sábado, 2 de febrero de 2013

REFLEXIONANDO EN TORNO A UNA FRASE


Siempre me fascinó una frase que oí, puesta en boca del Genio que salió de una botella, instantes después de haberla destapado aquel personaje legendario del que creo, todos tenemos alguna noticia.
Me refiero al Ladrón de Bagdad, y si recordais la escena, antes de salir de su asombro por tan inimaginable aparición, Abú, que era el nombre del ladronzuelo que estamos recordando, ya tenía sobre sí uno de aquellos descomunables pies, de aquel inconmensurable Genio, dispuesto a destriparlo.
Sorprendido ante el propósito del Gigante, Abú preguntó angustiado: ¿Os acabo de liberar de vuestro encierro y me dais la muerte por recompensa? Y aquí viene la frase: "DURANTE LOS PRIMEROS MIL AÑOS DE MI CAUTIVERIO , PROMETÍ QUE SERIA ESCLAVO ETERNO DE QUIEN ME LIBERASE , CONCEDIÉNDOLE TODAS LAS RIQUEZAS Y CAPRICHOS QUE ME PIDIERA. PERO DESPUÉS DE ESOS MIL AÑOS JURÉ QUE MATARIA A MI LIBERTADOR."

Yo sé que a la mayoria de los que me puedan leer, que por el número de comentarios que recibo deben ser poquísimos, les gustaria que siguiera contando el resto de la película. Les comprendo y además les aconsejo que la vean porque tratándose de un film de 1.940, le encuentro infinidad de méritos, pero yo me voy a limitar a analizar esa frase que curiosamente se me quedó en la mente la primera vez que la oí, que según mis calculos podrá hacer no menos de sesenta años.

Es dificil hincarle el diente a la dichosa frasecita porque rompe todos los esquemas de la lógica y se entra en un laberinto de pasiones en el que es muy fácil perderse.
Voy por lo tanto a eliminar lo que obviamente creo que todos comprendemos para dedicarme, unica y exclusivamente a lo que va en contra de cualquier previsión.
Queda pues fuera de análisis el proceso inical que todos sabemos: Sorpresa-Odio-Esperanza-Agradecimiento... si me liberas + incentivo al agradecimiento, si... +, otra vez más, esperando siempre equivocadamente que esos incentivos SI ME LIBERAS, iban a cambiar su sino, hasta percatarse de lo absurdo de sus promesas, cuando el que alguien destapara la botella SÓLO SERÍA UNA INTRINCADA CASUALIDAD más bien movido por la curiosidad que por la ambición. ERROR INMENSO, PORQUE ESTABA ESCRITO CUÁNDO SERÍA, QUIÉN LO HARIA Y QUÉ CONSECUENCIAS SE DERIVARÍAN DEL HECHO EN CUESTIÓN.

Podréis observar que el factor "error", nos sigue a lo largo de nuestra existencia, especialmente en las cosas que mejor creemos conocer y, como veréis, esta lacra que nos acucia para nuestro mal, tambien afectó al Genio, según se desprende de las conclusiones a las que llegó, despues de tener tantos siglos como tuvo para reflexionar. Lo que os debe servir de ejemplo, para abrir un poquito mas vuestros corazones a esas sencillas enseñanzas que en mis relatos trato de infundiros, que en vuestra soberbia rechazais, no dando opción a que entre en vosotros la verdad, que no se cansa de llamar a vuestra puerta.

Os podra parecer que al fin y al cabo cualquiera que fuera la causa, efecto, o propósito de su encierro y que éste fuese accidental o provocado, nada iba a cambiar en cuanto al sufrimiento de aquel genio inmenso, oprimido en el reducidísimo espacio de una botella, y tambien podréis considerar que en nada iba a mejorar su situación el que estuviera escrita o no, la fecha y lugar de su liberación, el nombre de su libertador y el por qué de de su liberación.
Yo os aconsejo que no penseis así por que de nuevo estaríais incurriendo en error, que como veis es la causa de nuestros peores males. Prefiero que hayais acertado pensando que la espera podría haber sido muchísimo más dulce si el Genio hubiese sabido todas estas cosas.

La realidad es que un ser tan poderoso, cuando se viese encerrado en una botella por la estratagema de alguien, sin duda, con más poder que él, conociendo como conocía todas las leyes de la magia, sabría que su destino estaba a expensas de la condición que destruyera el conjuro que sobre él pesaba y esta condición no era otra que, siguiendo los impulsos de su curiosidad, alguien, determinado o no, fuese a abrir la botella en la que se le habia condenado a vivir, sin límite en el tiempo.

Si el Genio hubiese estado en conocimiento de todas las circunstancias que le habían llevado a su situación, la hubiese aceptado y se hubiese enorgullecido de que el Supremo, desde el principio de la eternidad, lo hubiese tenido en cuenta para una causa tan noble como la que le tocaba desempeñar a su libertador Abú, gracias a la ayuda que él le pudiese prestar. Pero no tuvo en cuenta que el Supremo no podía informarle de nada de lo que iba a ocurrir ni del por qué, debido a que aún sabiendo lo que iba a ocurrir, POR SER DIOS, tambien POR SER DIOS, NO PODIA INTERFERIR EN SUS PROPIOS DESIGNIOS, LO QUE IRREMISIBLEMENTE NOS LLEVARÍA A LA NEGACIÓN DE SU ESENCIA CON TODAS LAS CONSECUENCIAS CONSIGUIENTES.

No se sometió el Genio a lo que debió considerar buen hacer del Supremo y quiso considerar una injusticia su situación, tratando de salir de ella por sus medios, ( que ya debería considerar insuficientes si no habían impedido su cautiverio), comprometiéndose con promesas a sí mismo, que haría recaer sobre el supesto libertador que viniera a destruir el conjuro que lo mantenía preso.

No pudo salir de su error en los primeros mil años y en vez de corregirse y recurrir a su resignación, a su paciencia, a su esperanza y a su fe en quien todo lo ve y todo lo sabe, vino a saciar su desesperación, su orgullo y su soberbia CON OTRO NUEVO ERROR; culpabilizar de su situación a quien lo libertara.
Y AQUI ES DONDE SE ROMPEN TODOS LOS ESQUEMAS. ¡QUE ANTÍTESIS!
¿Cómo odiar a quien desconoce tu tormento, a quien desconoce tu situación y tu angustia? ¿Y cómo hacerlo si además te libera y vuelve a dar la vida?

1 comentario:

JuanRa Diablo dijo...

No he dejado de leerte y tú lo sabes. Pero inicias, desarrolas y concluyes con tanta rotundidad que no sabría añadir más que un Amén.

Y me quito el sombrero siempre.