lunes, 8 de junio de 2009

Y AL FINAL, ESPERANZA

He de ser muy severo conmigo mismo para descartar plenamente la posibilidad de que en algún tiempo yo pudiera volar, o al menos lo hubiera hecho mas de un par de veces. Mi estilo era impecable. No extendia mis extremidades superiores imitando a cualquier ave, solo las dejaba caer a lo largo de mi cuerpo apretando mis brazos contra mis costillas y mis antebrazos a lo largo de mi cintura y caderas, tratando de que mis manos formasen dos angulos rectos con mis antebrazos, siendo mis muñecas sus vertices. En esta posición, agitando mis dedos hacia arriba y abajo, con un movimiento, acompasado y rítmico, lograba elevarme del suelo hasta la altura que se me antojaba, para después, utilizando únicamente mis manos como alerones, cambiar mi sentido de vuelo, a mi albedrio, con una rápidez y exactitud digna de la mas perfecta de las aeronaves.
A veces, consciente, he repetido la posición descrita, con la convicción de que era absurdo creer que en alguna ocasión hubiese podido ascender un solo centimetro del suelo por muy frenetica que hubiera sido la agitación de mis dedos, pero por otra parte, es tan real mi sensación de haber volado y mi convencimiento de esa vivencia se ha repetido en mi de forma tan reiterativa que a veces la coherencia de mi razonamiento se diluye de forma que no puedo aceptar haber experimentado una sensación con tanta riqueza de matices sin haberla vivido realmente.
Como comprendereis, no voy a tratar de convenceros de lo que mi propia razón me impide aceptar, aunque sea a regañadientes. Tampoco puedo decir que no me importa cual pueda ser vuestro criterio al respecto, porque aunque me apetece muchisimo así manifestarlo, me estaria engañando a mi mismo, desde el momento en que he decidido haceros participe de esta incongruencia. Pero si en cambio, todo este patético preambulo, puede servir de base para llegar a la conclusión de que las cosas mas absurdas, surgidas en la inmaterialidad de nuestros sueños, pueden adquirir un vigor y una vigencia tal, que al pasar al plano de la realidad, pueden hacer palidecer la consistencia real de un hecho verdadero, provocando la falsa lógica de que aceptemos y nos sirvan de guia en nuestra vida una serie de convencionalismos cuya base se apoya en principios ajenos a la realidad, que por logica deveriamos descartar como descartamos la posibilidad de nuestro vuelo.
Pero como me consta que, por lo general, estamos de acuerdo con esos convencionalismos y no estamos por la labor de ningún cambio que nos suponga el mínimo esfuerzo, no voy a darme la paliza de exponer mi punto de vista, con los riesgos que eso conlleva y dejaré en la incognita mis propias conclusiones para que cada cual analice las suyas sin ningún recelo.
No quisiera sin embargo despedirme de forma tan ambigua, y, aún a riesgo de ganarme alguna que otra incomprensión, hijas del marasmo y de la falta del sentido del humor, aconsejo que si no creeis en lo que pensais que son sueños vuestros, concedais a los mios, por lo menos, el beneficio de la duda, porque así, por lo bajini, si me prometeis que no se lo vais a decir a nadie, os aseguro que yo si que vuelo.

10 comentarios:

Io dijo...

Desde luego ha merecido la pena esperar!

Qué maravilla de escrito, Juan!

Te he imaginado adoptando la posturita y agitando los dedos y casi me parto de risa :D Pero en esa postura o en cualquier otra, claro que se puede volar. Lo que pasa es que hay gente que no lo sabe, gente que se mira al espejo y sólo ve piel, pelo, ojos y boca, y desconocen las turbinas ocultas que todos llevamos a ambos lados del espíritu.

Sería tremendamente aburrido tener que limitarse a caminar sin poder alzar el vuelo de vez en cuando, con lo bien que se queda una después de una incursión en el mundo de los sueños, tras haber firmado un contrato como guionista, haber recibido el Oscar correspondiente y haberlo festejado como Dios manda, para acabar abriendo los ojos y sintiendo una ligera jaqueca producto de la resaca.

Aunque todo esto con moderación, claro, que si uno se aficiona a volar demasiado luego hay problemas de jet-lag.

Enhorabuena por tus alas y por escribir tan requetebién!

Un besazo.

Anónimo dijo...

He podido ver reflejado en este escrito tu espíritu de Peter Pan que te impide dejar de creer en los sueños, error cometido por tantos adultos que dejan de ser felices por negarse a la ilusión de los sueños. He podido ver a ese niño que fuiste, que según me contó un cliente recientemente, pasó un verano en un campamento de Guardamar: "Pues anda que no lo pasamos bién!! Tú padre era un bala y yo otro y no parabamos de hacer travesuras típicas de niños". Yo sí que creo que vueles, al fin y al cabo de alguna manera tuviste que llegar a Colombia. FRAN

JuanRa Diablo dijo...

O yo soñé que me contabas que volabas o me lo contaste de verdad y luego lo he soñado. O tal vez volé yo también y tú ahora me lo recuerdas. No sé, pero te creo ciegamente. Es, además, muy fácil, más de lo que los incrédulos piensan.
Eso sí, mejor volar por el día, por la noche no es lo mismo. Preferiblemente al atardecer, cuando uno juega a alcanzar el horizonte antes de que se oculte el sol por completo.

Mañana mismo me pongo a volar otra vez, que ya no me acordaba.

Anónimo dijo...

la verdad es que hasta ahora no me habia confesado pichiri que volaba,pero yo ya lo sabia porque aprendi a volar con el, y nos hemos ido hasta donde ustedes ni se lo imaginan, ahora nos estamos colocando las ALAS para volar hacia un proyecto que cuando cuaje ustedes seran los primeros en saberlo. milena

Txema Rico dijo...

...como diría uno de tus hijos en determinado restaurante..."De qué nos hablas?"...ja jaja..bueno, lo mejor sin duda que hayas vuelto a asomarte a la blogosfera. Un abrazo desde nuestra Almafrá.

anahija dijo...

Cuando era una niña soñaba todas las noches que volaba, y era tan real la experiencia que en ocasiones estaba convencida de que lo hacía de verdad.Recuerdo un berrinche mío, al comprobar bien pequeñita que realmente no sabía volar,porque yo estaba plenmente convencia de que sí sabía.Hace muchos,pero que muchos años que no he vuelto a volar en sueños y lo echo mucho de menos.Y como tú comentas en tu entrada...yo también volaba,aunque ahora lo tenga olvidado.

Io dijo...

Anahija, no me puedo creer que ya no vueles.

Todos los ángeles tienen alas.

Has probado a batirlas?

Besos.

Anónimo dijo...

¿Por qué ya no escribes???? Quiero una respuesta clara y convincente y no acepto que se ignore mi pregunta.FRAN.

Anónimo dijo...

¿Por qué ya no escribes???? Quiero una respuesta clara y convincente y no acepto que se ignore mi pregunta.FRAN.

Io dijo...

¡FELICIDADES!

Un beso.