viernes, 29 de enero de 2010

UNO DE AQUELLOS DIAS

La mañana, que habia sido fresca, dio paso a la calina cuando empezó a subir el sol a lo alto. Poco antes, entre el follaje de los árboles mas frondosos, aún corria una brisilla proscrita, que desterrada de las umbrias del monte Coto, habia llegado hasta allí, seducida por la belleza del paraje, para después dejarse morir decepcionada bajo el implacable sol de Agosto.
No era solo la brisa la que se dejaba engañar cada mañana, tambien yo acudia con la bonanza del amanecer para después, con masoquismo inaudito, sumirme en el sopor inclemente de la falaz canícula..
Nunca habia sido el clima motivo que influyera demasiado en mis decisiones. Ni el calor ni el frio me hicieron desistir jamás de ningún encuentro con mi terruño cuando la querencia me lo solicitaba; tampoco hubo de haber un motivo para mis salidas porque nada especial buscaba en ellas, solo la dicha de sentirme libre por aquellos campos, por mi hollados hasta en sus mas escondidos rincones, pero en los que siempre habia algo nuevo que descubrir.

Aquel día, desde lo alto de una albarrada pude ver como en el bancal de abajo, una cogujada hacia cortos recorridos de una vid a otra con evidentes muestras de estar herida. Cojeaba ostensiblemente hasta caer de lado aleteando con un solo remo mientras giraba sobre si misma, para luego, incorporarse y volver a correr cojeando unos metros mas. Ya me disponía a bajar para ver si estaba en mi mano curarle las supuestas heridas cuando a menos de un metro de ella ví como zigzagueaba una culebra grisácea, con tonos blanquecinos como el albar por el que se arrastraba su casi metro y medio de envergadura.


El espectáculo era impresionante además de curioso y probablemente no iba a volver a repetirse ante mis ojos nunca mas; además me excitaba el morbo de intuir que el menor error de la cogujada podía significar su muerte, engullida por aquel reptil espeluznante. Quedé prácticamente petrificado, sobretodo en los momentos en que, "no sabia por qué razón", el ave, intuyendo la falta de interés de la culebra, fracasada en sus fallidos intentos de atraparla, se acercaba mas y mas a la serpiente de forma temeraria, poniéndose panza arriba casi al alcance de sus terribles mandíbulas , agitando, maltrecha, inútilmente sus alas y quedando en apariencia completamente aturdida para milagrosamente reiniciar su retirada al menor indicio de interés por parte de su enemiga.
Y así, metro a metro fue alejándose y alejándola, hasta que cuando lo creyó conveniente, iniciando un vuelo altísimo en perpendicular, tras calcular el grado del angulo requerido y la longitud de la base recorrida, trazó la hipotenusa que venia a completar el triangulo invisible, dibujado en el espacio como marco donde se había desarrollado toda aquella pantomima, yendo a incrustarse el ave, como una flecha, muy lejos ya de la serpiente, en la base de una cepa de vid, bajo cuyos pámpanos se anidó sobre sus huevos que hubieran sido el almuerzo de la bicha de no haber tenido el animal el talento de llevar a efecto la estratagema que os acabo de relatar, para apartar a la serpiente con su engaño del nido al que su olfato la dirigia, logrando su propósito hasta el punto de burlar a la culebra al mismo tiempo que a mi también me había confundico.

