martes, 23 de diciembre de 2008

DIOS ESTA INCLUSO EN EL PECADO


Me dirigia a Alicante desde Elda, en mi flamante Mercedes recien estrenado y llegó una llamada a mi Movil (celular por estas latitudes). Creí que se trataba de una broma. Me increpaban por no haber acudido a una cita dandome a entender que esta era mi última oportunidad. El tono de la voz delataba a una mujer joven y a pesar de lo que para mi era un fingido enfado se intuia en la que hablaba una gran dulzura. Como solo podia tratarse de una broma o un equívoco pero me hacia gracia escuchar aquellos airados y a la vez dulcisimos reproches quise ver en que desembocaba todo aquello y seguí la farsa diciendo que lamentaba mucho no haber podido acudir pero que si me decia donde la podia encontrar iria de inmediato. Su indignación subió de tono al hacerle esta pregunta, porque segun ella, bien sabia yo donde podia encontrarla y fué entonces cuando me dijo: ¡Tu no eres Juan! ¿verdad?. Si soy Juan respondí. Pero no eres el Juan con el que creia estar hablando. No, le dije, yo soy mejor que él porque jamás te hubiese dejado esperando y si me dás una oportunidad te lo demostraré yendo a buscarte aunque estés al otro lado del mundo. Me quedé perplejo y volví a pensar que se trataba de una broma cuando sin mas comentarios me dijo que estaba en Elche, calle tal, número cual, piso segundo. En ese momento estaba llegando al cruce de La Monfortina en el que girando a la derecha podia coger la carretera hacia Elche y como siempre me ha gustado llegar al final de cualquier incognita no me lo pensé dos veces. Era un barrio pobre y la casa iba en consonancia con el barrio. La escalera estaba descuidada con algunas pintadas y letreritos que no me paré a leer, subí al segundo piso y habian dos puertas ¿cual seria?, una descarga de adrenalina me hizo casi temblar. Golpeé suavemente una de las puertas y me abrió una señora cubierta por un batín chabacano estampado en flores descoloridas. Creí que me habia equivocado de puerta y me quedé en silencio mirandola a los ojos sin saber que decir, cuando surgiendo por el pasillo apareció una preciosidad que sin dilación dijo ¿eres Juan?. No tendria mas de veinte años, era algo mas alta que yo, una altura perfecta para una mujer. Tenia unos ojos verdes que lucian explendorosos en una faz de piel dorada al igual que su pelo. Su voz como ya habia apreciado a través del telefono, dulcisima y su sonrisa desterró todos los miedos e incertidumbres que me aplastaban antes de verla aparecer. Su verdadero domicilio estaba en Alicante pero por razones obvias sus escaramuzas amorosas de las que subsistia, cubriendo con ello sus necesidades y las de la abuela y el hijo que la esperaban, las ejercia en Elche, al amparo de aquella "Madam" tan extravagante. No iba a ser este un encuentro en el que tuviese que echar mano de mis dotes de seducción ni jamás podria vanagloriarme relatandolo como una hazaña que encumbrase mi ego, pero la jovencisima mujer que tenia delante era una de las mas bellas que jamás habia visto y en su rostro se adivinaba una ternura y unos sentimientos que me hicieron olvidar su condición.
En el inevitable contacto me sorprendió el terrible calor que despedia su cuerpo; era agradable, estabamos en invierno y la habitación era mas bien fria, pero me dió que pensar, hasta tal punto que antes de despedirme acaricié su frente que ardia y le pregunte si estaba enferma. No, solamente tengo una pequeña molestia en el vientre, cosa de mujeres. Pero ese terrible calor que despedia delataba que algo grave debia tener. Le aconsejé que sin falta fuera al medico y me despedí. Ya en el coche no podia quitarme de la cabeza aquella chiquilla que sabia seguro no iba a hacer caso de mi consejo y a la que Dios sabe lo que le podria ocurrir. Volví a la casa y le dije que queria llevarla a una clínica; se negó diciendo que cuando volviese a Alicante ella lo haria. No la creí, se notaba en su cara. Insistí y le dije que yo la llevaba a Alicante y que cubriria todos los gastos y ante mi insistencia accedió. Ella misma me encaminó hasta un Hospital de las afueras. Al poco rato pasó a la consulta. Se hizo interminable mi espera y al abrirse la puerta me acerqué y le pregunté. Junto a ella estaba el facultativo, que me traspasó con una mirada de ira que no pude comprender y empujandola suavemente la condujo al ascensor. Yo subí con ellos sin que mediase una sola palabra por parte de ninguno y ya en el piso solicitado, el medico la cogió suavemente por el brazo y la encaminó al servicio de cirujia, siguiendolos yo a corta distancia hasta que el galeno con un despreció evidente me pidió que esperase en el pasillo. Si no hubiese sido porque le habia prometído que cubriria los gastos me hubiera marchado ¿Que hacia yo allí?, pero por otra parte me intrigaba el desprecio con el que el médico me habia mirado. Después de una larga espera salió una enfermera a la que pregunté que habia ocurrido. Me dijo que el aborto que le habiamos provocado habia matado al feto pero este no habia sido expulsado, llevandolo dentro en estado de putrefacción ya varios días y se estaba tratando de cortar una terrible infección que de haber tardado unas horas mas en venir hubiese avocado en una septicemia irreparable. Le explique que no conocia a esa chica de nada, que no tenia nada que ver con su aborto y que me habia limitado a llevarla al hospital por pura caridad y le rogué que le aclarase este punto al doctor, ya que me sentia muy mal al ver la forma tan despectiva con que me habia mirado. El medico, al salir, se dirigió a mi con otro talante, casi sonriente, y aunque no se disculpó supe que ya estaba al corriente de lo que le habia dicho a la enfermera. Me aseguró que se habia salvado de milagro, pero que debia permanecer hospitalizada algunos días por si tenia una recaida. Ya sabe Vd., la sangre ha tomado parte y aunque hemos llegado a tiempo nunca se sabe.
Tuve que ser su enlace mientras estuvo hospitalizada, pagué su cuenta y atendí a la abuela y al niño en sus necesidades hasta su regreso y durante el mes que no pudo "trabajar" le pasé una paga. Nunca, nunca le pedí que me devolviese el favor y cuando al cabo del tiempo la encontré por casualidad en un mercadillo y me contó que vivia con un hombre que la habia retirado y que la queria "de verdad" me alegré muchisimo. Cuando me despedia medio en serio medio en broma le dije. "¿ No te apeteceria que volvieramos a hacer el amor?" y ella me contestó: Juan, pideme cualquier cosa pero eso no ¿Comprendes?...Nos sonreimos con verdadero y mutuo cariño y ya nada he sabido de ella.

