martes, 26 de agosto de 2008

MARIA LUISA G.

Hace cuarenta años aproximadamente, me dirigía en ruta de trabajo a Benidorm.
Nadie es dueño de sus actos, programados o no. Dependen especialmente de las circunstancias, que en una cadena a veces fatídica, nos pueden llevar a situaciones impensadas para nuestro bien o para nuestro mal. Tienen tanta fuerza que pueden echar por tierra un plan perfectamente estudiado, sugerente, ameno e incluso deseado y convertirlo en algo que ni se le parece.
Es mas fácil llegar a estas situaciones cuando no tienes un programa preconcebido, pero que no os quede la menor duda de que si surge la "circunstancia", lo mas probable es que nos arrastre a pesar de nuestra firme decisión de llevar a efecto lo que teniamos previsto. Esta es, creo, una de las mayores expresiones de "libertad" del individuo, que en su albedrio no se percata de que está sometiendose a un incentivo que le empuja y anula su voluntad. Una lucha entre la razón y el instinto que sea cual fuere la decisión final, la "libertad" siempre queda en entredicho.
Como decía, en mi ruta de trabajo pasaría por El Campello para ver un cliente, seguiría hasta Villajoyosa para atender a otro y culminaría en Benidorm donde tenía una posible venta. Atravesé Alicante y tomé la avenida que discurre entre El Puerto y La Explanada y al llegar a la altura de la Playa del Postiguét, en la parada de autobús que aún allí se ubica, surgió mi "circunstancia" en forma de hermosísima mujer, de unos veinte años, rubia, blanquísima, exuberante en sus formas y en sus atributos y además guapísima. ¿Con cuantas mujeres hermosas podria haberme cruzado ese día y los anterióres sin que hubiesen provocado en mi ese afán que hácia esta me empujaba? ¿Por qué precisamente ella habia trastocado mi paz interior avocandome a un deseo irrefrenable? ¿Que impulso me obligó en contra de todos los principios de mi educación y de la ética cívica a dirigirme a ella delante de todas las personas que había en la parada del Bus para ofrecerme a llevarla a cualquier lugar que quisiera ir? No encuentro ninguna respuesta logica a ninguna de las preguntas, ya que si su hermosura me hubiese justificado, tambien habría justificado a los demás y la pobre chica no hubiese podido salir a la calle victima de su hermosura, a expensas de los arrebatos pasionales que suscitara. Creo por lo tanto que fué un sentimiento subjetivo debido a algo inexplicable. Lo cierto es que paré el coche y bajando del mismo me dirigí a ella en los siguientes términos: "Señorita, me haría el hombre más felíz del mundo si me permitiera llevarla a cualquier lugar a donde pretenda ir." Silencio absoluto e indiferencia hacia mi persona. Insistencia por mi parte y calmada huida de la chica hacia el otro extremo de la parada. La gente me miraba con recelo, adivinando en sus rostros la impresión que mi actitud les causaba. Desde callado reproche a sonrisas de conmiseración, pasando por alguna que otra sonrisa de complicidad. Mi temor era que alguien increpase mi actitud pero ya habia llegado muy lejos para abandonar mi empresa que en ese momento era lo más importante que tenia que hacer en mi vida. Me acerqué de nuevo a ella pero guardando una distancia suficiente para que no se viese acosada e inicié un monologo tal como sigue: "Lamento haberle causado una mala impresión, y es logico, Vd. no sabe las intenciones que me han movido a dirigirle la palabra sin conocerla y ha sido un absurdo por mi parte pretender que me escuchara, pero quiero que sepa que no he encontrado otra forma para poder conocerla y me aterraba pasar de largo y no volver a verla jamás. Sigue mi ofrecimiento de llevarla a donde guste y le juro que no tengo otra intención que brindarle mi amistad, si Vd. la acepta. En caso contrario, al menos, no estaré toda una vida lamentandome de no haberlo intentado". Terminado el monólogo se dibujó en sus labios una sonrisa y con una voz que por si sola me hubiese cautivado dijo: "Realmente tengo mucha prisa por cuestión de horarios, he de ir ir al Campello, pero solo aceptaré que me lleve si no le desvio de su ruta." Dicho y hecho. Cuando la gente vió que me la llevaba, no salian de su asombro tras las muestras de desprecio con que me habia obsequiado en un principio y de las que todos eran testigos y no falto quien me hiciera un guiño de admiración.
Fué una de las mujeres a las que no he olvidado, era culta, cariñosa, amable y desinteresada; apasionada con dulzura, y con unas inmensas ganas de vivir su libertad. Entonces no habian celulares y no todas las casas disponian de telefono por lo que la citaba por medio de una carta, realmente una simple nota que enviaba a Lista de Correos de Alicante, ese era el convenio y siempre acudió.
A veces me decia, Juan, no se que tienes que no me explico, tengo cantidad de admiradores, altos, guapos, atractivos con los que incluso podria iniciar una relación formal y no los acepto y en cambio tú bajito, mas bien del montón y no teniendo contigo ninguna perspectiva de futuro, me dices " Maria Luisa, el jueves te espero a las cuatro en tal sitio y allí estoy yo como un clavo.
Despues de diez o doce encuentros no la volví a citar.
Lo único material que recibió de mí fue un plato decorado, de esos que se cuelgan en la pared, que le compré en una Venta de carretera, precisamente en nuestra última salida. Creo recordar que era la Venta Lanuza.
Treinta y siete años mas tarde, relativamente poco antes de trasladarme a Colombia, estando en un sillón frente a un bar limpiandome los zapatos, a lo lejos, vi que por la ancha y en ese momento despejada acera se acercaba una señora que me llamó poderosamente la atención. La observé atentamente mientras se acercaba y sin duda alguna era ella, Maria Luisa, bastante mas gruesa y sin poder evitar el rigor de los años, aunque conservando en sus rasgos la belleza que tuvo. Mientras llegaba pensé levantarme cuando estuviese a mi altura, la llamaria y recordariamos aquellos tiempos en que tan felices fuimos. Despues me preocupo la explicación que le daria por mi ingratitud, y se me ocurrió una nuy convincente, pero ya estando frente a mi, me dí cuenta de que ninguno de los dos eramos ya ni la sombre de lo que fuimos y era absurdo romper nuestro mutuo e imperecedero recuerdo con un encuentro que solo iba a hacer patente las miserias de nuestra vejez. Reprimí mi deseo y la dejé pasar por delante de mi, recreando en ella la hermosisima mujer que llenó un hueco de mi vida y mientras se alejaba, mis recuerdos me arroparon con las inolvidables imagenes de nuestro juvenil idilio y así la seguí con la vista y con el corazón hasta que su figura de difuminó mezclandose como otra más entre los extraños que por alli deambulaban mientras que en mis labios se dibujaba la mueca de una sonrisa de añoranza.