Es curioso que siendo todos criaturas de Dios siempre deseemos el fracaso del depredador y nos sintamos mas identificados con su posible victima; debe existir alguna razón que yo ignoro y cuya respuesta no llego a alcanzar, viendo en el hombre esos signos de bondad cuando es el hombre el depredador por excelencia, que se vale de todos los medios y de cualquier excusa para sin ningún escrúpulo esquilmar, incluso extinguir a cualquier ser viviente si no se le pone algún freno para evitarlo. ¿Por qué razón entonces nos conmovemos y sentimos alegría cuando en cualquier documental, o en la realidad misma, la presunta victima elude el ataque y salva su vida? ¿Qué incongruencia es esta de conmovernos por estas insignificancias, siendo lógicas y necesarias para el equilibrio ecológico, para después permitir todas las barbaridades que permitimos y convivir con todas las injusticias que nos rodean?
Quizás porque nunca encontré la contestación que pudiera satisfacerme es por lo que me revelaba, cuando recorría aquellos parajes que tanto añoro, comprobando que con el paso de los años y para desgracia nuestra, habían ido desapareciendo especies cuya presencia era muy abundante en mi juventud, sirvan de ejemplo las liebres y los conejos, tan ágiles que de un salto superaban ribazos con alturas de mas de un metro alejándose después tan rimbombantes mostrándonos con orgullo la borlita de su cola moteada de blanco; los jilgueros, los verderones, las alondras,... cuyos cantos se escuchaban por doquier, unos en las huertas, otros en las umbrías, los demás en los sembrados y en las eras y todos alegrando los amaneceres y solemnizando las puestas de sol; los ruiseñores de los que se podían escuchar sus románticos recitales acudiendo antes del amanecer, a los bosquecillos de olmos que se extendían a lo largo del curso de las aguas del nacimiento de L´Almorqui, de los que fui testigo de la exquisitez de su canto, especialmente en los momentos inmediatamente anteriores a las primeras luces de la aurora que es cuando sus arias alcanzan su mas violenta exaltación como homenaje al nuevo día que se intuye en lo que todavía es total oscuridad. Las cogujadas, las codornices, los mochuelos, las tórtolas, las perdices, las torcaces, incluso los humildes gafarrones que poblaban todos los rincones, cada vez se hicieron mas difíciles de ver aunque a veces aún alegraron de vez en cuando mis paseos. Sin embargo las águilas..., aquellas cuya última pareja hizo nido donde nunca quise saber, aquellas que fueron mis anfitrionas, acompañando mis atardeceres mientras sobrevolaban los cielos de mi hermoso valle..., esas águilas cuya majestuosidad estará impresa en mis retinas mientras tenga vida..., esas, no creo que las vuelva a ver.
Tampoco creo que vuelva a ver aquella zorra de la que os hablé, que quizás fuera la última de las que se veían por estos parajes. Espero que si así fuera pueda tener el honor de hacerla pasar a la posteridad si mis hijos son cuidadosos con mis escritos.
Ya no quedamos casi ninguno de los que eramos, ni siquiera los hombres, refiriéndome claro está a aquellos que colaboraron con la naturaleza para juntos construir tanta belleza, aquellos que mas que robarle, le pidieron prestado para después devolverlo con creces, aquellos que tras su anónimo esfuerzo vieron desmoronarse su sacrificio cuando sus hijos," por ley de vida", renunciaron a su legado, emigrando a otros trabajos menos duros y mejor pagados, lejos de sus tierras y de sus casas solariegas que resistieron mientras quedó un ápice de fuerza en los huesos de los viejos que ya descansan en paz, sin pena ni gloria, dando la frente al sol como así aprendieron, por la necesidad que les obligó de por vida, mientras las casas, abandonadas..., ahora son erial propicio para lagartijas, que no para lagartos que también se extinguieron, al igual que casi todos los demás animales a los que he hecho alusión, salvo los pocos que puedan quedar, que de todas formas nunca serán aquellos de mis anécdotas, sino los tataranietos de los que yo conocí, para los que solo soy un triste desconocido.
Pero aún queda un animal que podría ser de mi quinta y al que en verdad le tengo un gran aprecio, aunque solo sea, por lo que juntos hemos convivido, me refiero a mis dos propincuas salamanquesas, mis eternas inquilinas, las que sin querer me intimidaron con sus arrullos y que por su aspecto, solo comparable a un monstruo antidiluviano, deben ser mucho mas viejas que yo. ¿¡Más viejas que yo!?
¡¡¡Que alegría pensar que por aquellas soledades alguien mas viejo que yo me pueda sobrevivir!!!