lunes, 22 de diciembre de 2008

SIN DUDA INFLUIDO POR EL ESPIRITU NAVIDEÑO


Es muy aventurado decir lo que uno siente, siempre hay alguien que se siente herido. Aunque no delates tus sentimientos, aunque ahogues tus convicciones, aunque omitas hechos que pudieran inducir u orientar..., aunque te limites a exponer, sin afirmar ni negar, dejando libre el camino para que cada cual saque su propia verdad, siempre habrán discrepancias, porque el hombre rechaza todo aquello que no concuerda con sus criterios preconcebidos que ni "puede" ni quiere desterrar y ante una razonada exposición que solo admite una conclusión, porque no hay argumentos para el debate, si no es coincidente con sus principios, para él, es inadmisible. Siempre habrá un rechazo con fundamento o sin el, una negativa injustificada, una oposición absurda, aunque solo pueda apoyarse poniendo en tela de juicio la fortaleza de los firmes pilares en que se apoya la verdad, aunque sus insidias tambien carezcan de argumentos y cuando esto ocurre, ya perdido en un sin fin de incongruencias criticará la fuente de donde procede esa verdad, aunque esas criticas no vengan al caso. De ahí el que los mas sensatos se limiten a guardar un despectivo y despreciable silencio. Cualquier cosa antes que aceptar la posibilidad de su error aunque sea para sus adentros y así poder predisponerse a ver las cosas desde una nueva perspectiva, desde la cual, quizás pueda descubrir que no estaba equivocado sino simplemente confundido
Nuestro aprecio es global, deseamos el bien de todo el mundo. En eso todos coincidimos, pero cuando particularizamos no podemos evitar nuestros rencores, mirando con desprecio a quien nos ofendió, sin pensar que quizás fuimos nosotros los que primero le ofendimos o siguiendo sin saludar a la vecina del tercero porque aquella tarde no nos devolvió el saludo, aunque es muy posible que estuviera distraida. El solo hecho de que una persona profese otra creencia o exteriorice una tendencia política diferente a la nuestra ya es motivo suficiente para que lo consideremos un pelín retrasado y si las cosas se pusieran serias pasaría a ser ya un enemigo. Esta es la verdad, aceptemosla; a todos nos pasa aunque no nos paremos a meditar en ello. Tampoco sabemos, ni queremos materializar nuestra bondad volcando nuestra ayuda en un individuo por muy penosa que sea su situación. Si nos encontramos con un desvalido que nos infunde lástima buscamos en nuestro bolsillo una moneda y si no la encontramos pasamos de largo; que pocas veces miraremos en nuestra cartera para sacar un billete aunque sea pequeño. Muchos pensamos que moneda a moneda se sacan un buen sueldo ¿y que?, ¿acaso no debia alegrarnos? ¿Seria mejor que no sacasen ni para una barra de pan? ¡ Es que no está en mi mano resolver los problemas del mundo! decimos a veces, pero que mísera es la ayuda que dispensamos al impedido que mendiga en nuestra esquina. No le dés, que se lo vá a gastar en vicio suelen decir, ¡ joder con el profeta !, si así lo hace allá el, yo no se lo doy para eso.
Los que escribimos en un humilde blog, salvando las distancias con muchos que merecerían tener una columna en cualquier periódico, esperamos impacientes encontrar comentarios en nuestras entradas, a veces al tocar algún que otro tema escabroso, sintiendo también el temor de que alguno de los pocos que nos siguen se pueda molestar y sufrimos lo indecible hasta que vemos que nadie nos ha abandonado. Si es que la calidad de los que me siguen está por encima de todos los convencionalismos que he apuntado es una buena muestra de que aún hay esperanza.

No enfoquemos los problemas de forma global, desterremos los convencionalismos absurdos y echando mano a la inmensa sabiduría de nuestro refranero hagamos bien sin mirar a quien tratando de ponernos en la piel de quien nos habla, de quien nos mira, de quien nos pide, viendo en sus hijos a nuestros propios hijos y en su necesidad la estampa en la que no quisiéramos vernos pintados. No conozco ninguna creencia ni doctrina política, ni etnia, ni grupo, ni persona de bien que no deseé el bienestar común, aunque ninguno siga el camino acertado para conseguirlo, pero yo creo que con solo escuchar al que te habla, con solo sonreír a quien te mira y con solo ayudar en la medida de nuestras posibilidades a quien lo necesita estaremos contribuyendo a un mundo mejor.