viernes, 22 de agosto de 2008

VOLANDO POR EL ETER

Cuando no busco en tí la mano amiga
que pródiga y amable pueda darme
comprensión y amistad,
ni pretendo a tu lado consolarme,
ni arrancarte la mínima caricia,
ni un signo de bondad;
ni quiero rebuscar en las cenizas
la brasa que es seguro que agoniza
si pudiera quedar.
Llegue hasta tí mi inutil homenaje
que no puede expresar ningún lenguaje:
"A tu recuerdo sin par"

sábado, 9 de agosto de 2008

JUEVES SANTO

¡ Vamos, despiertate Señor¡ Porque otro año
te tengo que clavar en esa Cruz para salvarme.
No esperes compasión. No puedes darme
razones que te eximan de ese daño.

Siempre hay un Judas dispuesto a denunciarte
y nos sobran malditos que quieran detenerte.
¿ Quien no tiene un por qué para juzgarte ?
¡ La ley del mundo te condena a muerte !

Mas de dos mil veces llegaste al sacrificio
sin un año siquiera de descanso.
Tu sed calmo con hiel y tu costado herido
reviento con mi lanza de pecado.

¿ Hasta cuando Señor vás a querer salvarme
conociendo mi ingratitud y mi delirio.?
¿ Hasta cuando señor podrás amarme
siendo yá dos mil veces tu asesino.?