jueves, 28 de enero de 2010

EN RECUERO A MI PROFESOR DE FILOSOFIA DON ALONSO GONZALEZ CUELLO


Ya llegaste a lo oscuro, a la nebulosa temida donde la soledad es compañera del olvido.
A nuestra mente ciega llegaron aquella tarde las mismas inquietudes y contagiados de esa duda insoportable que en la vida se cruza algunas veces, iniciamos un debate honesto, serio, profundo.., en el que poyandonos en realidades indubitables, quisimos llegar a conclusiones últimas. Paso a paso, sin especulaciones, ni falsos silogismos, despreciando la apariencia no confirmada y razonando hasta que la ambiguedad invalidaba el razonamiento pudimos darnos cuenta de lo poco que sabiamos de nosotros mismos, de la influencia de las circunstancias en nuestros actos, de los extraños mecanismos que nos obligan a tomar una decisión insospechada, en fín, de la vida misma y como nó, tambien de la muerte cuya incognita supera a todas las demás incognitas porque nadie ha podido aportar experiencias póstumas y solo disponemos de lo que dicen los que manifiestan haber tenido contacto con los muertos y de las interpretaciones que se ha querido dar a infinidad de enigmas que en conclusión no podemos calificar mas que como un compendio de especulaciones que del mismo modo que podrian ser, podrian no ser y que por lo tanto nunca serán dignas de calificarse como verdades absolutas.
Tu ya estás en ese espacio desconocido donde no existe la duda, donde todo aparece ante tus ojos ojos con una claridad meridiana, y estoy seguro que si recuerdas nuestro afán y nuestro desasosiego sonreirás, sencillamente, sin ningún sarcasmo, comprobando que al margen de tu verdad infalible tambien habia algo de verdad en mi afirmación de que nada tiene importancia, ni siquiera la propia eternidad. Y en esta confianza que me permito al haber compartido tanto tiempo, tantas dudas, te pregunto si es preciso con insolencia:
¿Porqué ese afán vuestros tras la muerte de no compartir la riqueza de vuestros recien estrenados conocinimientos? ¿Que impide que mantengamos una comunicación? Y es entonces cuando quizás en respuesta mi razón se esclarece llegando a las siguientes conclusiones:
"Si el hombre procede de Dios ¡por ser obra de Dios es infinito y tambien es infinito su poder de superación!. Nada está por encima del hombre salvo el mismo hombre en cuanto a su trascendencia divina que está por encima de su condición humana. "Dios es la plenitud del Ser, nosotros y todo lo que nos rodea somos Su realidad y si Dios hace lo que quiere y lo que quiere es lo que Es, nosotros que somos porque el quiso somos parte de su ser"
Vagamos pérdidos porque no somos conscientes de lo que formamos parte y nuestra desorientación se debe tan solo a que generalmente nos apartamos de los que iniciaron sus pasos por el buen camino. Esta es mi opinión esperanzada y así la defiendo, porque si con todo el derecho del mundo alguien se atrevé a rechazar mi criterio considerendolo una especulación sin fundamento, a pesar de las razones irrefutables en las que me apoyo, ese alguien tendrá que presentar otra alternativa que le permita demostrar que no se trata de una simple divagación especulativa, porque si no fuera así prefiero quedarme con mis argumentos y mis convicciones que creo sin duda mas dignos y esperanzadores que cualquiera de las teorias ateas que pululan, incluso, a veces, en boca de los mas eminentes y cultos representantes de las ciencias y de las letras, aclarando que de ellos, por suerte, son muchos los que a la hora de la muerte han encomendado su alma a Dios..

sábado, 23 de enero de 2010

UN PASEO POR EL ABECEDARIO


Adornarme
bellamente
canéforas
dulcisimas,
eludidiendo las
ficticias
guirnaldas de
hielo
incrustadas en los
jocosos
kaleidoscopios
lúdicos.
Llegad,
mimetizad mis 

neuronas
ñoñas y
OCULTAD LAS
PEQUEÑAS
QUISICOSAS,
REMINISCENTES DE
SUEÑOS
TEMPORANEOS
UBÉRRIMOS, o seré
vilipendiado por
walkirias indignadas,
xenófobos absurdos
y despreciables
zafios.