sábado, 20 de diciembre de 2008

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN


Yo he cometido muchos errores en mi vida, ¿quien no? sobretodo cuando se llega a una edad como la mia en la que piensas que te queda poco tiempo para poder hacer las cosas que en tu subconciente habias deseado y muchos motivos para pensar que no vas a tener demasiadas oportunidades. "D. Juan, a Vd. aún le quedan muchos años", me dicen y claro, además de que la mayor parte no saben que tengo cinco empalmes en las coronarias, una arteritis nodosa subyacente y dos tumores cancerosos extirpados con éxito, sin contar otros achaques, miden mi posible longevidad por los años que suponen que aún podré vivir, mientras yo la mido por los años que potencialmente podria seguir siendo un hombre capaz de enamorar a una mujer, con todas mis atribuciones en activo, y no una momia que aunque razone, ya masca el agua.
Quizás sea por eso por lo que trás mi antepenúltima intervención, a vida o muerte, en la que me injertaron dos baypás; en mi subconciente germinó una maligna semilla que quedó aletargada esperando la ocasión propicia para germinar y digo en mi subconciente porque en mi consciente no habia cabida para nada que pudiera empujarme al mal. Figurense Vds. que trás la intervención de la que hablo desperté con tubos introducidos por todos y cada uno de los orificios de mi cuerpo, mas otros dos agujeros que me abrieron en la barriga para facilitar el drenaje de la supuración y si a eso le añadimos los tubos de los goteos, varios en ambos brazos y en el cuello, pueden imaginar mi patetica figura, ajena totalmente a cualquier deseo que no fuera un mínimo alivio a mis dolores y una necesidad indescriptible de liquido para humedecer mi boca y mis conductos respiratorios, que por aquellos tubos tenia resecos y entumecidos, ansiedades estas que obviamente no pudieron, ni quisieron aliviar los facultativos. A pesar de que mis dolores fueron a más, a los seis, si, digo bien, a los seis días me dieron el alta, empezando un nuevo calvario; veintisiete días pasé en mi casa sin mas alivio que permanecer metido en la bañera con agua caliente y sin poder dormir por el inmenso dolor de mi brazo izquierdo y esa misma zona de mi espalda. Gracias a las reiteradisimas llamadas telefonicas al Hospital conseguí una revisión en la que se descubrió que me habian destrozado el plexo braquial al abrirme el torax, habiendome arrancado de la médula, las ramificaciones de los nervios, radial, cubital y mediano, causa de tan terribles dolores. En este estado de cosas tuve que permanecer en el Hospital durante largo tiempo hasta que consiguieron aliviar mi dolor con cuatro gotas de una solución de morfina que me administraban cada tres horas, además de otros muchos medicamentos. Desde mi llegada al Hospital, al enfermo que habia a mi lado lo cuidaba por la noche una chica de treinta y pico años que como permanecia despierta por su obligación me hacia compañia y atendia por devoción y a lo largo de mis insomnios entre queja y queja, nos contabamos nuestras inquietudes y aspiraciones, creandose entre nosotros un vinculo que con el tiempo se transformó en el mas sublime de los amores, en principio platónico y después irracionalmente apasionado. Este fué, con el tiempo, el motivo de mi divorcio, aunque curiosamente mucho antes de este episodió ya no existia entre esa chica y yo ninguna relación, y aunque insistí hasta la saciedad en que todo era agua pasada, nunca fuí perdonado. Salí de mi casa a instancia de la mi entonces esposa, sin haber transcurrido doce horas apenas de haberme practicado una angioscopia, en la que no recuerdo por qué motivo se me hizo la exploración a través de las dos femorales, izquierda y derecha. Durante la intervención hubo tiempo suficiente para registrar mi cartera donde guardaba el borrador de una antigua poesia comprometedora. Esta noche duermes en casa, pero mañana quiero que desaparezcas de mi vida, me dijo, inmediatamente despues de llegar del hospital y a pesar de mis cuitas fué implacable. Contrariamente al reposo absoluto ordenado, mi largo paseo con la maleta, en las condiciones que estaba, terminó de inflamar y traumatizar mis ingles que se hincharon casi como huevos de paloma, con un dolor intensisimo. Me instalé provisionalmente en un hotel próximo a la autovia, que además de malo era caro y como me presumia que esta situación iba a ser muy larga me trasladé a uno de los pisos que teniamos sin alquilar en Villena, a veintiun kilometro de mi casa, siendo este peregrinar el que terminó dejandome prácticamente extenuado.
La inflamación era monstruosa, el dolor me tenia impedido y para atenuarlo calentaba en la estufa una toalla y despues me la ponia en las ingles encontrando un gran alivio, que solo duraba mientras se mantenia el calor, y así reincidiendo, pasaban las horas. Estuve varios días sin salir y cuando tuve que moverme para comprar viveres fué un verdadero sacrificio, tal era el dolor que me producia dar un solo paso.
Los viveres que compré no fueron mas que para mantenerme con vida, porque comer era para mi otro infierno. No tenia apetito alguno y masticaba cien mil veces antes de tragar. Poco a poco me fué bajando la inflamación, ¡que alivio,!, pero el apetito y las ganas de vivir me habian desaparecido totalmente. A las cinco de la tarde ya estaba metido en la casa y a veces me sorprendia a mi mismo fija la vista en la pantalla de la tele, sin ver ni oir en absoluto nada de lo que se estaba programando. A veces me despertaba pensando que me habia quedado traspuesto en el sillón y comprobaba que eran las cuatro o las cinco de la mañana, por lo que ya no valia la pena acostarse. Poco a poco el pisito se fué transformando en una corraleta sucia y maloliente, pero como por entonces queria morirme, nada me importaba. Empalmaba los días sin salir. Solo lo hacia si me quedaba sin provisiones, cosa a la que le prestaba poca atención ya que seguia sin apetito alguno. Este es un problema que me ha surgido varias veces a lo largo de mi vida, cuando estoy triste pierdo el apetito y por aquel entonces estaba tristisimo, además, se acercaba la Navidad y ya llevaba casi un mes completamente solo. La vispera de Noche Buena, recibí llamada de algún hijo que me sugirió que fuese a su casa, pero no pude aceptar; en esa noche siempre estuvieron juntos todos lo hermanos y sus familias en la que fué mi casa y no iba a ser yo quien los separara.
El día de Navidad recibí una llamada; se trataba de una amiga que conocí en plena via pública. Pasó junto a mí, tan linda, tan atractiva, que la seguí con la vista casi hasta desaparecer, pero luego, pensando que quizás no la volviera a ver jamás, no pude menos que dirigirme a ella. Tuve exito en mi acercamiento, porque escuchó atentamente todos mis parabienes; aceptó el café que le ofrecí, para mientras lo tomábamos conocernos mejor y con muy buen criterio y además evitandome una ridícula declaración me dijo:" Mire señor, me ha sorprendido muchisimo que me parase en la calle y me dijera cosas tan bonitas. Veo que es un hombre con experiencia de la vida y le aseguro que estoy hablando con Vd. porque que en verdad me ha caido simpatico. Yo aquí en Alicante soy una señora, tengo un hijo y he de guardar las apariencias, pero por razones economicas veinte días del mes los paso en Madrid en un Club, en pocas palabras trabajo de puta, pero como lo he visto tan entusiasmado y me ha parecido un caballero, quiero complacerlo, salvo que mi sinceridad le haya decepcionado". Yo escuchaba sorprendido su confesión estre molesto y agradecido pero sin bajar ni en una sola decima la puntuación que, como mujer, me habia merecido. Este encuentro fué el inicio de una sincera y desinteresada amistad. Al margen del interés por su parte y del deseo por la mia, llegamos a ser verdaderos amigos, y es por eso por lo que me llamó para felicitarme la Navidad, no tardando en ponerse al corriente de cual era mi situación. Me hizo a lo largo de la semana varias llamadas tratando de animarme, de convencerme para que pasase la Noche Vieja con ella y con unos amigos, que habian preparado un fabuloso banquete y que nuestra aportación ya le tenia ella pagada. Siempre me negué, tratando de hacerla comprender que estaba pasando una terrible depresión y mi presencia iba a restarle potencial a una celebración tan alegre y desenfadada, haciendole ver que iba a pasarse la noche tratando de resucitar a un muerto y que eso iba a afectar tambien a los demás. Me insistió hasta unas horas antes de la cena y mi no fue rotundo. Yo realmente estaba tristisimo y sin ganas de vivir.
Ni siquiera compré algún extraordinario para la cena, y ya estaba dispuesto a afrontarla en mi corraleta con el laterio de costumbre cuando tocaron a mi puerta; la abrí y alli estaba, encantadora y elegantisima mi querida Rosa que habia dejado una fiesta prometedora y alegre, desplazandose desde mas de ochenta kilometros para celebrar la Noche Vieja con un triste, viejo y enflaquecido amigo por el solo hecho de que no estuviera solo en una fecha tan entrañable. Me riñó como a un niño por mi desorden, limpió y ordenó la casa, fregó los cacharros, cambió las sábanas de mi cama, me obligó a que me bañase, afeitase y perfumase y después me arrastró a la calle en busca de un buen restaurante que encontramos en la Corredera y me invitó a cenar, arrancandome las primeras sonrisas después de tantos sinsabores. Al día siguiente Año Nuevo, desayunamos juntos y se marchó.
Esa misma mujer fué junto a mi hermana Cecilia y mi cuñado Juan, una de las tres unicas personas que fueron a despedirme en mi viaje hacia Las Americas, lloró amargamente en mi hombro, me aconsejó presumiendose lo que me esperaba y volvió a llorar al verme partir. Ella y solo ella, "una puta despreciable". ¡Bendita sea!