EL TIO PAU

Cuando debido a la paulatina evolución politica del franquismo, los signos externos de la Falange empezaron a perder la omnipresencia, el Frente de Juventudes de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., que hasta entonces habia venido desarrollando una labor que, desde la perspectiva de mis setenta y cuatro años de edad, me parece muy loable, desapareció, dejando sus instalaciones a lo que vino a llamarse "Organización Juvenil".
Cuantisimos "españoles" se alegrarian de que los jóvenes ya no tuviesemos un lugar donde acudir libremente un día a la semana a escuchar las consignas de Amor a la Patria, Unidad dentro de la Diversidad, Respeto a la Familia, Significado de Nuestra Bandera y muchas más, así como aquellos relatos que todavia me conmueven porque son parte de nuestra historia y porque nos inculcaban los principios del Honor, , La Dignidad, El Sacrificio y tantos otros más que para otros criterios no fueron más que un "Lavado de Cerebro".
Creo que me he desviado un poco de lo que mi recuerdo queria evocar, aún así me es necesario que sepan, un poquito solamente, la situación de España por aquellos años:
La Organización Juvenil no era ni mas ni menos que un lugar al que podiamos acudir todos los niños del pueblo. Estoy hablando de los años cincuenta, en los que España estaba sacando la naríz del fango de la miseria provocada por la Guerra Civil y fomentada por el Bloqueo Internacional que nos cerró todas las puertas. Ni Pagando , níngún país se atrevió a romper el bloqueo auspiciado por las cuatro potencias mundiales. Tan solo Eva Perón eludió el bloqueo y consiguió hacer llegar a España unos barcos caragados de harina para sus hermanos españoles. Ni un tornillo logramos importar de ningún país, teniendo que superar la crisis por nuestro propio esfuerzo, pero la necesidad todavia campeaba por la mayoria de los hogares y naturalmente, los niños la padeciamos. ¡Que valvula de escape poder acudir a la Organización Juvenil donde podiamos cobijarnos de los rigores del verano y de las inclemencias del invierno.! Pero ¿Quien era la Organización Juvenil.?
Si pudiera hacer una encuesta entre los coetaneos de mi pueblo, seguro que todos coincidiriamos. "La Organización Juvenil era "El tio Páu."
El tio Páu administraba, limpiaba,ordenaba y controlaba todo lo que habia en el Centro, Nos facilitaba los juegos que le requeriamos, parchís, Oca,Damas, Ajedrez, Libros, Revistas, incluso si teniamos sed, a el le pediamos agua, lo que le obligó a comprar un par de buenos botijos que por la noche llenaba y dejaba junto a la ventana del patio para que al día siguiente estuviera el agua fresquita.
Recogia los juegos que en nuestra desidia abandonabamos de cualquier forma y los ordenaba y guardaba para que estuviesen listos para quien los pidiera.
Contestaba solicito a cualquier pregunta que le hiciesemos y si comentabamos la enfermedad de algún familiar nos preguntaba regularmente si habia mejorado, demostrando interés por cualquier problema que le contabamos.
Era el amigable componedor en cualquier disputa que se suscitaba, no imponiendo jamás su autoridad sino dialogando con quien no tenia razón hasta sacarlo de su error.
Sus reprimendas nunca tuvieron un tono irascible y jamás vi en el el menor rencor, ni siquiera con los que mas le hacian padecer.
En verano dejaba abiertas las puertas y ventanas de la entrada y el patio, creando una corriente que mantenia fresquito el local, y en invierno, antes de entregarnos los juegos era un rito el encendido de la estufa. Era ésta de hierro, con un tuvo de unos quince centimetros de diametro que subia en vertical y luego, sujeto a cierta distancia del techo, hacia un largo recorrido hasta salir el extremo por una ventana hasta el patio.
Su combustible era serrín de madera y cuando estaba ya un ratito encendida, tanto la carcasa como el tubo se empezaban a poner al rojo vivo, despidiendo tanto calor que teniamos que ir apartando nuestros asientos de las posiciones iniciales, haciendo que el diametro del corro cada vez fuese mas grande.
A veces se iba la luz, y sentados junto al tio Páu, al calor de la estufa, este, nos contaba alguna historia de su juventud, tambien episodios de la guerra civil y algunos de la Segunda Guerra Mundial en la que habia participado como soldado de la División Azul y a todos nos parecia imposible que aquel viejo, (mucho mas joven que yo cuando escribo estas lineas), hubiese participado en las proezas que nos contaba.
Es este un defecto de los jóvenes . Solo ven en los mayores sus miserias. ¡Que pocas veces se preguntan las grandezas que oculta su senectud.! Si los viesen desde esa perspectiva sin duda los respetarian mucho más, incluso me atrevo a decir que cambiarian su indiferencia por una envidia sana al reconocer que han vivido y realizado lo que ellos quizás nunca alcancen.
El tio Páu desapareció como tambien lo hizo la Organización Juvenil, pero tantas veces como he pasado por donde se ubicó su sede, nunca he dejado de verme a mi mismo, en mi recuerdo, esperando impaciente, en su puerta, la llegada del tio Páu.

viernes, 1 de agosto de 2008

CRUZ Y CARA

En cualquier nidito

hay vidas que se disgregan,

almas que se desatan,

esperanzas de amor...

Sueños inéditos,

ambiciones vanas;

Ardientes bregas

trás las quimeras

de lotananza.

En cualquier nidito

habrá miserias

y tambien lagrimas,

pero en mañanas

de lejania

aún no llegadas,

en lo recondito,

habrá añoranzas.