martes, 19 de enero de 2010

MI AMIGA IO

Yo tengo una amiga, a la que jamás he visto, que a veces piensa en mi. Tiene muchisimos problemas pero eso no impide que siempre encuentre un hueco para dedicarme parte de su escasisimo tiempo. No sé que me habrá visto para considerarme como alguien muy especial, pero es tal su convicción, según parece, que su opinión, cual si fuera un talismán, hace que me sienta como lo que siempre me hubiese gustado ser.
A veces me considero un impostor al dejar que piense así, al no descubrirle mis debilidades, mis dudas, mis miedos...
, pero es tan agradable sentirse admirado... Y lo gracioso es que cuando en un rasgo de sinceridad le confieso parte de mis miserias es cuando mas me admira y cuando mas patentes se hacen sus muestras de cariño. Yo la creo porque tambien siento lo mismo por ella, aunque en mi caso la admiración es obvia. No obstante, con razón o sin razón, al ser mutuo y recíproco nuestro afecto, es muy gratificante conocer nuestra mutua y sincera opinión sobre cualquiera de nuestros trabajos, a pesar de que en algunos casos pueda esta dar paso al mas enérgico e incruento de los debates.
A veces, nuestros silencios se prolongan mas de la cuenta y sentimos un vacio; es como si algo nos faltara y nos preocupa que esa ausencia pueda deberse a motivos indeseables. Cuando así es, nos sumimos en un desasosiego que nos angustia y desespera si las soluciónes no están a nuestro alcance, ya que no siendo así, ambos sabemos que podemos contar el uno con el otro y esa tranquilidad nos hace afrontar los problemas con mejor ánimo y a encontrar la forma de salir de ellos sin ningún desasosiego.
Mi amiga, ha hecho que descubra las cosas buenas que hay en mi y ha sabido valorar, incluso, las que crei despreciables, ayundandome a sentirme mejor conmigo mismo. Ha limado mi vanidad con su permanente humildad y mi sobérbia, haciendome pensar antes de emitir un juicio.
He podido comprobar que ella es así con todos sus amigos, que no tengo por qué creérme único beneficiario de su bondad ni de su ternura, pero se tambien que nadie podria robarmela. Aunque trataran de denigrarme ante sus ojos jamás lo permitiria. Por eso, consciente de que cualquiera que quiera acercarsele ha de encontrar en ella todo lo bueno que yo he podido hallar, quiero hacerle este humildisimo homenaje, sabiendo además, sin haber hecho ninguna consulta previa, que voy a contar con el beneplácito de todos cuantos la conocen, aunque la opinión de los demás sea para mí, tan solo, un punto y aparte.
Mi amiga, significa mucho para mi y se que a veces piensa tambien en la muerte. Por eso quiero decirle, PORQUE ESTOY CONVENCIDO DE ELLO, que si en un mundo avocado al fracaso, como este, cuenta con todos los parabienes de los que la conocen, en el Cielo, alguien mucho mas sábio que todos nosotros, no querra privarse de ella en las tertulias que, Convocará en su honor bajo el mas inmenso arbol del Paraiso, ese arbol que recibe la brisa del Mediterraneo y cuyas aguas en calma o embravecidas pueden apreciarse con todo su esplendor oteando el horizonte desde las primeras ramas que surjen de su inmenso tronco y a las que podrá llegar con el solo esfuerzo de batir suavemente sus alas.