jueves, 18 de diciembre de 2008

MIS VECINOS DE LA CASONA


Mis padres nunca tuvieron vocación de propietarios. Siempre vivieron pagando un alquiler. La guerra habia marcado su sino tras la muerte de mi abuelo paterno, de cuya Notaria era mi padre el Oficial Primero, por lo que trás tan terrible pérdida, en una posguerra de necesidad y ya sin empleo, cubria a duras penas las necesidades de su familia, sin ahorrar el mas mínimo esfuerzo, llevando algunas contabilidades, cobrando recibos, desplazandose a Alicante para realizar gestiones a terceros o cualquier actividad que honradamente le ayudase a paliar sus necesidades.

Gracias a su prestigio reconocido, obtuvo un cargo en el Ayuntamiento que vino a darnos una mayor estabilidad económica, lo que nos permitió trasladarnos desde la C/. Tropas Gallegas a la C/. Antonio Maura, teniendo a partir de entonces, además de una vivienda mas digna, la compañia de nuestros abuelos maternos y de mi tia Lucia, que con su esposo Tiburcio y mis primas, Maruja, Carmen y Lucia, vivian en la planta baja de la vivienda que nosotros fuimos a ocupar.

Por aquel entonces podria yo tener unos seis o siete años.

Al lado de nuestra casa habia un caserón inmenso, descuidado por sus dueños, en el que desde no se cuando, se habian ido instalando, familias e individuos a los que les habia dado la espalda la fortuna, encontrando en aquel reducto el santuario que les daba cobijo y protección en su indiscutible necesidad.

En la planta baja habia una entrada amplisima, cuyos portones, siempre abiertos, permitian con toda impunidad que cualquiera pudiera pasearse por su interior ya que allí todos estaban de prestado y nadie podia erigirse en dueño, reservandose el unico derecho de hacer respetar el recinto que ocupaban como vivienda. Pero aún quedaban huecos y habitaciones con las puertas abiertas, o sin ellas, para cualquier desgraciado que no tuviese otro sitio donde ir.

El porche lo ocupaba un matrimonio. Paco y Caridad, que vivian con la madre de esta y sus hijos, Pepe " el cojo" y Paco, de siete y cinco años respectivamente. Pepe habia nacido con una malformación en un pié y cojeaba, de ahí el mote, que como sabeis, en los pueblos y más, antiguamente, era algo casi inevitable.

Una parte del primer piso lo ocupaba un matrimonio, muy pulcro y formal, cuyos nombres no recuerdo, con su hija unica de unos catorce años que se llamaba Amor. El resto de la primera planta estaba inhabitable. En la planta baja, siguiendo un orden a partir de la entrada, la ocupaban: El tio Angel, apodado "El barriguilla" que en la habitación que daba a la calle habia instalado una rudimentaria barberia, con una muy mermada clientela, por lo que la mayor parte del día lo pasaba sentado comodamente en su sillón de barbero, leyendo novelas del Oeste del por entonces famosisimo escritor español Marcial Lafuente "Estefánia"; lindando con él, habia un cuarto sombrio cuyo huesped era un personaje de fábula, dificilisimo de ver; un viejo que tenia la cara de un duendecillo en un cuerpo largo, delgado y lúgubre, o por lo menos a mí en aquella edad así me lo parecia, que para abrir o cerrar la puerta empleaba mucho tiempo, tal era la cantidad de cerrojos y candados que la protegian. Esa era la unica ocasión que nos brindaba para poder observalo. Despues se recluia en su ordenadisimo antro y cerraba los cerrojos por dentro pasando allí infinidad de horas, sin mas muestra de su permanencia que la de ver que no estaban puestos los candados de afuera. Terminada la entrada habia una escalera que subia a la primera planta y al porche y un amplio pasillo, que a su izquierda no tenia ninguna dependencia siendo a la derecha donde se ubicaban algunas habitaciones desocupadas, sin ventilación, oscuras y malolientes. Una de estas habitaciones algo mas alegre y ventilada por su proximidad al huerto estaba ocupada por El Antonio el Vigilante, que hacia la ronda nocturna por las calles de aquel contorno, y ya en el huerto, en una casita de cuento entre los árboles, vivia la Madrecita, con su hija Consuelo y su nieto Angelito "El Cuco" de mi edad, del que guardo un especial recuerdo.

Sobre los pormenores de la vida de estos personajes siempre existiran incognitas que solo ellos y Dios sabe, pero tambien hay cosas de dominio público que aunque puedan ser tristes, tambien son aleccionadoras y es por ello por lo que las quiero relatar. 

Empecemos por los habitantes del Porche: Paco, el esposo de Caridad era un mañoso albañil al que no le faltaba trabajo, por su laboriosidad, buen hacer y comedidos honorarios. Era querido y solicitado en el barrio, por eso corrió la voz inmediatamente que se supo el accidente que causó su muerte.
La fosa septica de la posada que habia dos manzanas mas allá de su casa estaba a rebosar. Le encargaron que la vaciase y el eligió un domingo para llevarlo a cabo. Hizo palanca en la losa, metió dos ganchos atados a unas cuerdas y solicitó ayuda para que dos hombres tirasen de las cuerdas mientras el suguia apalancando en posición de cuclillas. Inmediatamente después de que la losa fué levantada, los gases acumulados, lo hicieron desvanecerse cayendo de cabeza sobre aquel putrefacto fango que lo engulló en pocos segundos. Fueron vanos los intentos de sacarlo con vida. Su familia que, aunque humildemente, sobrevivia con cierto decoro gracias al trabajo del padre quedó completamente desvalida, sin embargo, Caridad supo sacar adelante a su madre y a sus hijos lavando ropa y limpiando casas y escaleras. Era una viuda aún joven y atractiva que provocó la lascivia de los hombres, que la asediaban, pero se mantuvo firme en sus principios hasta que mirando mas por sus hijos que por si misma unió su vida a la de un maduro ya entrado en años pero bien situado, que hizo posible que sus hijos llegaran a tener un buen porvenir.

Los del primero llevaron una vida impecable a lo largo de los años y aún adolescente, Amor, la hija única a la que tanto querian, quedó embarazada de un chulo, sinverguenza poseido de su atractivo. ¡Que tipo mas bien formado! ¡Que guapisimo! según decian las mujeres. El padre de la niña intervino y hubo boda, pero la pobre chica fué tan desgraciada con aquel pedazo de carne bien torneado que a lo largo de los años se fué consumiendo y marchitando como una flor. ¡Pobre Amor!

