que sin titubear resolví cada una de las ecuaciones, sin importarme que mi lógica fuese incompatible con los planteamientos. Mi afán de borrar aquel fracaso que tanto me avergonzó fué un incentivo que me subió a los primeros puestos de mi curso, llegando a obtener en los exámenes de Junio un Sobresaliente en Matématicas y un Notable en Fisica y Quimica, aunque declaro bajo juramente que nunca entendí ni entiendo por qué menos por menos es mas.

5 comentarios:

Txema Rico dijo...

Ay, ay, ay... esos amores del cole, como marcan nuestras vidas...qué sentimientos tan limpios y bonitos. A mis 42 tacos tengo en la memoria, todavía frescas, algunas de esas historias de miradas cruzadas con la niña de turno en el cole....que tiempos!!!!

JuanRa Diablo dijo...

Tampoco a mí me gustaron nunca la Física y la Química pero menos aún las Matemáticas. Para mí la chica más guapa de la clase era Nani. Un día estuve a punto de regalarle un diminuto pero bonito ramo de flores pero cuando me disponía a hacerlo me dio tal ataque de vergüenza que volví sobre mis pasos. Nunca supo lo enamorado que estaba de ella.

Io dijo...

La verdad es que yo detestaba el colegio. Y como era de monjas y exclusivamente femenino, no había ocasión de lanzar dulces sonrisas a nadie (salvo algunas niñas que se enamoraban del cura que nos daba misa)

En todo caso, fue un amor muy productivo a tenor de las buenas notas que sacaste.

Y los recuerdos quedan para siempre. Tierna edad...

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Siempre se ha dicho que las matemáticas son pura lógica y que son una ciencia exacta que nunca se equivoca, pero a mí, como a tí, no me parecía tan claro y siempre encontraba la ilógica en lo supuestamente lógico. Yo prefería la lengua donde un verbo es siempre un verbo aunque actúe de diferentes maneras. La lógica del lenguaje sí que es lógica puesto que se creó de forma innata para entendernos y luego nosotros lo utilizamos para no entendernos si nos da la gana. FRAN

Anónimo dijo...

Eran otros tiempos...ahora yo creo que el que es un erudito es el que se averguenza y el macarra chulito,cuando màs burro màs chulo.