miércoles, 13 de enero de 2010

TODAS LAS MAÑANITAS SALE LA AURORA

Cuando de niño acudía con mis padres y hermanos a Las Casas del Señor, aldea de nuestros veranos, cada cual vivía en particular sus mil una aventuras, pero había cosas que se repetían para todos muy a menudo a lo largo de nuestra estancia de cada año y de ellas, entre otras, recuerdo las tertulias bajo el inmenso Nogal de la Huerta de Hipólito que terminaban siempre con un recital de canto en el que más o menos todos participábamos. La canción con la que solíamos terminar la velada, a coro, era la inmortal Habanera de D. Gil de Alcalá "Todas las Mañanitas" y eran también muy frecuentes en el repertorio las inolvidables "Acuérdate de Acapulco" de Agustín Lara y "Fue una Noche que entre Sueños" cuya letra y música surgió de la inspirada mente de uno de los amigos de mis padres, asiduo invitado, cuya sola presencia ya era un deleite para cualquiera que lo tratara. Todos lo conocíamos como Emilio Lechuga, aunque lo de lechuga era solamente un apodo cariñoso.
Los primeros años que acudimos a esa aldea, era tan pequeño que mi madre me acogía en su regazo cuando empezaba a anochecer y hasta que me dormía podía oír el ruidito de los fluidos que circulaban por el interior de su cuerpo y sentir la resonancia de sus palabras cada vez que intervenía en la conversación al igual que las convulsiones de su esófago cuando reía alguna de las gracias de los presentes, mientras yo gozaba del calorcito de su cuerpo, sobretodo en las que ya empezaban a ser frescas noches de Septiembre. El comienzo del canto significaba que entrabamos en la última etapa de la velada, pero hasta que no cantásemos "Todas las Mañanitas" no se llegaba al fin de la misma. Estos entrañables encuentros quedaron gravados en mi mente y en mi corazón, estando las letras de la mayor parte de aquellas canciones impresas en mi recuerdo de tal modo que cada vez que las canto es como si volviera a vivir aquellos momentos, pudiendo sentir incluso los aromas del hinojo y del romero, así como el de la alfalfa y las mieses recién segadas, que para mi eran y siguen siendo unos perfumes embriagadores.
Muchos años después, cuando mi madre, como una bendición, aún estaba entre nosotros, no podía comprender que para mis hermanos, el recuerdo de aquellos tiempos fuera solo pura anécdota, cuando para mi era todo un privilegio y como solo mi madre me comprendía, con ella revivía aquellos recuerdos, especialmente cuando acudía a mi casa con la furgoneta a rebosar de sacos de almendra de la cosecha de aquellos predios, y disfrutábamos como tontos, mientras pelábamos a mano las almendras, utilizando los procedimientos obsoletos de cuando era niño para saborear mejor la remembranza de aquellos tiempos mientras cantábamos aquellas canciones imperecederas.
Hoy le he dicho a mi hija Valery: Te voy a enseñar una canción que encierra muchos recuerdos para mi. Quisiera que la aprendieras y así cuando la cantes te acordarás de mi y de estos tiempos como yo me acuerdo, cuando la canto, de todos a los que quiero. La he empezado a cantar y como siempre me ha transportado a aquella época, pero de quien verdaderamente me he acordado ha sido de mi madre y de las muchísimas veces que con ella la canté, de niño, de joven y ya casi, empezando a ser un viejo, pero esta vez me he dado cuenta que en verdad, mi madre, ya no estaba conmigo y he sentido su ausencia en tal manera que no he podido evitar que resbalasen las lagrimas por mis mejillas, teniendo que apartarme para llorar a solas mientras en el patio, Valery, ese portento de criatura, repetía a todo pulmón, la última estrofa de mi canción ya aprendida: "Canta y no llores, corazón, no llores ¡ay!...; volverá la aurora... y la noche triste... se llevará."