El barriguilla era un hombre alegre y locuaz, pero no era de fiar. Se dice que Angelito "el cuco", mi amigo, era el fruto de un ultraje que perpetró a Consuelo una noche de borrachera. Debia ser cierto porque era su mismo retrato. La pobre Consuelo era tan pobre de espiritu, tan callada, tan sometida que nunca denunció aquella viloación y como su madre habia perdido la cabeza, hacia ya muchisimos años, era como si estuviese sola. Los amigotes del Barriguilla, aún a veces, de forma festiva, lo acusaban del ultraje y el reia abiertamente aunque nunca lo confirmó. Supongo que acabaria los días en la cama de algún hospital porque un día no abrió la puerta de la barberia y ya no la volvió a abrir jamás.

Algo parecido debió ocurrirle al duendecillo. Por muchos años permaneció cerrada aquella puerta hasta que un día aparecio reventada y el cuarto devalijado. Que pena me dió recordar, el pulcro orden con que lo mantenia el viejo, cuando lo ví devalijado y mancillado. 

El vigilante era un misantropo triste y amargado. Supongo que sus recuerdos fueron en algún tiempo tan dulces y tan bellos que cuando perdio todas las esperanzas de volver a vivir aquellas evocaciones, no quedó en su corazón mas cabida que la que permitiera alojar en él, su permanente amargura. 

La Madrecita, habia sido la esposa de un buen abogado muerto en la guerra. Habia pasado de un envidiable bienestar, en un matrimonio feliz con una hija encantadora, a la mayor miseria. No habia podido salvar ningún bien de su patrimonio al tener que desplazarse precipitadamente de su entorno y la familia del marido la habia engañado y repudiado. Sola, con la carga de su hija aún pequeña, sin ningún oficio y sin la predisposición que surge de las personas que han sufrido, cosa que para ella hasta entonces habia sido una incognita, fué perdiendo la razón mientras su instinto la llevaba a hacer lo unico que estaba a su alcance, recoger papeles, cartones y trapos que despues vendia para poder llevar a su boca y a la de su hija un pedazo de pan. Consuelo inmediatamente que pudo ayudó a su madre limpiando en las casas casi por la comida y se hizo mujer mostrando siempre, siempre, os lo juro, una sonrisa tan dulce que recordarla me sobrecoge. Era mas bien alta, delgadisima, el pelo lacio y sin brillo, la tez palida, la voz suave; su contextura  debil y su cabeza, que solia inclinar hacia el suelo, parecia que de forma permanente estuviera a la espera de una sentencia que podria ser fatál. Sin embargo, siempre sonreia. Jamás regañó a Angelito, mi amigo, con soberbia sino con una dulzura que mas que regaño parecia una caricia. Un buen día no se como ni por qué, cuando fuí al huerto a buscar a mi amigo, bajo la sombra de un arbol encontré a un hombretón mas viejo que maduro con una hendidura grandisima que nacia en el centro de sus cejas y se prolongaba por su frente hasta llegar por el parietal hasta su oreja. La cicatriz estaba recubierta por una piel rugosa y encallecida pero podia perfectamente meterse un dedo  hasta la primera falange a todo lo largo de ella. La primera impresión era de fealdad, pero si se le miraba atentamente tenia algo que agradaba. Llegué a tener cierta amistad con el y supe que cobraba una buena pensión por un terrible accidente de trabajo y que además habia recibido una importante indemnización por parte del Estado ya que trabajaba en Obras Públicas. Yo ya podia tener catorce años y ví complacido como aquel hombre, noble y afable, tan a falta de cariño como la mujer a la que pretendia, se unió sentimentalmente a Consuelo, que salió de su infierno y empezó a vivir levantando la cabeza. Angelito que a pesar de tan triste infancia, heredó todo lo bueno de su madre, a pesar de su falta de preparación quiso abrirse camino en la vida y lo intentó de mil formas. En mi último contacto con él, viviendo yo en Benidorm, supe que estaba de bargman, en una barra de mala muerte, sirviendo hamburguesas y perros calientes y que no le iban muy bien las cosas. Estaba casado y tenia dos hijos y como suele suceder, la relación con su esposa no era envidiable a causa de la situación económica. No tuve ni siquiera el gesto de ayudarle aunque solo hubiera sido con lo poco que pudiera y me despedí sonriente con el consabido " ¿te acuerdas de...?, mientras el me sonreia con la misma dulzura que su madre. Creo que este es uno de mis mas grandes pecados y cada vez que lo recuerdo me revelo con ira conmigo mismo por haber sido tan miserable con un amigo de mi infancia.

martes, 16 de diciembre de 2008

EL LIMONERO MAS HERMOSO DEL MUNDO


Frente a la marquesina de la casa donde crecieron mis hijos, todavia existe un limonero con señales inequivocas de senectud. Las cuatro ramas que parten del eje de su tronco, antaño frondosas y sobrecargadas por el peso de sus frutos, fueron resquebrajando su base, que no terminó abriendose como un abanico gracias a mi oportuna intervención, apuntalando y atando sus ramas de forma que unas sostuviesen a las otras y todas entre sí.

 Los tensores que apliqué en la base de la resquebajadura detuvieron su progresivo deterioro, pero la parte ya desgajada no conseguí que volviera a soldarse jamás y ahí permanece su tronco abierto por sus cuatro costados como queriendo hacer entrar dentro de si todo el sol que presume no podrá absorver en su longevidad mermada.

Las partes de sus ramas expuestas al cielo, por las inclemencias sufridas a lo largo de los años, están despellejadas y erosionadas, dejando a la vista la madera desprotegida, completamente seca, manteniendose vivo el arbol gracias al pequeño rio de sabia que fluye a través de no más del treinta por ciento del perimetro de sus cuatro brazos carcomidos, mientras el otro setenta por ciento está seco y disminuido, no realizando mas función que la de proteger lo que queda vivo, de las escarchas y granizadas, además de ser esqueleto osteoporosico de su ingente estructura.

A el acuden infinidad de insectos buscando el nectar de sus flores de azahar, blanquisimas , con un aroma embriagador y como es logico, siguiendo la escala ecológica, sus depredadores, los pajaros insectivoros cuyo canto suele ser muy armonioso.

No tiene ya la majestuosidad que tenia en otros tiempos, ni su frondosidad invita a situar la mecedora bajo su sombra, ni sus frutos son tan abundantes ni hermosos como otrora y sus hojas, que recuerdo de un verde oscuro, están ahora, amarillentas, manchadas por extrañas picaduras e impregnadas de una melaza que las hace envolverse sobre si mismas, prendidas de tallos sin porvenir.

