viernes, 31 de mayo de 2013

A LA MEMORIA DE FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE

Hablamos de los milagros económicos; de los planes de desarrollo; de las políticas de crecimiento... y los que conocimos el antes y el después somos los primeros en quedamos maravillados de los paulatinos cambios que observamos en nuestro entorno.

¡Que desgraciado destino el de España al tener que soportar tres años de guerra civil! y ¡que suerte para los que sobrevivieron a ella haber sido los heroicos pioneros de su recuperación!, porque dudo que pueda haber una mayor satisfacción que la de haber contribuido al bienestar de nuestra Patria.

La posguerra fué mas dura si cabe que la guerra. La Paz no vino a quitar el hambre impuesta por la total ruina de la Nación, porque no solo había que restablecer el orden, sino también volver a domesticar las tierras casi abandonadas durante el larguísimo periodo bélico y esperar a que las siembras produjeran las cosechas que vinieran a paliar las necesidades mas elementales.

La producción agraria de las zonas menos castigadas por los enfrentamientos bélicos, racionada por el Gobierno, era el único recurso con el que se contaba para engañar el hambre, ya que el bloqueo internacional, impuesto por la presión de Churchill, impedía el más mínimo abastecimiento del exterior, teniendo que valernos de nuestros únicos recursos.

No había mas parque móvil que el que sobrevivió a la guerra, Los camiones Reo del ejercito y algunas camionetas desvencijadas incautadas a sus dueños, eran los únicos medios de transporte por carretera. Los trenes de mercancías aprovisionaban a los pueblos a su paso, con unos controles tan severos que cualquier anomalía era duramente castigada.

Las salidas de los particulares a otros pueblos para intercambiar productos, podía verse penada con la incautación de los mismos, además de una multa o cárcel, según el volumen del contrabando, soliendo los inspectores hacer como que no veían, los bultos cuya mercancía cubriría a duras penas el hambre de una familia por unos días, pero con esta actitud no se podía contar.

A pesar de ello, los mejor dotados de cada familia tenían que aventurarse en  estos pequeños delitos de contrabando cuando la situación era demasiado angustiosa, haciendo larguísimos recorridos a pié o trasportándose en aquellos vagones de mercancías, teniendo que saltar de los mismos antes de llegar a su destino para evitar los controles que solía haber en las estaciones.

Los trueques eran insólitos, arroz, patatas o fruta por pescado seco; harina por tabaco; jabón por queso; incluso joyas por cualquier producto comestible.

No eran tiempos para pensar en otra cosa que no fuera ver la forma de conseguir alimento. Las familias salían al campo, respetando las zonas de cultivo, a buscar Linsones por los ribazos, que después de bien lavados y aderezados con sal y un poquito de vinagre, los engullíamos como un manjar a pesar de su acibarado sabor. También se solía encontrar acelgas silvestres a las orillas de las acequias, así como caracoles camuflados en el espesor de la Segaisa. Si la recolección de estos gasterópodos era abundante, después de engañarlos al sol para que sacasen la molla, bien limpios, se ponían a hervir con sal y un poquito de pimienta y eran un bocado delicioso.

El milagro español, según llegó a calificarse en la prensa internacional, apenas veinte años después de la guerra, cuando España ya estaba entre las diez primeras naciones mas desarrolladas y el bloqueo internacional ya había sido levantado, fue debido a la unión, entrega y sacrificio de todos los españoles que sabían cuando iban a entrar a trabajar pero no cuando iban a salir, incentivados por las horas extras que iban acumulando y cuya remuneración serviría para poco a poco ver como se incrementaba su patrimonio.

Ya a partir de los años setenta, cuando España estaba en todo su esplendor y Francisco Franco en la antesala de la muerte no faltarían las críticas de los resentidos, sobre el hambre que nos había hecho pasar, sin tener en cuenta los pocos medios con que siempre contó para dar un nuevo paso hacia adelante.

La entrada al poder de estos cafres, cuyo estatus social solamente deben a quien supo encauzar nuestro esfuerzo en los años de penuria, supuso el desprestigio sin fundamento, de quien como uno mas entre nosotros, supo poner a España a mucha mas altura de la que jamás estuvo, mientras fue gobernada antes y después, por sus enemigos.

Lástima que ese modo de pensar heredado en demasiados y asumido por esnobismo en otros, a pesar del descrédito que debería pesar sobre ellos, con solo dar un repaso a los últimos ochenta años de nuestra  historia, haya calado en las nuevas generaciones  con tanta fuerza, como para silenciar a todos los que como yo opinan y no se atreven a exteriorizar sus sentimientos, recordando quizás las consecuencias que acontecieron cuando en otros tiempos trataron de plantarles cara.

Esta petulancia de los que solamente tenían que estarnos agradecidos, por haberles dejado una España recuperada en lo económico e intacta en los valores que siempre defendió nuestra tradición, ahora acometen contra quienes sufrieron y murieron en defensa de Dios, de la Patria y el Honor a pesar de haberlos tratado como iguales y haber aceptado sus propuestas de un cambio que solo fue rechazado por los que sabían las consecuencias que nos iba a acarrear, como profeticamente ya anunció el Caudillo en su testamento:

"ESPAÑOLES, ESTAD ALERTAS, EL ENEMIGO ESTÁ AL ACECHO, ESPAÑA TIENE MAS ENEMIGOS DENTRO QUE FUERA DE NUESTRAS FRONTERAS.

Nadie puede decir que miento, si miramos la España actual, que como también profetizó el deleznable Alfonso Guerra: "Con el PSOE en el Gobierno a España no la va a reconocer ni la madre que la parió"

QUE RAZÓN TUVIERON AMBOS Y QUE DIFERENTES FUERON SUS RUMBOS.

Todo lo que perdimos no se podrá recuperar: ni en el bienestar ni en la decencia y con toda la libertad de la que presumen ciertas hordas, mientras golpean con los mástiles de sus pancartas a quienes discrepan de sus consignas, RENUNCIO A ESA LIBERTAD Y CON GUSTO ME VOLVERÍA A SOMETER A LAS LIMITACIONES QUE SE NOS IMPUSO, EN BIEN DE LA CONVIVENCIA Y EN DEFENSA DE AQUELLOS VALORES CUYOS NOMBRES NI SIQUIERA SON YA PALABRAS DE USO ENTRE LOS QUE DEBERÍAN SENTIRSE ORGULLOSOS DE SER ESPAÑOLES.

No sintáis temor, Franco no volverá porque fue único e irrepetible, no porque no hayáis dejado de el ningún vestigio. Ni siquiera habrá quien a estas alturas vaya a atreverse a dar un repaso a vuestras conciencias, POR MIEDO.

¡QUE IRONÍA, SENTIR CIERTO TEMOR AL DECIR ESTO CON TODA JUSTIFICACIÓN ANTE QUIENES PRESUMEN DE LIBERTAD DE PENSAMIENTO!.

Pero por mucho que lo hayáis denigrado, por mucho que os hayáis esforzado en retirar cualquier vestigio que diera honor a su persona, estoy seguro que la historia lo pondrá en el lugar que se merece, para honor y para gloria de España, a pesar de los mal llamados españoles que están culminando la destrucción de mi Patria, tanto en lo que se refiere a la convivencia como a la unidad de su sacrosanto territorio.

MIENTRAS TANTO, ESPERO NO SER EL ÚNICO QUE PIENSE QUE FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE AÚN ESTÁ PRESENTE EN NUESTRO RECUERDO Y EN NUESTRAS ORACIONES.




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