sábado, 9 de enero de 2010

UN INDICATIVO DE LA MISERIA

Mi vecina nesesita una chica de servicio. Para este tipo de trabajo los salarios son escasamente la mitad del salario mínimo y en el día a día la tarea no suele ser muy gratificante para las que prestan este tipo de asistencia, entre otras cosas, porque están muy arraigadas las jerarquias y por muy progres que quieran ser los patronos siempre está presente el distanciamiento que situa a cada cual en su estatus, haciendo imposible olvidar quien es quien, contemplada la relación desde cualquier perspectiva.
Siempre ha habido "clases", pero por estas tierras sudamericanas se palpa esta diferencia ante un servilismo que hace mas patente si cabe es despotismo generalizado de los patrones, especialmente en este tipo de servicios domésticos. No es este precisamente el tema del que trato de hablar, aunque si he querido dejarlo patente para que cada cual pueda imaginar que, por lógica, entre las ambiciones de cualquier joven o menos joven, nunca estará presente el prestar sus servicios en una casa como asistenta y si lo hace será empujada por una necesidad fuera de lo común; lo que sumado a que en casas donde llegán a final de mes con bastante dificultad tienen chica de servicio, nos dará la conclusión de que en la casa de donde procede esa chica de servicio lo deben de estar pasando francamente mal.
Y aquí viene el caso que dá lugar al presente relato, completamente real y del que soy téstigo de primera fila. En la mayoria de los pueblecitos del territorio nacional de Colombia hay una desesperante necesidad de trabajo. En un porcentaje elevadisimo de las familias se pasa hambre. El que tiene un trabajo fijo que le permite desayunar, almorzar y cenar aunque sea pobremente es un privilegiado. Agotados todos los recursos locales, el primer paso para salir de esa situación es la emigración del cabeza de familia, normalmente a Venezuela, pero por falta de medios tienen que vender lo poco de lo que disponen y conseguir lo que les falta de forma más o menos ortodoxa, para un pasaje ilegal cuya aventura en el trayecto le deparará mil una calamidades, colmadas al final, tras largas estancias para los afortunados, en las que las esposas y los hijos esperaran, sobreviviendo el día a día con lo poco que el emigrado puede mandarles, en la mas absoluta de las miserias, para a su regreso ver que lo ahorrado, al cambio, se le transforma en algo menos de la cuarta parte, es decir una miseria que consumen, para quitarse el hambre, en el primer mes tras el regreso de un viaje que para todos ha sido un infierno.
Fracasado el padre de familia y con estadisticas de díez a quince días de trabajo cada tres o cuatro meses, es la mujer, si los niños son pequeños o la rapaza adolescente si la tienen la que emprende la aventura, tambien en solitario, de acogerse en cualquier casa de familia de la Capital, o cualquier ciudad importante del Departamento, para a la vez que come, poder enviar a su casa lo que esté en su mano y con ello paliar el hambre de sus padres y sus hermanos.
Y he aquí la prueba evidente de una angustiosa necesidad, que no habria sido para mi tan evidente, de no haber sido téstigo de lo que sigue: Un jovencisimo padre, pero cargado ya de tres hijos, regresado de Venezuela hace unos meses, a cuya familia, mi esposa y yo ayudamos economicamente durante su ausencia, me pidió trabajo reiteradamente, sin que nada pudiera hacer por el, hasta que a la vista de la desesperada situación por la que pasaba decidí llamarlo para bajo el amparo de mi techo, el alimento de mi mesa y mi colaboración economica para que su familia pudiera hacer todas las comidas del día dignamente, saliese de aquel agujero y aquí en Barranquilla pudiese encontrar un trabajo que le permitiera sobrevivir con un mínimo de dignidad. A la vista de la demora, le llamé por telefono y me contestó que le habia sido imposible conseguir pasaje y aunque me pareció extraño pensé que dadas las fechas, visperas de fin de año, pudiera ser dificil encontrar un pasaje. Pasado el tiempo y tras recibir una amplia información sobre la situación en que se encuentran tantísimas familias, cosa que ya conocia pero no hasta tales extremos y dado el que mi vecina como ya dije al principio necesitaba una chica de servicio, consideré que era una buena oportunidad para que viniera la hermana de mi invitado a ocupar esa plaza y de este modo mejorar su propia situación y la de sus padres a través de su ayuda.
Que raro me pareció el que no acudiese de inmediato ante tan buena nueva y cual mi sorpresa al preguntarle al hermano el motivo de tal retraso y contestarme que estaba consiguiendo el pasaje. Al hablar de conseguir el pasaje, tanto en su caso como en el de su hermana, se referian a "conseguir el dinero para el pasaje", cosa que en un principio yo no habia llegado a entender, "ESTABA TRATANDO DE CONSEGUIR EL QUIVALENTE A 1,33 EUROS. Pero lo que realmente me ha dejado a cuadros es la llamada telefonica que he recibido de una prima carnal de mis auspiciados que textualmente me dice: "Señor Juan, soy fulanita de tal y queria decirle que mi prima no ha podido conseguir de ningún modo el dinero para el pasaje, pero como yo si que lo he conseguido ¿Podria ir yo a ocupar el puesto que tenia usted para mi prima?
¡Que cada cual saque sus propias conclusiones!, yo me remito al título.