Recuerdo una noche de verano, de paz inmensa, en que al encender los focos de la marquesina y la terraza voló su luz sobre la fronda de aquel inmenso limonero, joven, explendido, con sus ramas inmensas elasticas y lascivas, meciendose en la brisa de la noche mientras mostraba, casi entrelazado, el amarillo intenso de sus limones maduros con el blanco inmaculado de sus flores blanquisimas.

Contemplandolo, llegaban a mi, como si compitieran, los aromas del azahar y de los jazmines muy proximos y yo exultante y orgulloso, sintiendome dueño y señor de tanta belleza y esquisitez, me acerqué al arbol y acariciando una de sus ramas le dije: ¡Que bello eres, no creo que haya en el mundo un limonero tan hermoso como tu !

Hoy que sé que aún existes, aunque distante, viejo y mermado, teniendo dudas razonables sobre quien sobrevivirá a quien, antes de que alguno de los dos caiga, te brindo mi recuerdo como lo que siempre fuistes y en mi siempre serás: EL LIMONERO MAS HERMOSO DEL MUNDO.

domingo, 14 de diciembre de 2008

LAS COSAS DE LA VIDA


Llevo casi treinta años luchando por conseguir que se lleve a efecto un programa de financiación que sin alterar las estructuras, mas que en algunos formularios impresos y variar en muy poco alguna que otra reglamentación, podria dar como resultado inmediato la disminución del costo del producto interior bruto de forma tan considerable que la producción española seria competitiva ante cualquier articulo del exterior. Al margen de este resultado, tambien seria mas justo el procedimiento, mas amplia la perspectiva industrial, mas seguro el proceso comercial y mas controlados los impuestos, además de, logicamente, mas bajo el costo de la vida. Las estafas serian erradicadas al no haber posibilidad de llevarlas a cabo, los articulos servidos tendrian garantizado su cobro; no seria un sistema controlado por el estado, sino declarado por nosotros mismos, por nuestro propio interés. No existirian medidas cohercitivas. En no declarar estaria nuestro riesgo, pero no púnitivo por parte de la autoridad, sino de desamparo al salirse de la norma, que en cierto modo seria tambien casi imposible. Los bancos ganarian casi tanto como ganan ahora, sin tener necesidad de ahogar a sus clientes en la primera de cambio. No tendrian pérdidadas por morosos insolventes ni por quiebras, ni por suspensiones de pagos porque todo ello quedaria erradicado El crédito se ampararia en garantias reales irreversibles y seguras, sin necesidad de hipotecas ni clausulas leoninas porque el indice de riesgo seria cero y por lo tanto no habria lugar a esos nerviosismos que cancelan créditos y embargan bienes a personas que podrian recuperarse, por temor a que haya otro banco que se les adelante y los deje con el culo al aire. La clasificación comercial, es dercir lo que conocemos como riesgo comercial que conceden los bancos para la venta aplazada seria ilimitado y no se obtendria en base a polizas de garantia que pusieran en riesgo el patrimonio de los solicitantes ni de sus avalistas, porque todo ello seria innecesario.
En estos términos, mas o menos, he dirigido cientos de cartas a los jefes de gobierno de cada época, a los ministros, a los consejeros de las diversas autonomias, a los jefes de los sindicatos mas representativos. He tratado de infiltrarme con llamadas telefonicas en los despachos para acceder a sus cabezas visibles sin resultado alguno, he escrito y tratado de hablar con el jefe de la patronal, con los presidentes de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación, hasta con obispos, emulando las andanzas de Cristobal Colón en su peregrinar, esperando encontrar abiertos sus oidos, recibiendo su bendición y su deseo de que pueda alcanzar mis metas. Me he entrevistado con alcaldes, concejales, y personas que por su jerarquia o su alcurnia pudieran conseguirme una entrevista personal con el presidente del gobierno o con el Rey. En el encabezamiento de mis cartas siempre he puesto una frase de humildad para que no creyesen que me consideraba un superdotado "ANTES DE LEER EL CONTENIDO DE ESTA CARTA TENGAN EN CUENTA QUE LAS GRANDES IDEAS NO SALEN SIEMPRE DE LAS MENTES MAS PRIVILEGIADAS" y de todo ello, lo unico que he logrado es que los mas avispados de los subalternos que hayan tenido acceso a mi correspondencia me hayan llamado preguntandome cual era la formula magistral para conseguir esos resultados. En pocas palabras, regaleme la lampara de Aladino.
Hoy con casi sesenta y siete años de edad y conociendo la terrible crisis que asola nuestra Patria, siento la triste rebeldía de haber comprobado que se han concedido y se siguen concediendo entrevistas para cosas triviales mientras el papel de mis cartas ya habrá sido reciclado varias veces, mis conferencias telefonicas con mis súplicas volarán por el eter de quien sabe que galaxia y de mi peregrinar y mi esfuerzo preñado de ilusión desvanecida, solo queda un aborto que entristece porque podia haberse tratado de un niño con mucho porvenir.
Es obvio que si las grandes cabezas pensantes me han ignorado, posiblemente porque han considerado imposible la consecución de tantos logros de forma tan sencilla como yo enuncio, no sea menos vuestro esceptismo y ya veis, así es como ocurren las cosas en esta vida, aquí estoy en este momento contando como anecdota ALGO TAN TRASCENDENTAL PARA TODOS a riesgo de que me tomeis como un iluso mientras se dibuja en vuestros labios una sonrisa de conmisareción.

