Podemos manifestar a ciencia cierta, que ante un conflicto generalizado, las opiniones individuales serán tan diversas y variopintas que cualquier decisión que pueda tomarse para combatirlo sufrirá la critica implacable de los que así no opinan.
Lo que hay que esclarecer, en cuanto a lo que este fenómeno en si implica, es el motivo que a cada cual mueve hacia la discrepancia, ya que como creo, y espero que nadie negará, esas actitudes individuales, salvo en muy pocas excepciones, responden a unos intereses que no tienen nada que ver con el problema en si, siendo evidente que en infinidad de ocasiones, estas replicas no tienen otro argumento que pueda justificarlas que no sea una predisposición insidiosa, solo explicable por un odio latente que provoca la oposición y repudio a cualquier propuesta que no haya sido promovida por sus siglas.
Este concepto de democracia, en el que la opinión se aleja del análisis de la situación y en el que aunque particularmente se pueda sintonizar con el criterio de otras tendencias, impide y anula el verdadero criterio de nuestro fuero interno, dejo a criterio de mis lectores el calificativo que se merece.
Políticamente hablando, y dando al termino político el significado que a casi todos nos merece, el Partido Popular debía haber dejado en manos del PSOE, la España, que esta sigla, como ya es su costumbre, había arruinado, evitando con ello las criticas insidiosas de quienes ahora, a pesar de haber sido los máximos responsables de nuestra situación, enarbolan la bandera de la ira en contra de quienes solo tratan de corregir los desaguisados que ellos cometieron, con el agravante de que los seguidores de este partido que no se en que estado de inopia se perpetúan, intensifican su tendencia proselitista sobre los que al estar sufriendo las consecuencias de un infortunio heredado, no saben, ni quieren analizar cual es el origen de sus males.
A río revuelto, ganancia de pescadores y que me perdonen los pescadores al utilizar su nombre aplicándolo a quienes no quiero descalificar en demasía ya que la razón me obliga a pensar que "no saben lo que hacen."
Pero como los que dirigen a estos incautos "SI SABEN LO QUE HACEN" y ni España, ni ninguno de los valores en los que se ha de fundamentar la dignidad de un patriota les importa, si quiero decirles que todavía quedamos quienes los conocemos y los despreciamos después de haber comprobado por enésima vez que, COMO ALGUIEN MUY SABIAMENTE DIJO, no son dignos de nuestra confianza ni de nuestro respeto.
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