sábado, 13 de diciembre de 2008

ESOS INVISIBLES HILOS QUE NOS ATAN Y NOS ARRASTRAN


Con mayor o menor intensidad, nuestra predisposición hacia algunos aspectos de la vida nos hace rechazar de forma generalizada ciertas actitudes, sin pararnos a pensar su por qué. Del mismo modo, aceptamos a pies juntillas toda critica que coincida con nuestro criterio, aunque esta se apoye en pilares de barro. Por poner un ejemplo desenfadado que a nadie ofenda podemos dar un repaso al desarrollo de un partido de futbol. Desde ANTES DE EMPEZAR LA CONTIENDA, cada uno de los hinchas respectivos ya sienten cierta aversión hacia todo lo que esté ligado de una u otra forma a los colores del conjunto que vá a enfrentarse a su equipo. El autobús utilizado por el conjunto visitante que, en algunos casos, sobretodo en los equipos modestos, puede pertenecer a una compañia de servicio discrecional, ajena por completo al club al que circunstancialmente está prestando sus servicios, ya es un blanco a atacar, sufriendo a veces cuantiosos desperfectos. De igual forma, los hinchas que se desplazan en servicios públicos para asistir al encuentro, por el solo hecho de ir en dirección al eventual "enemigo", se creen en el derecho y la obligación de atentar sobre su propio medio de transporte, ocasionando a veces destrozos increibles en trenes y lineas de transporte. Y todo esto sin siquera haber entrado al campo. En el, y ya comenzado el encuentro, cuando nuestro defensa detiene una ofensiva, aunque haya sido a costa de la espinilla de un delantero sentimos una indecible satisfacción aunque en nuestros adentros reconozcamos lo canalla que ha sido, pero hay que disculparlo y aplaudirlo, el lo ha hecho en defensa de nuestro equipo. Todos estaremos de acuero con el arbitro cuando se equivoque a nuestro favor y consideraremos una barbaridad que un hincha de la parte contraria salte al campo para zarandear al arbitro ante sus muy reincididos errores. Hay que ganar sea como sea, la razón no tiene cabida en una confrontación y lo que unos jugadores no han sabido defender en el terreno de juego alguien lo tiene que pagar, aunque se trate de un pobre hombre que grite entusiasmado ¡Goool! en un lugar del campo no apropiado. Y así, aunque no lo queramos reconocer ocurre en todos los aspectos de nuestra vida. Hace unos años en España, ante la angustiosa situación que estabamos atravesando por la falta de agua a alguien se le ocurrió en el Parlamento hacer una propuesta para construir algunos pantanos en los sitios mas estrategicos de las zonas mas necesitadas. La contestación fué: ¿Lo que propone su Señoria es volver a los tiempos de Paquito "El Rana"? y todos se rieron. Claro está, los pantanos no se construyeron, y es que todo lo que huela a lo que nuestra predisposición rechaza, es inadmisible aunque sea bueno. De cuantisimas cosas nos sorprenderiamos si tuvieramos un verdadero conocimiento de causa. Es hora ya de que no nos dejasemos llevar por las letanias trasnochadas de esos politicos cuyos propios seguidores los reconocen como cínicos recalcitrantes Creo que si somos honestos mucho tenemos que agradecer a Paquito "El Rana", porque su previsión palió nuestra sed durante muchisimos años y los politicos actuales no dán pie con bola. La fenomenal obra del trasvase del Ebro, sueño de Paquito y que para darle mas rigor a la historia y a mi propio convencimiento debo llamar Generalisimo y aún mas Caudillo; que ya estaba iniciada por el Partido Popular fué suspendida y aniquilada por el Partido Socialista. Las razones que a cada cual movieron a tomar sus respectivas iniciativas serán defendidas a ultranza por cada uno de sus seguidores igual que en un partido de futbol, olvidando lo esencial del deporte, que es hacerlo bien, ofrecer un buen espectaculo y conseguir la copa, es decir la solución del problema. Si en el fondo de nuestro corazón sabemos que esa patada es una canallada, aplaudiremos o como poco callaremos porque es un defensa de nuestro equipo el que la ha dado. En politica incluso la apoyaremos aún ante la evidencia de su mediocridad, su error, o incluso su mentira. La sed de otras regiones cotiza menos que los intereses politicos, a pesar de que esa sed pueda paliarse con los excedentes de agua que irremisiblemente van a ir a desembocar al mar.¿No os parece, aunque seais de ese equipo, que esto es una canallada? Leí en un blog un articulo que me hizo pensar muy profundamente, se trata del articulo titulado: Se Le Oia Cantar, de Nacho Becerril, que por cierto recomiendo. A lo largo del relato comenta que en el lugar preminente del Campus de la Universidad se levantaba la estatua del heroe y en el lugar mas oscuro y distante la del traidor. El relato se situa en el futuro, lo que me hace pensar, dada la permanencia de las dos estatuas, que por esas fechas no quedará ninguno de esos aficionados a ultrajar estatuas, sin mas argumentos que el odio y con todos los agravantes de premeditación, nocturnidad, alevosia e impunidad, que en España, me imagino ya habran terminado su labor, tan a conciencia llevada. En este relato al que me refiero ya habian alcanzado la capacidad suficiente para comprender que de la historia no hay que eliminar ni destruir sus vestigios y estos buenos o malos nos hacen recordar y a veces comprender. Pero, a lo que vamos. el monumento al heroe estaba cuidado, mimado y visitado, el del traidor, sucio y abandonado. Pero la magia de este relato, lo que debiera hacernos pensar, es que cuando la verdad, no la historia trabada y ultrajada, sino la VERDAD salió a la luz, el verdadero heroe era el que estaba, para su humillación, subido en la peana del monumento al traidor. No nos dejemos llevar por los canticos de sirenas, ahondemos en esas verdades a medias que tanto nos influyen y nos equivocan y busquemos la verdad en los hechos y en los por qué y seguro que si lo hacemos dejando a un lado esa predisposición que nace de algo que ni siquiera sabemos, pero que nos ata y nos arrastra, a veces por encima de nuestro propio razonamiento, tendremos el suficiente conocimiento de causa como para poner a cada uno en el lugar que se merece.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

IRREMISIBLEMENTE


Existe un submundo azul, subyugado a tus ojos,
gravitando en torno a lagrimas de escarcha.
Existe un motivo gris que trasciende en angustia,
cuando apartas de mi mirada tu mirada.
El tiempo, que marcha implacable, me interroga severo
¿Te quedarás aquí, tranquilo en la bahía
o cruzarás el mar con tu velero?
Y entonces, tu recuerdo, de nuevo se abre paso
en el dilema de mi desconcierto.
En silencio, sin palabras...
Existe un cosmos de luz en tu sonrisa amada,
que me abruma, que me embarga, que me extingue...
como el roce extasiastico con la nada.

martes, 9 de diciembre de 2008

LOS EXTRAÑOS CAMINOS DEL RECUERDO


A veces, hay sutilezas irrelevantes que me producen un gran impacto. Sin duda están ligadas a recuerdos desvanecidos, que luchan por sobrevivir, buscando volver a mi consciencia a través de estas señales que pueden ser la llave de hermosisimos recuerdos. Son muchas las cosas que a lo largo de mi vida me han dejado inmerso en un extraño extasis de gozo y evocación, mas allá de lo que en sí su simpleza pudiera aparentar, ya que para mi tienen otro ignoto significado. Es como si hubiera algo que a ellas me vincula, como si yo formase parte de lo que en su fondo encierran. En algunas, muy pocas, he intuido el por qué de ese sentimiento con la ayuda de los que me rodeaban, de otras, aún espero comprender algún día el por qué de mi emoción, las más, será ya imposible descifrar su mensaje porque perdí a quienes podrian haberme dado una luz y las demás, que viví casi de incognito en mi niñez, mientras jugaba con los otros niños de la aldea de mis veranos, entrando y saliendo de sus casas, ajeno por completo a sus vicisitudes, aunque ahora, extrañamente, las recuerde como si las estuviera volviendo a ver con toda su intensidad, ya nunca podré volverlas a vivir , porque además serian irrepetibles. El olor de la leche recien hervida, del pan tostado, del chocolate recien hecho; la frescura del amanecer, los atardeceres en el campo; el ruido del agua en cualquiera de sus recorridos, por esas acequias casi engullidas por la frondosidad de la segaisa que las envuelve y las hace salvajes, antojandosenos que a su través las aguas son mas frescas y puras; el canto lejano de algún labrador que abre la besana de su esperanza en esa carta abierta de su canción al universo entero, mientras atento arrea a la mula y vigila la rectitud del surco. Las mujeres a coro, mientras recogen la aceituna para ayudar a sus hombres en la ingente labor, alguna de ellas haciendo un alto para amamantar a su casi recien nacido, que la acompaña en su tarea abrigado y protegido a la sombra del mas acogedor de los olivos ; el semblante taciturno de los que regresan de su trabajo quedandoles todavia fuerza para esbozar una sonrisa al devolverte el saludo, con un hermosisimo ¡Que Dios le bendiga!, para despues seguir su camino con igual semblante, quizás mas severo, al haber perdido el hilo de sus pensamientos en el punto en que tuvo que salir de ellos por nuestra intromisión. El regreso de los ganados a la Aldea, ya casi anocheciendo y su estampida sobre los abrevaderos, sedientos, trás todo un dia bajo el sol inclemente, llenando sus panzas con la frescura del agua venida directamente de los manantiales para después regresar a sus casas, como niños aplicados, yendo cada una de las reses a sus respectivas cuadras por su propio instinto, entrando en sus corrales abiertos o esperando a la puerta para que les abran,mientras balan lastimosamente en su impaciente querencia, cuando es larga la espera. Esas luces débiles y espaciadas por las callejuelas, que en el anochecido invitan a recogerse en las casas, donde habrá que seguir con los quehaceres; encender el fuego, alimentar la acémila, preparar y engullir la parca cena y tras ello trasnochar lo que dura fumar un cigarrillo a la luz de un candil mientras se comenta con la parienta que hay que enzufrar las patatas antes de que les entre el gusano. Los cantos de los jilgueros encaretados en rojo con sus vistosas plumas amarillas y negras salpicado su plumaje gris, dando un tono de color a la blancura de los almendros florecidos; los trinos de los ruiseñores, invisibles en las frondas oscuras de los olmos y de los chopos, alrrededor de los nacimientos de aguas cristalinas, mientras una serpiente desorientada cizzaguea a través de los viñedos; la suavisima ascensión en el vuelo de los cugujadas que anidan en el suelo, al pie del tronco de las cepas de la vid; la frenetica salida de las perdices sorprendidas, que trazan un largo vuelo para después posarse suavemente, olvidando completamente el susto; la majestuosidad de las aguilas, dueñas del cielo, que sobrevuelan inmensos espacios, con la excelencia y elegancia que les infunde su jerarquia; el sigilo de los zorros que te miran insolentes cuando se saben seguros en la distancia; el olor de la tierra recien labrada, de las espigas recien segadas, de la manzanilla, de la menta, del tomillo, del romero, del hinojo...; el rigor del sol sobre tu frente o la frescura del chiri miri cuando las nubes no se deciden a desprenderse de su carga. El acercarse a la casa y empezar a escuchar las voces de los que te quieren y que quieres y adivinar sus gestos y sus risas, consciente de su felicidad, sabiendo que bajo tu techo has de encontrar frecura en los calores del verano y abrigo en las inclemencias del invierno y que siempre, siempre, te estarán esperando los besos que te arropen en tu llegada, tan dulces y cariñosos como los que recibiste en tu salida. Todas estas cosas son las que cuando las vivo, las veo, las oigo o las leo me provocan un extraño extasis de gozo y evocación.

jueves, 4 de diciembre de 2008

MENSAJE DE NAVIDAD

Es curiosisima la poca atención que presta Dios al tiempo, es lógico, El Es eterno e inmutable, y las cuestiones que a nosotros nos incumben, respecto a El, esas conclusiones finales que llegarán al son de las trompetas del Apocalpsis aún parecen estar lejos como para Apresurarse lo mas mínimo. Nos observa, nos ayuda si se lo pedimos y nos zarandea cuando nos salimos un tanto del tiesto. Nosotros nos sentimos desamparados algunas veces sin darnos cuenta de que jamás hemos solicitado Su amparo y nos sentimos decepcionados, lo que evidencia que todavía tenemos fuerza para sentir y luchar y es por eso por lo que todavía no ha acudido en nuestra ayuda, pero si persistimos y nos vé apuradisimos, es cuando nos llega "esa lucecita" como decia Humet y encontramos la salida a nuestra desesperación. Dios no quiere que nos acostumbremos a pedir, exige de nosotros el esfuerzo para lograr, pero siempre estará al final para echarnos una mano si no cejamos en nuestro empeño. Tambien ocurre que nuestro empeño pueda estar mal enfocado y nos pone trabas para que reaccionemos y nos demos cuenta de nuestro error, dejandonos por imposible cuando a pesar de todas sus señales de alerta cerramos nuestros ojos aferrados a nuestra perdición. No puede ir en contra de nuestro libre albedrio.
Yo ya tengo casi sesenta y cinco años y he pasado mucho mas de lo que un hombre en un baremo normal pueda haber sufrido: desde penosas enfermedades a situaciones económicas desesperantes soslayando otras cuestiones de tipo espiritual y jamás me ha faltado la lucecita de la salvación. No la merezco por mi tozudez y mi reincidencia, pero como Dios Sabe que en el fondo soy bueno y debil y me dejo llevar y el demonio se aprovecha de mi flaqueza y me sojuzga a veces y tambien Sabe de la fuerza tan extraordinaria de ese repugnante ser y conoce las mias tan limitadas, como Espejo del mas noble de los Caballeros Andantes, acude a socorredme. Y como en mí, actua en todos nosotros aunque no nos demos cuenta. Fijaos que para mandar a Su Hijo tardó muchisimo tiempo y que despues de aquel acontecimiento han transcurrido 2.016 años, que oportunidad tan amplia como para habernos podido corregir a través de Sus Enseñanzas y Su Mensaje, ¡Que falta de animosidad en contra de nuestras flaquezas! ¡Que paciencia infinita ante nuestros pecados! ¡Que capacidad de perdón! ¡SI SOLO PUDIERAMOS IMITARLO COMO UNA MALA CARICATURA!
Por eso en estos días próximos a la Navidad, que la concibo y la recuerdo como una fecha entrañable, en la que nuestra capacidad de amor puede ponerse a prueba, quiero dirigiros este mensaje para que quien se sienta olvidado y defraudado abra una puerta a la ESPERANZA, que trás ella está Dios, TE LO PUEDO ASEGURAR, esperando tan solo que le hagas un guiño de complicidad para extender Su Mano sobre ti.
FELICISIMAS FIESTAS DE NAVIDAD A TODO EL MUNDO SIN EXCEPCIÓN, INCLUYENDO INCLUSO A LOS QUE FUERA DE ELLAS, PROBABLEMENTE VUELVA A DETESTAR.